Opinión
Dólar a 4.600: ahora sí, a vivir sabroso
Al parecer ya están empezando a cumplirse las promesas de campaña de Petro; empezaremos a vivir sabroso antes de tiempo.
El mundo entero se encuentra en este momento frente a una recesión, o por lo menos, así lo afirman varias firmas como Wells Fargo, que señala que Estados Unidos ya estaría enfrentando este fenómeno. En la Unión Europea la situación es aún más grave como consecuencia del conflicto en Ucrania y el alza en los precios de los hidrocarburos y la escasez de gas.
La multinacional en servicios financieros Nomura, presente en más de 30 países, a través de varios de sus agentes, ha informado que se tiene previsto que entren en recesión los próximos 12 meses las economías de Japón, la zona Euro, Reino Unido, Corea del Sur, Australia y Canadá, así como la de Estados Unidos.
Este panorama puede que sobresalte nuestras expectativas, creando en lo que respecta a Colombia una inmensa incertidumbre. Sin embargo, es importante recordar que esta no es la primera vez que nuestro país atraviesa por una situación semejante, ya que, por solo citar un ejemplo, la crisis mundial de 2008 nos puso a prueba y logramos salir adelante.
En aquel entonces, la rápida acción del Banco de la República, al igual que un sólido paquete de medidas en materia de política anticíclica, lograron que saliéramos victoriosos. La buena imagen del gobierno del expresidente Uribe, así como la confianza que despertaba en los mercados internacionales, consolidaron nuestra reputación, haciendo a Colombia un lugar seguro para los inversionistas.
En esta ocasión no podemos esperar menos. Si bien es cierto que el gobierno entrante inicia mandato a partir del 7 de agosto, los efectos que genera en materia económica no se han hecho esperar. La Cláusula Petro es una realidad contractual, que se hizo efectiva dando por terminados algunos contratos en unos casos y en otros, evitando su nacimiento en el mundo jurídico.
La posibilidad de fuga de capitales es un hecho del cual ya empieza a hablarse en prestigiosos medios de comunicación internacional, como el Financial Times, que además avisa que bancos colombianos ya tendrían previsto para 2026 un dólar a 7.000 pesos, con todas las implicaciones que esto conlleva.
El no a nuevos contratos de exploración de petróleo, así cómo distintas políticas en materia de minas y energía, han espantado a más de uno. El que el Presidente electo comparara a la coca con el petróleo o el carbón es algo que no olvidan los inversionistas. La hoja de ruta sobre como será el nuevo sistema de salud, es un misterio. El futuro de las pensiones de todos aquellos que están ahorrando su dinero en fondos privados, es otra incógnita de tamaño mayor, pues la confiscación de las mismas es una propuesta que ha fracasado en TODOS los países en los que se ha implementado. Lo único que ha traído es ruina a las naciones que han sido víctimas de esta práctica.
El cómo va a ser la reforma tributaria genera una profunda inquietud y nerviosismo en personas naturales y jurídicas. Si bien los actuales miembros del gobierno entrante han prometido no hablar de expropiación, parece que pueden utilizar fórmulas similares como gravar de manera excesiva algunos predios, haciendo impagable la deuda de sus propietarios a la administración tributaria. Nada está claro, eso genera nerviosismo. Hasta a Lula Da Silva, expresidente de talante socialista y hoy de nuevo candidato a la Presidencia de Brasil, consideró que la política planteada por Petro es “irreal”.
Creo que muchos ciudadanos esperamos del Presidente entrante más que un lánguido trino en su cuenta de Twitter, como el que publicó el día de ayer en el que invitaba a dejar de comprar dólares a aquellos que lo estuvieran haciendo porque seguramente en unos días cuando los pusieran de nuevo a la venta, costarían menos.
En este momento, no necesitamos que se gobierne a través de Twitter, necesitamos realidades plausibles, hojas de ruta claras, políticas públicas positivas para todos los colombianos. Hacer política desde una cuenta de Twitter pareciera más una práctica circense en tiempos como este de recesión económica mundial, que es cuando más se necesitan certezas. Tener en este momento un dólar a casi 4.600 pesos es un muy mal precedente y antesala para la administración que está por iniciar. Ojalá pronto envíen sus miembros las señales adecuadas a los mercados, pues de lo contrario en pocos meses todos “viviremos sabroso”.