Opinión
Transición energética y gestión de recursos: caso de islas Galápagos
Esta iniciativa busca reducir significativamente el consumo de energía en las islas San Cristóbal, Santa Cruz, Isabela y Floreana, en el archipiélago de las Galápagos, entre 2023 y 2030, con una reducción de 3 millones de galones de diésel consumidos y el aumento del uso de fuentes de energía renovable.
La propuesta del Plan de transición energética para Galápagos es un ejemplo de transición energética justa para Colombia, marcando la hoja de ruta para la implementación de acciones concretas para lograr una matriz energética mas sostenible y equitativa.
Como ejemplo visible, en Ecuador se ha venido fortaleciendo su compromiso energético, elaborando instrumentos de política pública que permitan mejorar los hábitos en el consumo de energía, e incorporando la eficiencia energética en los diferentes sectores de consumo. Teniendo en cuenta lo anterior, la eficiencia energética en el país se ha consolidado como un factor fundamental para la reducción de emisiones de gases de efecto invernadero, así como para mitigar los efectos del cambio climático.
En ese sentido, la iniciativa propuesta por el Ministerio de Energía y Minas de Ecuador se enmarca en una serie de políticas y planes nacionales que buscan fomentar la transición hacia un sistema energético más eficiente y sostenible en el país.
Esta propuesta de transición energética para Galápagos se alinea directamente con los propósitos establecidos en el Plan Nacional de Eficiencia Energética (Planee) 2016-2035, estableciendo objetivos y estrategias para mejorar la eficiencia energética en los diferentes sectores de la economía. Así mismo, se ordena con la Ley Orgánica de Eficiencia Energética (Loee), por medio de la cual se establece un marco regulatorio para la gestión de la energía en el país con el objetivo de reducir la dependencia de los combustibles fósiles y fomentar el uso de energías renovables. Y también se crea el Fondo Nacional de Inversión en Eficiencia Energética (Fniee).
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En este ámbito, Colombia ya cuenta con lecciones aprendidas para Ecuador con el desarrollo del Fondo de Energías No Convencionales y Gestión Eficiente de la Energía (Fenoge). Finalmente, dicho Plan de transición energética en Ecuador se ordena con su Plan nacional de desarrollo “Plan de creación de oportunidades 2021-2025″, buscando fomentar el desarrollo sostenible y la protección del medioambiente a través de la implementación de proyectos y programas en áreas como la generación de energía, el transporte y la construcción.
Al igual que Ecuador, Colombia ha establecido su compromiso con la promoción de prácticas sostenibles y la reducción de su impacto ambiental, por medio del establecimiento de normas técnicas para la gestión de la energía y la eficiencia energética en empresas e instituciones públicas y privadas como el documento CONPES 4075 (Política de transición energética), la Ley 1715 de 2014, la Ley 2099 de 2021 y el Plan Integral de Gestión del Cambio Climático en el Sector Minero Energético (PIGCCme), por medio de los cuales se dictan disposiciones para la transición energética y la dinamización del mercado energético.
Aun así, la propuesta del Plan de transición energética para Galápagos en Ecuador es un ejemplo y le puede servir a Colombia como fuente de inspiración, marcando la ruta para la implementación de estrategias y acciones concretas que le permitan al país avanzar hacia la transición energética justa.
El Archipiélago de las Galápagos es reconocido como Patrimonio Natural de la Humanidad por el Comité de patrimonios de la Unesco. En colaboración con el Banco Interamericano de Desarrollo (BID), el Ministerio de Energía y Minas de Ecuador ha trabajado en un plan de transición energética desde septiembre de 2022, por medio del cual se diseñó una hoja de ruta para la gestión de los recursos eléctricos en los distintos sectores de la economía.
Dicho plan incluye el diseño y la implementación de políticas, programas y acciones concretas que permitan reducir el consumo energético en el mediano y largo plazo, enfocado en cinco elementos fundamentales: I) La reconfiguración de la matriz de generación eléctrica, a través de la introducción de fuentes renovables y almacenamiento; II) La optimización del uso final de la energía; III) La transformación de la infraestructura eléctrica de las islas; IV) Apuestas en términos de digitalización y automatización de la infraestructura eléctrica y del Sistema de Gestión de Recursos Distribuidos (DERMs); y V) La participación de la ciudadanía con enfoque de género.
El objetivo del Plan de transición energética es claro: reducir el consumo de 3 millones de galones de diésel y aumentar el uso de fuentes de energía renovable, por medio de la expansión de la matriz de generación en 31,96MW de capacidad fotovoltaica y 8.75MW de turbinas eólicas.
Para alcanzar este propósito, se han planteado diversas medidas que permitan ajustar el uso de la energía a las necesidades reales de los usuarios, reduciendo significativamente el consumo energético y generando un mejor monitoreo y control tanto de la demanda como del suministro de energía. De esta forma, se optimizaría su uso y reduciría su desperdicio. Para el cumplimiento de dichas medidas de estima una inversión de cerca de 147 millones de dólares.
Así mismo, se busca consolidar a las islas como un sistema energético inteligente, lo que generará impactos positivos en términos de eficiencia y sostenibilidad del sistema energético a largo plazo. Esto también permitirá disminuir el impacto ambiental de las actividades humanas en las islas, reduciendo las emisiones de CO2 asociadas a la generación de energía en 122. 915,55 ton CO2 entre el 2025 y 2030.
El proceso de construcción del Plan de transición ha sido un trabajo conjunto entre diferentes instituciones provinciales y nacionales de Ecuador como la Agencia de Regulación y Control de Energía y Recursos Naturales No Renovables (Arcernnr), el Consejo de Gobierno del Régimen Especial de las Galápagos (Cgreg), ElecGalapagos, entre otros. Dicha conjunción se da con el fin de garantizar que el plan sea implementado de manera efectiva y sostenible en el tiempo.
Se debe tener en cuenta que la formación y el fortalecimiento de las capacidades de cada una de las instituciones es clave para asegurar que se tomen decisiones informadas y se maximice el impacto positivo del plan.
La elaboración e implementación del Plan de transición energética es fundamental para avanzar hacia un sistema energético más sostenible y limpio. En este proceso es esencial considerar factores clave como la seguridad y la suficiencia energética, así como la reducción de impactos ambientales para lograr una transición exitosa. De la misma manera, es fundamental la educación y la sensibilización de la población para lograr cambios en el comportamiento y actitudes en la sociedad que se reflejen en la demanda de energía.
Para una implementación exitosa del plan deberán desarrollarse los modelos de negocio y el marco regulatorio que apoyen las transformaciones requeridas para la transición, y que den las herramientas para la conformación de comunidades energéticas que desde la demanda aporten al proceso de transición. La implementación del plan debe ser priorizada y monitoreada constantemente para asegurar su cumplimiento y lograr los objetivos de sostenibilidad energética a largo plazo.
Además del Plan de transición energética propuesto en las Galápagos, se destaca la conversión de deuda por naturaleza otorgado a Ecuador por parte del BID, como una lección aprendida que puede ser replicada en regiones de gran riqueza natural en Colombia. Se buscaría con esto establecer un sistema energético más limpio y sostenible que minimice los impactos negativos sobre los ecosistemas existentes (BID, 2023).
Teniendo en cuenta lo anterior, es importante fomentar la inversión, la innovación, la cooperación y la colaboración entre los diferentes actores, incluyendo gobiernos, empresas y sociedad civil. Esto, con el fin de desarrollar en el país la cultura de eficiencia y ahorro, el cuidado de la vida y la responsabilidad ambiental, y una transición energética que no se centre únicamente en las fuentes de generación de energía, sino también en una demanda informada.
En ese sentido, es mediante la cooperación y la colaboración integral que se puede impulsar en Colombia y en los demás países de la región un cambio significativo hacia un sistema energético mas justo y sostenible.
“La transición energética en las Galápagos apoyará los esfuerzos del gobierno de Ecuador para descarbonizar el territorio y profundizar el aseguramiento en el abastecimiento eléctrico en las islas. También se busca una mayor participación de la mujer en el sector eléctrico”, dijo José Ramón Gómez, Especialista senior de energía para el BID Ecuador.