Claudia Varela, columnista

Opinión

Espiritualmente inteligente

Algunas de las cosas que pueden ayudar a formar una consciencia espiritual son la religión, la filosofía, la contemplación, la meditación, el yoga, la gratitud y el servicio a los demás.

26 de febrero de 2023

Digamos que no todo el mundo tiene muy claro el concepto de inteligencia emocional, porque no es tan sonada como otros tipos de inteligencia. Sin embargo, creo que dado el estrés que vivimos, los retos generales del macroentorno y la vida a veces sin sentido que parecemos tener es la base de la armonía interna que no es nada fácil de conseguir.

Este concepto se trata de la capacidad de una persona para conectarse con algo más allá de su pensamiento automático, de las ocupaciones del día a día y trascender en encontrar un verdadero propósito. Esta inteligencia se enfoca en la dimensión espiritual del ser humano que involucra aspectos como la reflexión, meditación, autoconsciencia, y las creencias limitantes del ego y las fuerzas materiales o fuerzas externas.

Es muy difícil de entender si en este momento ya te aburriste de leer por qué no crees en nada espiritual, si la “rezadera” no es lo tuyo. Pero les cuento que esto va más allá de un tema religioso. Aunque de hecho, orar de manera profunda es una forma de meditar y conectar con el propio ser.

Yo diría más bien que la inteligencia espiritual se relaciona con la capacidad de comprender y experimentar la vida desde una perspectiva más profunda y trascendental y se asocia con valores como la compasión, el amor, la paz, la gratitud y la humildad.

Por supuesto este tipo de inteligencia necesita la voluntad real y genuina de desarrollar algo alrededor de ella, ya que necesita convicción, y desarrollar experiencias que fomenten esa mirada hacia adentro que muchos tienen terror de hacer. Algunas de las cosas que pueden ayudar a formar una consciencia espiritual son la religión, la filosofía, la contemplación, la meditación, el yoga, la gratitud y el servicio a los demás.

Con mucha frecuencia me preguntan sobre la inteligencia espiritual. Sobre el aporte que puede tener en la salud mental, tema de tanta preocupación e interés actualmente. Los años (y estudiar mucho de temas diferentes a los considerados “duros” y técnicos) me han enseñado que solo si se tiene paz hacia adentro se puede vivir viendo con cierta tranquilidad hacia afuera.

En un reciente proceso de coaching descubrimos juntas que había cosas que Maria (nombre ficticio obviamente) no hacia y por eso su permanente pensamiento excesivo la estaba llevando a una crisis de ansiedad. Maria siempre estaba ocupada, nunca se daba tiempo para pensar o para el silencio y de hecho cuando se sentaba a hacer nada no lograba ni siquiera sentirse en paz. Sus fines de semana a veces eran un martirio porque no lograba poner en silencio su mente.

Estamos sobre informados. Vivimos pendientes de un celular, computador, Tablet o lo que sea que no nos deje perdernos media noticia o meme que luego no nos brinde la posibilidad de reírnos de lo mismo con los demás. La pobre María vivía más pendiente de cómo se veía en sus fotos de Instagram que en tener un minuto de silencio para verse ella misma hacia adentro.

María hizo consciencia de que no podía seguir así. Ni siquiera sabia si estaba contenta con su trabajo, pero loe pagaban bien y tenía muchas cosas que hacer, así que seguía, seguía y seguía.

Pasado un tiempo no muy largo María empezó a meditar, luego a hacer algo de ejercicio y decidió ir a hablar con un pastor de la religión que profesaba. Ella realmente empezó a cambiar, como se debe cambiar, es decir por dentro. Siguió siendo exitosa, sexy, parrandera. Pero ahora se daba un espacio para hacer silencio y disfrutaba escuchar esa voz que le hablaba por dentro y le daba buenos consejos y la conectaba con algo diferente a internet.

No sé cuál sea exactamente la definición de ser un buen ser humano. Porque cada uno tiene su versión, pero para mí puede ser alguien que se respete se profese amor propio y busque lo que todos buscamos que es ser felices y tener armonía. Por supuesto sin arroyar a nadie en el proceso.

«La inteligencia espiritual es como una vacuna contra la codicia, la arrogancia y la tiranía». Saidi Mdala.

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