Expropiar por la puerta de atrás

Los colombianos todavía recordamos atónitos ese video de Chávez gritando en frente de locales de joyerías “Exprópiese” o en sus alocuciones de “Aló presidente” expropiando empresas a diestra y siniestra. Nunca pensamos que pudiéramos llegar a eso en Colombia, aunque la realidad es que el gobierno Petro si ha venido expropiando a su manera, por la puerta de atrás, de diferentes maneras, que trataré de explicarles a continuación:

En el año 2022 se hizo la Reforma tributaria más retrógrada nunca antes vista. De hecho, hoy en día la economía la está pagando con creces. El crecimiento económico no se está dando y adicionalmente tampoco ha llegado el recaudo esperado. Dentro de los aspectos más relevantes de la reforma estaba imponiendo un impuesto al patrimonio, no por unos años para algún tema, sino de por vida. Somos hoy uno de los pocos países del mundo que lo tiene, ya que se considera absurdo cobrar por el patrimonio cuando ya se cobran impuestos prediales para inmuebles o de rodamiento en el caso de vehículos.

El impuesto al patrimonio termina siendo una expropiación en cómodas cuotas anuales. Generalmente, el patrimonio no renta. En él está la vivienda y otros bienes que su función no es tener un beneficio económico, por lo cual si se le cobra una cuota anual de impuesto termina siendo un pago que no depende de un ingreso. Año a año, los colombianos van entregando a cuotas su patrimonio al Estado.

El segundo mecanismo de expropiación que se ha dado durante el gobierno Petro ha venido con la Reforma Pensional, ya que a partir de esta el ahorro pensional para pensionarse en el futuro dejó de serlo. Ahora no es heredable, sino que pertenece a una gran canasta de donde se saca para todo, inclusive para dar subsidios para el adulto mayor que nunca cotizó. Socializaron la pensión donde unos pocos ahorran y disfrutan de esa plata los que no ahorran.

Ahora viene en camino otro mecanismo de usurpación de recursos, el cual consiste en que las entidades financieras tengan que hacer unas inversiones forzosas de un porcentaje de sus captaciones para que sean utilizadas por el gobierno para hacer préstamos a quienes la banca no les presta. Resulta paradójico que el gobierno piense que maneja mejor el riesgo de crédito que los profesionales del asunto.

Este mecanismo termina siendo casi expropiatorio por diferentes razones, pero la fundamental es que la banca tendrá que pagar una menor tasa de interés en sus captaciones que impacta al ahorrador y, adicionalmente, no es claro quién garantiza que los recursos prestados por el gobierno sean devueltos al banco y bajo qué metodología.

Los impuestos que pagan las empresas y las personas deben ser proporcionales a sus ingresos o a sus ganancias, de esta manera se garantiza que existan los recursos para pagarlos. Cuando estos impuestos no tienen esa relación de causalidad, dejan de ser técnicamente viables y se convierten en un pago indebido, en una especie de expropiación.

Aunque Petro no actúa directamente como lo hizo Chávez en Venezuela en su momento, sí utiliza mecanismos mediante los cuales termina perjudicando el patrimonio de los colombianos, y por ende ahuyenta que capitales generadores de crecimiento económico, de empleo y de desarrollo se queden en el país.