MAURICIO BOTERO

Opinión

¡Petristas y Maduro 1; resto de la humanidad 0!

¿Por qué debemos disminuir el consumo de gas y minimizar las importaciones, concretamente de un país como Venezuela? El gas natural, que tiene un impacto ambiental peor que el del petróleo, lo que hace es agravar el cambio climático.

Mauricio Botero Caicedo
13 de marzo de 2024

¿Por qué vamos a importar gas desde Venezuela? Según Ricardo Roa, el presidente de Ecopetrol, hay un déficit del 17 % en la demanda actual de gas en Colombia y la maduración de los proyectos que se están ejecutando en el mar Caribe, y que permitirán una mayor producción local de este combustible, tardarían entre siete y nueve años. El argumento del señor Roa amerita algunas aclaraciones: la primera es que una de las razones que no va a obligar a importar aún más gas que el que ya importamos es la prohibición de este gobierno de permitir nuevas exploraciones de gas y petróleo. Colombia de hecho importa entre 200 y 300 millones de pies cúbicos de gas, el 20 y 30 % de la demanda nacional. Otra aclaración es que el Gobierno, en vez de acelerar la transición energética haciendo todo lo posible para disminuir la demanda de gas en el país, ha estado cruzado de manos: fuera de unos discursos vacuos en el exterior, la transición, especialmente en lo que a demanda se refiere, va a paso de tortuga. Decenas de proyectos de energía limpia, especialmente solares y eólicos, no se han podido desarrollar por problemas de permisología y de imposibilidad de conectarse a la red eléctrica.

¿Por qué debemos disminuir el consumo de gas y minimizar las importaciones, concretamente de un país como Venezuela? El gas natural, que tiene un impacto ambiental peor que el del petróleo, lo que hace es agravar el cambio climático. Compuesto en su mayor parte por moléculas de metano (CH4), el gas natural no solo produce CO2 cuando se quema, sino que también genera enormes cantidades de metano en su extracción y transporte. El metano es un gas de efecto invernadero, según los expertos es “36 veces más potente como GEI que el CO2 en una perspectiva de cien años (u 87 veces más potente en una de 20 años)”. Por lo tanto, su liberación a la atmósfera provoca más cambio climático que la combustión de hidrocarburos como la gasolina.

Por otras muchas razones no debemos importar gas de Venezuela. La primera es que siendo PDVSA la petrolera estatal venezolana, una empresa cuya tecnología –por no hablar de corrupción– deja mucho que desear, casi con certeza la contaminación al planeta va a ser mucho más alta. Segundo, el transporte de este gas por 225 kilómetros va emitir importantes cantidades de metano. Tercero, es el costo para los usuarios. Según Luz Stella Murgas, presidente de Naturgas, “las importaciones generarían un costo adicional en los servicios, pues se tendría que cubrir costos de licuefacción, transporte y regasificación, además de los incrementos provenientes de la exposición a la volatilidad de precios de gas en el mercado internacional”. Finalmente, está el hecho que importar gas de Venezuela es ayudar a sostener un gobierno corrupto y criminal que sigue violando los derechos más elementales de nuestros hermanos venezolanos, por no hablar de las elecciones corruptas que piensa adelantar en unos meses.

Dicho lo anterior, el importar gas de Venezuela tiene dos enormes beneficios para el Gobierno: por una parte, puede seguir afirmando ante una serie de furibundos ambientalistas que Colombia dejará de explotar combustibles fósiles. Estos imbéciles climáticos se harán los locos ante el hecho que importar gas desde Venezuela es mucho más dañino para el planeta que producirlo en Colombia. El segundo beneficio para el Gobierno es que le da la oportunidad, por debajo de la mesa, de respaldar económicamente a Nicolás Maduro, con quien comparte todo tipo de afinidades. Un apoyo directo podría ser visto con malos ojos por parte la comunidad internacional. ¡Petristas y Maduro 1; resto de la humanidad 0!

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