Opinión
Excesos navideños
Muchos se preocupan por los derroches financieros que vienen con la época navideña, pero muy pocos dan importancia a los malos hábitos nutricionales que adoptamos para fin de año. Infortunadamente, pueden convertirse en trastornos alimentarios gracias a las redes sociales.
El círculo vicioso de romper los propósitos de nuevo año se ha convertido en una tradición. Y uno de los primeros en romperse son los propósitos para mejorar los hábitos nutricionales después de las fiestas decembrinas.
De hecho, los excesos de comida que se tienen para estas épocas son la razón de que muchas personas quieran recuperar su peso y talla, y empezar nuevos y mejores hábitos alimentarios para el nuevo año. Colombia es uno de los países que alberga tradiciones que van mucho más allá de la Nochebuena o la Nochevieja y tomamos la costumbre de convertir la noche de velitas, las novenas y hasta los festivos del mes en días de comidas especiales para excusar los excesos nutricionales. ¿O quién podría negar la cantidad de asados que montamos en esos fines de semana?
Y ahora, se puede sumar que desde el mes de noviembre se comienzan a tener las cenas con amigos o las celebraciones de despedida de año de la empresa, en las que, por supuesto, las comidas no son de lo más nutritivas. Los buñuelos, la natilla, la lechona, los dulces navideños, las carnes con muchos aderezos y el abuso de bebidas alcohólicas son algunas de las opciones preferidas en estas celebraciones.
Esto no implica que debamos renunciar a nuestras tradiciones o a “ser más apagados”. Aquí no se trata de hacer a un lado las costumbres colombianas que nos hacen tan especiales. El problema en realidad son los excesos y, adicionalmente, los desfases nutricionales que se dan por perpetuar los malos hábitos alimentarios y/o recurrir a malos consejos para bajar de peso que comprometen nuestra salud.
Antes de la llegada de la pandemia, Sodexo realizó una encuesta para conocer algunas de las tendencias relacionadas con los hábitos alimentarios de las personas en diciembre. En ella, concluyeron que el aspecto en el cual más nos fijamos al elegir los platos navideños es la calidad con un 67 %, mientras que solo el 11 % se preocupa por los componentes nutritivos.
El tema es que la noción de calidad se asocia a un exceso de calorías provenientes de las comidas tradicionales y que se suelen elegir mucho para estas festividades. Y acompañarlas con bebidas alcohólicas y/o altamente azucaradas, junto con una disminución de la actividad física, termina en una población con una tendencia generalizada al aumento de peso.
Por ejemplo, en materia de consumo, la encuesta reveló que dentro de los platos más consumidos en Navidad están los buñuelos con un 70 %, la natilla con un 64 % y los tamales con un 37 %. Un coctel bastante denso en cuanto a calorías si nos fijamos que la OMS recomienda una ingesta de 2.000 a 2.500 calorías. Y aunque no es muy común que las personas se fijen en la cantidad de calorías que consumen diariamente, sí es importante señalizar los platos que, en exceso, no son saludables y que pueden aportar un aporte calórico muy alto en una sola cena.
En medio de todo, el autocontrol en las comidas durante estas épocas es importante. Se debe tener en cuenta que, si bien las cenas de las festividades tienen un contenido altamente calórico, esto no significa que todo el día se deba comer así; el resto de las comidas del día podrían ir más acompañadas de agua, frutas, verduras, bajas en sodio o similares para contrarrestar el efecto de las comidas pesadas.
Ahora bien, el problema se vuelve más serio cuando a inicios de año nuevo empiezan las discusiones sobre peso corporal, dietas y alimentos que engordan o no. La mayoría de los colombianos sabe reconocer los excesos que vienen para finales de año y lo que hacen es intentar remediarlos luego.
Además, ya se ha vuelto habitual que este tipo de discusiones vayan más allá de conversaciones con familiares o amigos. Ahora las personas se apoyan más en sitios web y redes sociales en donde abundan malas praxis como las dietas milagrosas, que pueden causar un efecto rebote y dañar nuestra salud al desarrollar trastornos alimentarios.
Un estudio publicado por la revista científica PLOS ONE, analizó el contenido en TikTok relacionado con alimentos, nutrición y peso. El 44 % de estos videos ofrecían contenido sobre la pérdida de peso y el 20 % mostraba explícitamente la transformación corporal de una persona que, como se sabe, a veces suele ser un total fraude. Asimismo, la etiqueta #Pérdidadepeso tenía más de 10.000 millones de visitas a 2022.
Si uno evalúa el impacto de este contenido a través de TikTok, las generaciones más jóvenes parecerían ser las más vulnerables a este tipo de contenido. Sin embargo, esto ha migrado a todo tipo de plataformas y, a veces, puede convertirse en una cadena por algo que alguien vio en algún canal de YouTube, una publicación de Facebook o un audio que se difunde por WhatsApp. Con esto, todas las generaciones son susceptibles a este contenido.
El mismo estudio de PLOS ONE estimó que solo el 1,4 % del contenido con consejos nutricionales estaban realizados por nutricionistas titulados. El resto son contenidos que se basan, por ejemplo, en la prohibición para que las personas pasen hambre, desarrollen ansiedad y terminen con trastornos por atracón o evitación.
Por supuesto, la recomendación #1 siempre es consultar con un especialista la mejor dieta para perder peso de una forma sana que no comprometa nuestra salud. Pero en medio del auge de este tipo de contenido, la recomendación prioritaria ahora es alejarse de este tipo de contenido para no caer en engaños altamente perjudiciales y luego sí ir con la recomendación de un nutricionista para hacer las cosas bien desde el principio.