OPINIÓN
¿Por qué importan las expectativas de inflación?
Las expectativas de inflación juegan un rol crucial en los mercados de renta fija, en especial para los bonos de largo plazo, por eso en esta columna quiero explicarles el por qué y sus implicaciones en medio del contexto actual.
En mis dos columnas anteriores he estado escribiendo sobre el aumento en las tasas tanto de los bonos del tesoro de Estados Unidos de 10 años, como los alemanes y finalmente los TES colombianos, en medio de todo este análisis hay una fuerza que se ha venido repitiendo, las expectativas de inflación. Este es un tema que puede parecer no ser tan intuitivo como hablar de acciones, pero al igual que he escrito para mis clientes y explico en mis clases, es necesario entenderlo adecuadamente ya que tiene implicaciones no solo en los mercados de deuda pública sino en el proceso de financiamiento de los déficits fiscales de los países.
Para nadie es un secreto que 2020 fue un año extremadamente exigente en términos de los requerimientos presupuestales a los gobiernos que tuvieron que implementar subsidios y medidas de alivio tratando de minimizar el impacto de la pandemia en sus economías, esto por supuesto llevó a un aumento del gasto público y por tanto un crecimiento acelerado del nivel de déficit fiscal, que no da señales de reducirse en 2021. Si bien este déficit registró para Colombia un 7.8 % por debajo del 8 % esperado, no deja de marcar un crecimiento importante frente a los niveles alrededor del 3 % que se venían implementando con la regla fiscal, además con una expectativa de 8.6 % el 2021 esto no pinta mejor.
Otro elemento adicional para incluir en este contexto general de 2020 es que los bancos centrales tomaron desde inicios de la pandemia una postura agresiva no solo en su reducción de tasa sino en planes de Expansión Cuantitativa (Quantitative Easing), lo que ha implicado un aumento de dinero disponible en los mercados y una mayor demanda por títulos, en especial de deuda pública.
¿Por qué importan las expectativas de inflación?
Ya una vez entendido este contexto general sobre el cual se enmarca el análisis, ahora una herramienta que nos permite ver el impacto de estas expectativas es la curva yield o de rendimientos. En el gráfico 1 se puede ver la curva de los bonos del tesoro de Estados Unidos cuyos vencimientos van de 6 meses a 30 años contados en días, donde cada punto es llamado nodo y representa una combinación de título a un vencimiento específico, como los bonos de 10 año o 3.600 días que al 15 de marzo de este año muestran una tasa de 1.61 %.
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El valor de las tasas yield de estos nodos cambia todo el tiempo ya que dependen de las fuerzas de oferta y demanda en el mercado para cada plazo específico, por lo que si vemos el gráfico 1 se puede hacer una comparación entre el 15 de marzo y el 16 de febrero que permite notar un aumento en los títulos con vencimiento superior a cinco años. Como la relación entre la tasa yield y el precio es inversa, lo que vemos con este aumento es en realidad una caída en precios originada por la venta de títulos de largo plazo.
Aquí es donde llegamos al efecto de las expectativas de inflación en el análisis. La vacuna y la velocidad de aplicación, así como la aprobación del paquete de ayuda de 1.9 trillones de dólares de la administración Biden trajeron consigo una fuerte dosis de optimismo en los mercados y mejoraron las perspectivas de crecimiento económico para Estados Unidos en el 2021. Por ejemplo, a enero de este año el Fondo Monetario Internacional – FMI espera una tasa de 5.1 % frente a una expectativa de las economías desarrolladas de 4.1 %, esto sin tener en cuenta el aumento en la velocidad de vacunación que se ha llevado a cabo en los últimos dos meses, por lo que se podría esperar un ajuste al alza en el siguiente reporte.
Si quieren ver las últimas actualizaciones del FMI pueden seguir este link: https://www.imf.org/en/Publications/WEO/Issues/2021/01/26/2021-world-economic-outlook-update
Pero existe otro lado en este raciocinio, si se espera un mayor crecimiento en la economía es lógico pensar que esto deberá tener un componente importante de aumento de demanda por bienes y servicios, lo que a su vez llevaría a una subida en los precios, es decir inflación. Básicamente, un bono es un préstamo de un emisor (Gobierno de Estados Unidos) que adquieren los inversionistas y donde se compromete a pagar un interés periódico llamado cupón. Así, el valor total del título es la suma de todos estos flujos, pero como cada uno está en un momento diferente del tiempo, es necesario traerlos a valor presente.
Teniendo en cuenta lo anterior, si los inversionistas esperan un aumento sobre los precios en el futuro implica que esperan una reducción en el valor del dinero de esos cupones y flujos que deben pagarles. Lo cual hace más riesgosos los bonos de largo plazo ya que tienen más flujos expuestos que los de corto, por lo que preferirán venderlos. Este efecto se puede ver en el gráfico 1, en la variación de los tesoros de 10 años que pasaron de una tasa de 1.27 % a 1.61 % en un mes, lo que implicó una tendencia de venta y una fluctuación de 34 puntos básicos.
Espero que este análisis les haya aclarado un poco la incidencia no solo del nivel de precios actual sino de las expectativas futuras en el proceso de toma de decisión de un inversionista, ya que sus estrategias deben estar con un pie en el presente y otro en el futuro.