OPINIÓN
Una regulación que cambiaría a la industria crypto
En Estados Unidos se impulsa una regulación que podría cambiar la industria relacionada con criptoactivos. Mientras China se decidió por la prohibición, en Washington se debate una regulación.
El Congreso de EE. UU. se encuentra evaluando un paquete de estímulos para el sector de infraestructura por un total de US$1 billones, el cual incluye una modificación, que no solo transformaría a la industria crypto, sino que incluso incentivaría la salida de proyectos de ese país.
El plan de infraestructura, con el que se pretende actualizar puertos, aeropuertos y vías, incluye bajo la denominación de ‘Broker’ a mineros, operadores de nodos, validadores en redes, desarrolladores de software y exchanges de criptomonedas. Al hacerlo los obligaría a seguir normas estrictas de KYC (Know Your Customer), las cuales incluyen información detallada de los usuarios.
Bajo esa premisa se exigirían datos de usuario en plataformas que no están pensadas para ello. Por ejemplo, al realizar un intercambio de criptomonedas a través del sistema de Finanzas Descentralizadas (DeFi) no se solicita información del usuario, de igual forma un validador tampoco exige nombres ni datos personales de los usuarios que han confiado en él para realizar stacking. Eso cambiaría con esa nueva legislación.
Esta aproximación estadounidense a la industria crypto no es nueva, pero sí marca un precedente frente a las ambiciones del regulador, porque a pesar de no ser tan extrema como las reglas chinas, podría conducir a EE. UU. a un punto similar.
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¿Reglamentación o restricción?
En 1996 internet tenía un total de 36 millones de usuarios. Ese año en EE. UU. se aprobó la Sección 230, la cual permite exime de cualquier responsabilidad a las plataformas por los contenidos que los usuarios publiquen en estas.
En su momento apenas el 8% de los estadounidenses se conectaban a internet, pero con el crecimiento de la red a comienzo de la década del 2000 las redes sociales pudieron tener mayor posibilidad de crecimiento gracias a la Sección 230.
Hoy, los usuarios con criptoactivos superaron los 200 millones de personas, pero estos enfrentan el mismo problema que internet en 1996.
Si bien la regulación, incluida en el paquete de infraestructura de EE.UU., aún debe pasar más escenarios hasta ser aprobada, los líderes de la industria ya están ejerciendo presión para que se interpongan enmiendas que la cambien.
En la práctica, exigir reglas de KYC podría ser nocivo. En lo inmediato crearía incentivos para que emprendedores salgan de EE. UU., pero también podría ser el primer paso para una legislación fuerte como la Sección 230, solo que aplicada a la industria crypto. Esto marcaría un antes y un después, permitiría el crecimiento y protegería a los nuevos e innovadores proyectos.
Internet también enfrentó muchos obstáculos, pero creció hasta ser lo que hoy en día conocemos. Internet se ciñó a la premisa de Víctor Hugo: “Ninguna fuerza en la tierra puede detener una idea cuyo momento ha llegado”.
La industria crypto sigue, por ahora, ese camino.