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José Miguel Santamaría Uribe

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No más impuestos

Siempre se ha sabido que para competir en las grandes ligas se necesitan equipos de alta competencia, comprometidos, entrenados y con conocimiento.

José Miguel Santamaría
22 de agosto de 2024

Cuando un partido de fútbol tiene un pésimo primer tiempo, es poco probable que el segundo tiempo sea mejor, más aún cuando en las bancas no hay quien pueda cambiar la historia del partido. Algo parecido está pasando en el Gobierno Petro, pasaron dos años sin pena ni gloria, y al parecer los segundos dos terminarán siendo más malos.

Siempre se ha sabido que para competir en las grandes ligas se necesitan equipos de alta competencia, comprometidos, entrenados y con conocimiento. Mientras el equipo sea mediocre y no tenga disciplina, será muy difícil ser competitivo.

Nadie sabe para dónde vamos. Mientras el ministro del interior llama a la unidad nacional para sacar las reformas que considera convenientes, Petro ataca virulentamente a sus opositores; no los baja de corruptos y de asesinos por el simple hecho del disenso. Muy complicado le va a quedar al gobierno el manejo del Congreso con estos ataques a pesar de los ríos de dinero y contratos que utilizan.

El turno en esta legislatura es para una nueva reforma tributaria. Con ella aspiran a recaudar doce billones de pesos adicionales que necesitan urgentemente. El Gobierno Petro ha aumentado los gastos de funcionamiento fuertemente, así como los subsidios. Hay analistas que ven para finales de este año un faltante de caja importante. Tampoco ayuda que el recaudo este año está por debajo de lo esperado.

Es difícil entender por dónde planea el gobierno cobrar más impuestos. De hecho, ya tenemos una de las tasas impositivas más altas del mundo. Por el lado corporativo es imposible cobrar más. Entonces se debe recurrir a impuestos diferentes como el de alimentos no saludables, o inclusive a aumentar el 4 X 1.000 u otra clase de impuestos indirectos.

Todos sabemos que no es el momento económico para poner más impuestos. La economía está bastante maltrecha. Los niveles de crecimiento son bajos y el desempleo está aumentado. Una reforma podría echar por el traste lo poco que estamos logrando.

Pero lo peor es que es absolutamente increíble que el Congreso siquiera mire o analice una reforma tributaria en el momento político en el que estamos, cuando existen una cantidad de casos de corrupción, como nunca antes se habían visto. Lo ocurrido en la UNGRD es alarmante. No se le deberían dar más recursos al gobierno hasta que haya culpables o siquiera imputados en estas novelas. Ningún ministro ha sido siquiera citado a rendir indagatoria por los hechos conocidos por la opinión pública.

Este ha sido un gobierno derrochón, no solo en creación de nuevos cargos, también en entrega de recursos sin ton ni son. Los ejemplos de las ollas comunitarias o de la compra de tierras hacen pensar que no existe un verdadero control para el manejo de los recursos.

Adicionalmente, es peligroso entregar nuevos recursos cuando ya nos estamos acercando a nuevas elecciones. Ya don Olmedo nos ha enseñado como se le puede dar vuelta a recursos públicos para que terminen en campañas políticas o en bolsillos de contratistas que apoyan a candidatos cercanos al gobierno.

Ojalá el Congreso entienda el momento histórico en el que estamos y se comprometa a poner su grano de arena. Los colombianos no pagamos un impuesto más hasta que manejen los recursos como debe ser.