Opinión
Numerosos carros eléctricos, pocas electrolineras
El próximo 9 de septiembre se celebra el Día Mundial del Vehículo Eléctrico, una iniciativa que viene desde 2020 para dar relevancia a la movilidad sostenible. Sin embargo, parece que los esfuerzos se concentran más en aumentar el parque automotor eléctrico sin tener una infraestructura suficiente que le soporte.
En lo corrido de los últimos años, el uso del carro eléctrico en el mundo se ha multiplicado por factores esenciales como un aumento en el número de consumidores que buscan movilizarse sin afectar el medio ambiente, y/o los altos costos de los combustibles que dificultan cada día más la manutención de los carros de combustión interna.
En Colombia, muchos de los usuarios perciben un buen rendimiento en términos de lo que invierten para cargar un carro eléctrico. Sin embargo, el costo varía dependiendo del tamaño de la batería del carro.
Por ejemplo, si es una batería de 30kW (de las más grandes), la energía utilizada para una tanqueada sería de 19.000 pesos en estrato 6 y de 15.000 pesos en estrato 4, aproximadamente, para recorrer en promedio unos 250 km.
Enel X, una de las líneas de negocio de Enel-Codensa, ofrece a las personas la opción de instalar un cargador propio en casa, una pequeña obra que cuesta algunos millones, según las particularidades de la infraestructura del hogar.
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Y resulta ser una muy buena opción para casas que cuentan con su garaje propio, dado que esta alternativa tiene una instalación de un cargador lento que bien puede tomar desde cuatro horas a medio día para la carga total de vehículos pequeños o hasta más de 20 horas para vehículos de gran tamaño, claro está, dependiendo también del tipo de conector a utilizar.
Ahora, pensando en la expansión de la propiedad horizontal a nivel nacional, la situación se complica un poco dado que se debe involucrar un permiso de la administración para instalar estos cargadores en zonas comunes, algo que puede desembocar en la oposición de algunos copropietarios por el uso de esas zonas comunes o, incluso, por las preocupaciones sobre cuál podría ser el impacto de las adecuaciones de la red por la posibilidad de dar lugar a problemas como sobrecargas en los circuitos.
Por ello es muy importante que, para aquellas personas que decidieron pasarse a la movilidad sostenible, las ciudades cuenten con suficientes electrolineras, es decir, estaciones de carga para vehículos que en lugar de usar gasolina o diésel usen la electricidad para sus vehículos eléctricos o híbridos.
Una ventaja adicional que se puede atribuir a estas es que allí sí se instalan cargadores rápidos que pueden cargar hasta el 80 % de la batería de un carro en solo 30 minutos.
Vale la pena destacar que aquellas personas que deseen hacer uso de alguna de las electrolineras en Bogotá, por ejemplo, deben contar con una tarjeta de recarga de Enel.
Asimismo es muy importante resaltar que el rendimiento de la electricidad es superior al de la gasolina y el diésel con un costo aproximado de 105 pesos por kilómetro vs. 2.005 pesos por kilómetro de los autos con motor de combustión interna.
En países que tienen un alto porcentaje de vehículos eléctricos y que, prácticamente se concentran en la región europea, la infraestructura dedicada a las electrolineras es incomparable pero aún parece insuficiente. Podemos hablar de Noruega, en donde el porcentaje de vehículos eléctricos sobre el total de matrículas de automóviles nuevos en 2021 llegó al 64,5 %, la cifra más alta y que lo convierte en el país que está muy cerca de llegar a un parque automotriz meramente eléctrico. A este le siguen Alemania, China y Reino Unido mantienen cifras más bajas del 13,6, 12,7 y 11,6 %, respectivamente, según PwC Strategy&.
Al día de hoy, según la app Electromaps, en Noruega tienen 3.193 puntos de carga para vehículos eléctricos, mientras que Alemania tiene 33.737 y China 807. El lugar donde se concentra el mayor número de estos es países bajos con 97.259 puntos de recarga y Colombia se queda bastante atrás con 215 estaciones de carga.
No obstante, si se analizan algunas de las últimas encuestas realizadas por la Asociación de Automovilística Noruega (NAF), por más que el país destaque en el uso de vehículos eléctricos dentro de su parque automotor nacional, las deficiencias en la infraestructura de electrolineras traen sus consecuencias.
La mayoría de los usuarios se queja de que tanto la escasa cantidad de puntos de carga como los cargadores defectuosos han generado problemas a los conductores y largas colas de espera, por lo que las demandas se concentran en más puntos de carga a lo largo de las carreteras, especialmente aquellos de carga rápida y focalizados en puntos en los que las personas se detienen mucho tiempo como hoteles. Pero, indudablemente, el uso de los vehículos eléctricos dentro de las ciudades parece ser óptimo gracias a que las personas sienten que cuentan con suficientes puntos de carga.
La adopción de los vehículos eléctricos viene en aumento, y mucho más si se adicionan ventajas como poder circular libremente sin pico y placa en ciudades de alto flujo vehicular como Bogotá y Medellín. Si embargo, no basta con estimular la compra de este tipo de vehículos si no se invierte lo necesario en algo tan básico como suficientes puntos de carga o electrolineras, tanto en las ciudades como en las carreteras del país, para dar viabilidad al uso de vehículos eléctricos y sin mayores limitaciones.