Claudia Varela

Opinión

Listo el presupuesto

La historia es que hay que planear, hay que mostrar un presupuesto, hay que proyectarse para crecer el 2023.

11 de diciembre de 2022

Estamos cerrando año. Un año complejo, extraño. Como han sido los últimos tres. En el ambiente se siente lo que podríamos llamar incertidumbre para mencionarlo con una palabra que sea políticamente correcta. Yo creo más bien que muchos están como atontados.

Con algunas personas que he hablado para preguntarle por sus objetivos del próximo año, incluso por sus propósitos, lo que siento es una respuesta humilde y de absoluta falta de control. Si bien es cierto que tuvimos que planear, hacer presupuesto, incluso pronosticar la tasa de cambio (que hace un año jamás hubiéramos imaginado cómo está hoy) para el próximo año, nadie está tan seguro de que es lo que va a pasar.

Veo mucho pesimismo en algunos grupos. Quizás los más tradicionales tienden a circular muchos artículos, mensajes hasta memes de pesimismo y mala gestión. Seguro mucho de cierto hay, pero no veo noticias positivas respecto al macroentorno, lo cual por supuesto nos sesga a tener mayor incertidumbre.

De nuevo entonces no sabemos qué pase el próximo año. Una guerra que parecemos ignorar, pero que tiene muy enredado a Europa, no cesa. Un desconcierto en lo que ocurre en Latinoamérica, con gobiernos diferentes que tampoco se entienden muy bien. Una inflación acumulada mayor al 12% en Colombia y una total angustia de los que tienen para invertir en el país.

Y así también veo a otros que hacen de cuenta que no pasa nada. No sé si esa negación tan infantil ayude más, pero supongo que al menos duermen mejor.

La historia es que hay que planear, hay que mostrar un presupuesto, hay que proyectarse para crecer el 2023. Es normal, para eso son las empresas y para eso estamos. Lo que siento es que es la primera vez en muchos años que vemos que no controlamos el futuro. Ni siquiera sabemos si tenemos algún tipo de alcance con el corto plazo.

Hace unos años hacíamos planeación incluso a 10 años, hoy nos damos cuenta de que un solo año ya es difícil. ¿qué es importante entonces ante tantos incontrolables? Para mí tener claro tu liderazgo personal, tu propia historia.

Pregúntate tus planes personales, tus propósitos para el próximo año. Si lo primero que se te viene a la cabeza es cumplir las ventas de tu empresa (sea propia o ajena) hay que seguir mirando porque esas variables, aunque las trabajes mucho, no están todas bajo tu control y la pregunta seria, ¿qué pasa si no ocurren? ¿Qué otra cosa te haría feliz? ¿Solo la facturación te llevaría a la gloria?

Pensar primero en una dimensión de crecimiento personal es lo que te va a ayudar a solventar todas las otras cosas que puedan fallarte porque no están bajo tu control.

Este año en mi caso personal me pasaron cosas duras. Jamás pensé que me fueran a ocurrir y aunque todavía no he terminado de entenderlo ni de solucionarlo, tengo claro que el próximo año será bueno para mí porque fluiré con él. Y también tengo claro que me pasaron muchísimas, bonitas y únicas.

Piensa también qué te trajo bueno el 2022. No te quedes solo en quejarte, en pensar en lo que no hiciste o en culpar al universo por lo malo que te ocurrió. Al final no hay nada malo en realidad, no hay problemas, sino situaciones que la vida plantea porque eso es la vida, navegar todo lo que viene con ella.

Mi invitación hoy nuevamente es a soltar el control. A entender que lo que si puedes medir es tu propia vida en la medida que la observes y te abraces para seguir creciendo en todas las dimensiones que tu mismo te plantees.

No esperes más. Quizás el próximo año sea el año para que hagas el viaje de tus sueños, le cuentes a tu amor imposible, que no es imposible, busques tu emprendimiento o te tomes un año sabático para redefinir tu existencia. Rodéate de cosas diferentes a ti mismo, deja de quejarte y agarra el 2023 con un presupuesto que te rete y un propósito personal que te apasione.