OPINIÓN
La atracción de talento parte de la marca del empleador
Una estrategia de marca de empleador, bien planeada y ejecutada, es clave para atraer y retener talento. En esto, los empleados son los mejores embajadores de la marca y vienen demandando nuevas formas de atracción, retención y fidelización.
En medio de la recuperación, es significativa la importancia que las organizaciones dan a sus empleados y colaboradores, ya que les reconocen como un factor clave y transversal en el logro de sus resultados y el cumplimiento de sus objetivos y metas, a corto y largo plazo. Por supuesto, el tema de la seguridad laboral viene estabilizándose en paralelo, lo que lleva a que trabajadores empiecen a reorganizar sus prioridades y cuestionarse qué le llama la atención de su empleador, y qué busca en su vida laboral.
El concepto de marca del empleador alude a todo el proceso mediante el cual las personas se integran a una organización, no sólo desde el proceso de selección, sino también en las etapas posteriores que refieren al crecimiento que puede tener un empleado al interior de la organización. Básicamente, es la imagen que tiene una determinada compañía frente a sus propios trabajadores.
No obstante, en un mercado que cada vez se vuelve más y más competitivo, las empresas trabajan arduamente por tener una marca diferencial que no sólo atraiga al mejor talento sino que también retenga a su mejor recurso humano. Conforme al modelo de negocio, se vuelve vital contar con un equipo de trabajo talentoso, comprometido y motivado. Tal como se han generado y priorizado las estrategias del marketing para hacer de la experiencia del cliente algo totalmente innovador, personalizado y demás, ahora también se han focalizado estas estrategias a la experiencia del empleado.
Es decir, todo lo que las empresas aplican para generar una recordación de marca con base a la calidad de productos y servicios que ofrecen, de tal forma que le apunten a las expectativas de sus clientes para que escojan sus productos por encima de los de su competencia y que, además, se genere una especie de voz a voz que recomiende ese producto. Aunque sólo es una perspectiva, todas estas estrategias también se aplican ahora a los trabajadores y colaboradores, para generar una experiencia positiva en los empleados.
Según el Top Employers Institute, la marca del empleador se presenta como una oportunidad para que los empleadores se presenten como un todo, como un frente unido, incluyendo su marca y su cultura corporativa para mostrar en conjunto el propósito de la organización. Así, el empleado ya no entra a evaluar sólo un cargo, sino todo un sistema en el que puede crecer profesionalmente, desarrollar sus capacidades, adquirir nuevo conocimiento, sabiendo que será compensado debidamente por ello.
El tema que como empleador debe tener en cuenta es que este tema de la marca del empleador se produce, así no se esté pensando o invirtiendo en ella, por lo que vale la pena invertirle suficiente tiempo y recursos para propender una marca reconocida por lo positivo, mas no por lo negativo. Además, lo último que se quiere es ver cómo las personas talentosas toman nuevos rumbos, por fuera de la organización.
Por otro lado, es evidente que una buena marca del empleador también tiene un impacto positivo en los niveles de productividad de las compañías. Y no tiene mayor ciencia: si uno como empleado se siente satisfecho con su trabajo, no se siente estancado y ve los frutos de su labor empieza a desarrollar un orgullo por su organización y trabajar a gusto, incrementa los rendimientos y la eficiencia de sus responsabilidades.
Al respecto, según Temkin Group, se triplican las probabilidades de hacer una recomendación sobre una mejora en el trabajo, se duplican las probabilidades de quedarse tiempo extra cuando es necesario, y se tienen más del doble de probabilidades de ayudar a otra persona en el trabajo.
Ahora bien, sobre cómo generar la marca del empleador se tienen diversos métodos y enfoques. Algunos de los más utilizados se basan en mejorar el posicionamiento en internet y trabajar las redes sociales corporativas (ya que en épocas recientes es un importante medio), y enfocarse en las políticas de responsabilidad corporativa y beneficios de tal forma que se pueda estimular un buen ambiente laboral.
Ponerse en los zapatos de los trabajadores es fundamental. En estas épocas abundan las noticias y artículos que mencionan qué empresas entran y salen de los rankings que indican a las mejores empresas para trabajar. Allí están unos buenos referentes de lo que se debe adoptar para que una organización pueda irse posicionando como un gran lugar para trabajar.
Si bien no se puede predecir y controlar todo lo que se dice de una empresa, sí se puede influir activamente en ello. La idea también es elegir una serie de atributos específicos por los que la organización debería destacarse, para tener una base sobre la cual trabajar, y luego reflejarlos a través de la marca como empleador. Será una estrategia que contribuye a un factor diferencial frente a su competencia.