Opinión
Yo no me trago ese sapo
En la era de la inteligencia artificial la competencia en mercadeo se ha vuelto más feroz porque el consumidor tiene acceso a más información.
Antes de comenzar a escribir esta columna, le pregunté a ChatGPT su opinión sobre el TOM (Top of Mind) en la era de la IA o inteligencia artificial y me respondió varias cosas interesantes, la primera fue: “Como modelo de lenguaje, no tengo una opinión personal ya que no tengo emociones ni creencias. Sin embargo, puedo explicar lo que se entiende por top of mind y cómo la IA ha influido en su importancia en la actualidad”.
Para mi tranquilidad ChatGPT hoy no podría escribir esta columna de opinión y menos con algo tan humano y necesario como son las emociones y las creencias que en muchos aspectos son las que nos mueven a los seres humanos a crecer, a relacionarnos, a mejorar, a vivir y, por supuesto, a consumir.
La siguiente parte de su respuesta me permitió entender el valor y la revolución que está generando esta herramienta para las personas y los negocios: “En la era de la IA, la competencia en el mercado se ha vuelto más feroz y el consumidor tiene acceso a una gran cantidad de información a través de internet y las redes sociales. Las empresas deben asegurarse de que sus marcas sean reconocidas y recordadas”.
En esto, ChatGPT es profundamente acertado, gracias al contexto que estamos viviendo como la inflación, la incertidumbre de los mercados y la conciencia de nuestra propia vulnerabilidad pospandemia; hoy en los mercados se vive y se siente una competencia brutal, sumada al crecimiento exponencial de las marcas propias y de aquellos lugares llamados discounters.
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La IA es tal vez una de las herramientas más sofisticadas de la historia reciente de la humanidad, que además fue comparada por el CEO de Google, Sundar Pichai, con la revolución que generó la creación del fuego o la electricidad.
Teniendo la visión “artificial” de ChatGPT, quise preguntarle a la Inteligencia “Real” (IR) de varios profesionales de la industria muy respetados para mí, empresarios, creativos y estrategas como Juanes García, director estratégico de OMD, quien me dijo: “La inteligencia artificial puede ser el inicio de una revolución humana para seguir pensando en resolver problemas fundamentales”.
“Las marcas propias llegaron para democratizar el consumo”, opina Marcela Berrío, gerente general BERHLAN.
“El TOM es la falsa seguridad del éxito, zona de confort de marcas que no entienden qué es la empatía” dice Hensey Vega, colega speaker Exma.
“El TOM se debe construir permanentemente con propuestas de valor de las marcas, no es crear TOM y echarse a dormir” dice María Antonia Arango, gerente general de Super de Alimentos.
Así que después de oírlos y discutir el tema, me arriesgo a dar mi opinión, pero desde la IE (Intuición Emocional), concepto que he creado y que usaré a partir de hoy para seguir insistiendo en la era del Marketing Espiritual que hoy inspira mi vida.
Las marcas propias llegaron para quedarse; no solo se han ido apoderando del consumo, sino que han empezado a conquistar la confianza y el corazón de muchos hogares en Colombia. La omnicanalidad existe, así que al igual que en Inglaterra, tenemos nuevo Rey y ya no es el TOM, es ese nuevo personaje que conecta más con una causa que con un ranking, que te exige no solo atributos funcionales y data, sino un propósito, un ser que premia la honestidad y autenticidad de la marca, y eso quizá es difícil de medir cuando de intención de compra se trata y lo digo después de monitorear por más de diez años varías categorías en Latam, donde marcas líderes en TOM ya no lo son en ventas o participación de mercado, y esto obedece a que podemos tener una marca ocupando los primeros lugares en la mente del consumidor, pero a la hora de la decisión son muchos otros los factores que inciden; así que tenemos la tarea de ir más allá del TOM, debemos construir cercanía TOH (Top of Heart) con propuestas que construyan confianza, tener precios atractivos y justos TOW (Top of Wallet) y, definitivamente, preocuparnos por el planeta, por el otro y tener claridad de a qué vinieron esas marcas al mundo.
El juego hoy no es un simple avatar, es ser reales, pues nuestros nuevos consumidores no creen en amores platónicos, conectan fácilmente con desconocidos que en ocasiones llegan a ser más importantes para ellos que aquellos con quienes han construido la historia de vida, como el caso de Café Quindío, que hoy conquista Arabia Saudita.
Bienvenido lo nuevo, lo alcanzable, quien se preocupa por mi bienestar, por un mundo mejor y, como diría mi mamá, que entienda que “no es solo ser sino parecer”.
Reflexión final: el mundo cambió y nuestras estrategias tienen que cambiar, pues con las marcas, al igual que en la vida, hay encuentros casuales que pueden llegar a ser más emocionantes que aquel primer amor y personas desconocidas que a veces terminan siendo más relevantes que aquellos con quienes crecimos.
Bienvenidos los nuevos amores, ¡así no hayan sido los primeros!
Como diría mi amiga Nohora García, de Pizza Hut Latam: “No te vistas que tú no vas”, y yo le agrego… A MENOS QUE SUPERES EL TOP OF MIND.