José Miguel Santamaría Uribe

Opinión

Qué nos espera en el 2024

La economía se está adaptando a convivir con niveles de incertidumbre muy altos, aunque la inflación debería seguir bajando hasta niveles del 6 % a final de año.

José Miguel Santamaría
5 de enero de 2024

El único y verdadero termómetro con el que se puede medir la gestión de un gobierno es su economía, por eso 2023 pasará a la historia como un mal año, terminaremos con un crecimiento casi nulo y con niveles de inflación todavía muy altos frente a la región. Lo único que se salva es la revaluación del peso, que está dada más por viento de cola de los mercados globales.

Para 2024 las cosas no van a ser tan diferentes. La economía se está adaptando a convivir con niveles de incertidumbre muy altos, aunque la inflación debería seguir bajando hasta niveles del 6 % a final de año. El aumento del salario mínimo y la actualización del precio del diésel puede darnos una sorpresa. Otro tema que hasta ahora no se ha visto reflejado es el aumento del impuesto del 15 % a determinados alimentos que son bastante consumidos y que seguro están golpeando el bolsillo de los menos favorecidos.

La tasa de interés del Banco de la República seguirá bajando a medida que la inflación le vaya dando espacio. El 2023 terminamos en un 13 %, y para 2024 podría terminar en un 7,5 %. Esto sin duda ayudará a bajar el costo de los créditos, pero al final puede perjudicar la tasa de cambio, ya que la tasa de interés durante 2023 ayudó bastante a la revaluación.

La inversión extranjera seguirá llegando como en el año 2023 a negocios que están en funcionamiento, en su mayoría a hidrocarburos. Según los principales analistas, el precio del petróleo, el WTI, podría otra vez rondar los 90 dólares por barril. Esto sin duda colaborará con las finanzas públicas a través de Ecopetrol. Esperemos que no siga la lora antipetrolera de Petro que hasta ahora sólo nos ha perjudicado.

Como en el año 2023, debemos estar muy atentos a las reformas que el Gobierno sigue tratando de pasar en el Congreso. Estas serán el detonante más importante para la economía y la confianza, que bien sabemos es fundamental para que la economía crezca. Seguimos con la ecuación intacta, a medida que las reformas se estanquen en el Congreso le irá mejor a la economía. Existe un riesgo alto de radicalización de Petro si esto pasa.

El tema político tendrá muchísimo movimiento, por un lado, la entrada de los mandatarios regionales les dará un buen aire a los territorios. Debemos esperar cómo se van desarrollando las relaciones con el Gobierno nacional. Todos sabemos que los grandes proyectos en las ciudades y departamentos dependen de su apoyo.

También hará mucho ruido la continuación de las investigaciones a la campaña de Petro por la entrada de recursos no contabilizados y non santos a la misma, por un lado, en la justicia ordinaria a su hijo Nicolás y al presidente de Ecopetrol, Ricardo Roa, y por el otro, a Petro desde la Comisión de Acusaciones de la Cámara de Representantes que, aunque hasta ahora se ha hecho la de la vista gorda, tendrá en algún momento que empezar.

Con todo lo expuesto anteriormente, el crecimiento de 2024 podrá estar un poco por encima del 1 %, dato muy bajo cuando seguimos teniendo estos niveles de inflación. Colombia debe tener niveles de crecimiento por encima del 3 % para bajar pobreza y generar riqueza.

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