Opinión
¿Qué hay detrás de los nuevos máximos del crudo?
El petróleo es uno de esos temas muy sensibles para nuestra economía, por eso ante los nuevos niveles de precios que han ubicado el barril de la referencia Brent por encima de 60 dólares, creo necesario dedicarle la columna de esta semana.
Normalmente, hablar del comportamiento del precio del petróleo es revisar un complejo juego de poder entre productores, lleno de sutiles matices políticos que involucran las reuniones de la OPEP (Organización de Países Exportadores de Crudo), a Rusia y al sector del shale oil en Estados Unidos, principalmente. Sin embargo, como muchas cosas, la pandemia cambió esto e incluyó un nuevo componente derivado de las medidas de aislamiento implementadas en el mundo: una debilidad en la demanda.
El gráfico 1 muestra cómo desde noviembre, con el anuncio de la vacuna, se inició un período de mayor optimismo entre los inversionistas respecto a la reactivación económica y el aumento de la demanda por crudo. Así, el Brent se mantuvo por encima de US$60 el barril hasta el cierre de la semana del 12 de febrero, mostrando un crecimiento desde inicio de mes de 11,20 %. Como se puede ver en el gráfico 1, tanto para esta referencia como para el WTI, si bien la tendencia creciente se inicia desde noviembre del año anterior impulsada por el anuncio de la vacuna de Pfizer, en la región después de la línea punteada se hace más fuerte.
Este mayor dinamismo se ve impulsado por tres factores que acrecientan el optimismo mencionado anteriormente: el primero es el avance en la vacunación, el segundo es la continuación de recortes sostenidos por parte de la OPEP+, y por último, la apertura de cada vez más sectores de las economías, lo cual hace esperar una reducción de los inventarios acumulados en el 2020.
Hablando en términos locales, en esencia, en Colombia vemos un impacto por dos lados: el primero, en las cuentas fiscales, por ejemplo, el Banco de la República en su informe de política monetaria de enero muestra una expectativa de precio del Brent de US$53 promedio para 2021, así que cualquier nivel por encima sirve en ese sentido. Pero también impacta al mercado cambiario, ya que debido a nuestra alta concentración en exportaciones de crudo -representaron alrededor del 28% del total en el 2020- hace que tenga una incidencia importante en la oferta de divisas en la economía, y por tanto, en el comportamiento de la tasa de cambio.
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Otro elemento que ayuda a ver un poco al futuro es la visión de los informes mensuales de la OPEP y la IEA (International Energy Agency) que siempre son un insumo valioso a la hora de evaluar las expectativas sobre la demanda futura. Esta última entidad nació entre 1973 y 1974 a raíz del embargo petrolero realizado por los productores en su momento y cuenta hoy con 30 países miembros, entre los que se encuentran Estados Unidos e Inglaterra, y de acuerdo con su misión busca asegurar un futuro energético sostenible.
En términos de demanda, la IEA manifiesta que su expectativa es que haya un aumento global en 5,4 mbd (millones de barriles diarios), llegando a 96,4 mbd en 2021, esto representaría recuperar alrededor del 60 % perdido en 2020. Sin embargo, manifiesta una expectativa de aumento de oferta con la OPEP+ reduciendo sus recortes, los países no miembros de este grupo también bombeando más crudo y en general un mercado mundial de petróleo más frágil. Por su parte, el informe de la OPEP alinea su expectativa de demanda con 96 mbd, lo que representa un aumento de 5,79 mbd para 2021 frente a 2020. También vale la pena recordar que este bloque de productores se encuentra dentro de un esquema de revisión de sus recortes de forma mensual, lo cual añade un nuevo elemento de incertidumbre a la mezcla.
Para que las ganancias de un aumento del petróleo se vean reflejadas en términos fiscales y generen presión a la baja en la tasa de cambio debe ser un nivel sostenido. Y si vemos al menos las expectativas tanto de la OPEP como de la IEA, estas muestran aumentos en la demanda en medio de la reactivación de muchas economías; por supuesto, rodeado esto de mucha incertidumbre, lo que vuelve a poner la pregunta de cómo reaccionarán los productores ante esto. Es la respuesta a esta pregunta donde radica en gran medida cómo se mantendrá este nivel de precios al futuro.