ANÁLISIS
Mujeres rurales: igualando el terreno de juego en el campo
Según un estudio realizado por la Organización Internacional del Trabajo, una de cada tres mujeres empleadas trabaja en agricultura. Sin embargo, aunque son estas agricultoras las que labran la tierra y alimentan a países enteros, no dejan de verse afectadas por la desigualdad de género en su entorno, debido a que no disponen del mismo acceso a la tierra, crédito, educación, infraestructura o asistencia sanitaria que sus pares masculinos, por ejemplo.
Asimismo, la ONU muestra que las mujeres rurales conforman un 43% de la mano de obra agrícola, y en su trabajo diario de labrar la tierra y plantar semillas están contribuyendo a asegurar la alimentación de sus comunidades, así como de proporcionar alimentos para todo un país.
El rol de la mujer rural es fundamental en nuestra sociedad. Sin embargo, según la FAO, siguen siendo trabajadoras invisibles en el mundo a pesar de su valor y enorme contribución a la economía del país,
Ante esta realidad, que se vive día a día en Colombia y en el mundo, sabemos que desde el sector empresarial no nos podemos quedar de brazos cruzados, por este motivo es importante y casi imperativo la búsqueda de alianzas con organizaciones que nos ayuden a desarrollar programas para mejorar la desigualdad de género en el sector agrícola e igualar el terreno de juego, para que estas mujeres, con tanto potencial, dispongan del mismo acceso a tierras, conocimientos y oportunidades de desarrollo.
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Por eso, desde PepsiCo Colombia y nuestra Fundación, hemos consolidado programas que están comprometidos con el fortalecimiento de las capacidades productivas y sociales de estas mujeres agricultoras, mientras robustecemos procesos agrícolas sostenibles, resignificamos el rol de la mujer en el campo, protegemos la biodiversidad e impulsamos el relevo generacional en el campo colombiano y en las familias que viven de este.
Uno de estos es nuestro programa Mujeres, Agua y Reconciliación, que nace en 2016, en Toca, Boyacá con la misión de fortalecer las capacidades productivas de papicultoras de la zona, para así vincularlas a nuestra cadena de valor. Un proyecto que trae nuestra esencia desde el nombre: Mujeres, porque creemos que son la columna vertebral del desarrollo; Agua, porque somos un negocio basado en el agro, y por eso priorizamos el bienestar de los recursos que nos brinda el planeta y Reconciliación, pues esto es lo que buscamos hacer con el rol de esta población.
En el marco de nuestro apoyo a la construcción de un sistema alimentario sustentable, este programa, que es liderado por 39 mujeres, a 2020 logró construir una relación comercial con la compañía que representa más 1.000 toneladas de papa y aumentó sus ingresos en un 50%, un logro que han alcanzado al sembrar sus sueños en 50 hectáreas. El resultado de estas cosechas es la materia prima de nuestras tradicionales y amadas papas Margarita® y De Todito®, que son parte de la tradición colombiana.
Gracias a este proyecto, reconocemos y resaltamos la importancia de las mujeres y su trabajo en el campo por medio del fortalecimiento empresarial, infraestructural, educativo y tecnificado en sus procesos. Este proyecto es un ejemplo que seguir de un modelo de generación de valor compartido, tanto para la comunidad como para nuestra compañía, pues se reducen costos en la cadena de abastecimiento y se genera empleo no solo para pequeños agricultores, sino para madres cabeza de familia y jóvenes.
Desde el sector de alimentos y bebidas queremos destacar que la agricultura es cultura, por ello invito a no ser solo espectadores, sino a ser protagonistas del cambio, cumpliendo un rol activo en la transformación de la mano productiva del campo, buscando una mayor equidad y generando visibilidad a estas mujeres que día a día alimentan a Colombia.