Opinión
El comienzo de una nueva guerra fría
El verdadero conflicto no es con Rusia; es entre Estados Unidos y China, los ganadores de una Rusia y una Europa débil.
Hay años donde el mundo cambia intensamente. Uno de ellos fue 1989, momento en el cual se produjo la caída del muro de Berlín, la cual marcaría el comienzo del fin de la Unión Soviética y el inicio de una nueva era: la globalización.
El 2020 fue un año así. No solo por la tragedia que ocasionó la pandemia, sino porque también ocurrieron eventos que cambiaron la geopolítica y la economía del mundo.
- La pandemia mostró la fragilidad existente en las cadenas de suministro globales. También evidenció que la producción de ciertos sectores es de seguridad nacional. (Salud, energía, tecnología).
- Estados Unidos se convirtió en un exportador neto de energía.
- La Unión Europea asentó su dependencia con Rusia. El eje central es el gasoducto Nord Stream 2, el cual conectará a Rusia con Alemania.
- En ese sentido, el liderazgo alemán cerró las plantas nucleares y las de carbón, dándole un gigantesco poder de influencia a Vladimir Putin sobre el bloque.
- En el tema monetario, con el fin de aliviar la presión fiscal causada por la crisis sanitaria de la pandemia, el único comprador de los bonos italianos de deuda fue el Banco Central Europeo.
Dos años después, todas esas contradicciones y fragilidades quedaron expuestas:
- El fanatismo hacia la transición energética dejó a Europa en una posición energética complicada. Y si bien sí está ocurriendo una transición energética, esta no está ocurriendo del petróleo a las energías renovables, sino del petróleo al gas.
- En esa ecuación, Europa y Japón son los bloques económicos con más dependencia del gas.
- Estados Unidos y Rusia, por su parte, tienen grandes reservas de gas e infraestructura para su distribución. También Catar e Irán son jugadores importantes.
Putin quiso usar esa ventaja geopolítica que acumuló durante años y crear una crisis energética y migratoria de grandes proporciones para Occidente. Sin embargo, hoy se enfrenta a un contexto muy diferente al de la Guerra Fría. El mundo está viendo en vivo sus movimientos y fracasos militares. Si Afganistán fue el comienzo del fin de la Unión Soviética, Ucrania podría significar lo mismo para el régimen de Vladimir Putin.
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Por su parte, Estados Unidos ha iniciado un bloqueo económico intenso, haciendo escaso el dólar no solo para Rusia, sino para todos los países emergentes.
Y esa es la nueva realidad: los petrodólares ya no están fluyendo en el sistema ‘offshore’ del mundo. Además, existe un diferencial estructural entre la zona euro y Estados Unidos que aún no está reflejado en el precio.
El verdadero conflicto no es con Rusia; es entre Estados Unidos y China. Ambos son los ganadores de una Rusia y una Europa débil. El siglo XXI traerá nuevos protagonistas de la arena geopolítica. Existe una potencial resurrección de Alemania y Japón como potencias geopolíticas, y a Polonia como un nuevo contrapeso en Eurasia. También es muy probable que veamos cómo Turquía y Catar se convierten en nuevas potencias regionales para enfrentar la hegemonía de Arabia Saudita.
Estamos en el comienzo de una guerra fría.