PROTAGONISTAS

Cambio extremo

Las increíbles historias de colombianos que le dieron un giro definitivo a su vida en estos 30 años.

25 de agosto de 2012
| Foto: FOTOS: ARCHIVO PERSONAL ÁLVARO MÚNERA - ARCHIVO SEMANA

De ‘matador’ a salvador
 
Lo único que recuerda Álvaro Múnera de su infancia es la pasión que despertaban los toros en él y su familia. Cuando cumplió 12 años toreó por primera vez una vaquilla. Los aplausos le dejaron claro su destino: tenía que ser torero. Se convirtió en novillero a los 17 años, se ganó el trofeo de la Feria Taurina de Medellín y el apodo de El Pilarico. La victoria le dio pasaporte para irse a España, donde toreó 22 tardes. Pero el 22 de septiembre de 1984, en la Plaza de Múnera en Albacete, un toro llamado Terciopelo le rompió la quinta vértebra cervical.

El Pilarico no pudo volver a caminar. Mientras se recuperaba, su mejor amigo, el Yiyo, murió al recibir una cornada que le destrozó el corazón y el apoderado de los dos se suicidó. En medio del dolor, el argumento contra la crueldad finalmente convenció a Múnera, quien decidió pasarse al otro lado de la barrera: se convirtió en un defensor de los animales desde su fundación Fauna (Fuerza Anticrueldad Unida por la Naturaleza de los Animales).

“Yo sé a quienes maté, cómo los maté y los torturé: ellos me persiguen en pesadillas y yo tengo que compensarles todo el mal que les hice. Por eso me dedico a la defensa de los animales y lo haré hasta mi último día”.

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