Normas contables
Así le fue a Ecopetrol con la aplicación de las normas Niif
Ecopetrol es la compañía más grande del país y por primera vez en su historia registró pérdidas. Ese es uno de los impactos de las nuevas normas contables, que ahora exigen ponerles valor a los activos de las empresas.
El año pasado fue una vigencia bastante dura para Ecopetrol, que sigue siendo la compañía más grande de Colombia. La caída drástica en los precios del crudo puso los balances de la firma contra las cuerdas. Solo para poner un ejemplo, el precio promedio al que fueron valoradas las reservas en 2014 fue de US$101,80 el barril; en 2015, la caída fue alrededor de 50%, pues el precio promedio para la valoración de reservas se redujo hasta US$55,57.
Eso explica el duro golpe que sintieron los accionistas, pues la empresa no repartió dividendos ante las pérdidas de $3,9 billones. Sin lugar a dudas, las condiciones extremas del mercado petrolero explican buena parte de los malos resultados. Sin embargo, también es cierto que un factor llevó a que las cifras fueran más críticas de lo esperado. La aplicación de nuevas normas contables. Según el propio presidente de la compañía, Juan Carlos Echeverry, si no se hubieran tenido que presentar los informes con las nuevas normas Niif, la compañía habría dejado utilidades netas por $2,4 billones.
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¿Cómo fue el proceso de implementación de estas normas? Según Alberto Vargas, contralor financiero de la compañía, se trató de un duro trabajo que empezó en 2013 y que exigió que se dedicara con exclusividad a la tarea un equipo de por los menos 65 personas.
Vargas explica que los impairments, es decir la valoración de las reservas, fue uno de los rubros que más golpeó los resultados, pues antes solo afectaban el patrimonio y ahora van directo al estado de utilidades. Eso es lo que explica buena parte del saldo en rojo que dejó la compañía el año pasado.
“Ecopetrol tuvo un equipo interdisciplinario dedicado tiempo completo a la tarea. Además, contamos con el respaldo técnico de la firma Deloitte”, asegura.
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Adoptar las nuevas normas contables no solo exige mucha preparación del área financiera, sino también de todas las demás áreas de la compañía, inclusive las operativas. El asunto es que las Niif representan un cambio de cultura, pues la operación debe quedar reflejada exactamente en los estados financieros.
Por ejemplo, determinar el valor de los activos de la compañía es un nuevo asunto, pues ya no se utiliza como norma el valor desembolsado por la empresa para adquirirlo; allí, el registro de los activos reflejaba simplemente una salida de caja para la adquisición. En el nuevo marco, el reto está en adjudicarles a los activos un valor que no esté representado en el costo de compra, sino que refleje los flujos futuros que le representarán a la compañía esos activos.
“Ahora, el valor de mercado es uno de los conceptos que está en el corazón de la norma”, advierte Vargas. Uno de los retos fue, por ejemplo, valorar los inventarios. Como ya no se determina su valor contable con base en lo que se pagó por ellos, era necesario ponerle un valor de acuerdo con los flujos de caja futuros que va a generar.
Esto significa que todos los funcionarios de Ecopetrol deben tener en claro cuál será el “valor” que representará cada activo para la compañía. Así, el desafío para cada persona no es simplemente ponerle un precio al activo que tiene bajo administración, sino “ponerlo a valer”. Las normas Niif se convierten así, perfectamente, en un indicador de gestión.
Por ejemplo, si un inventario pierde valor de una vigencia a otra, probablemente será porque alguien no está haciendo bien su trabajo y generando valor para la compañía con los activos.
“Ahora uno de los retos es medir los activos por su capacidad de generar ingresos hacia futuro. Ese es un cambio radical frente a la manera como se valoraban los activos antes”, señala Vargas.
Por esta razón, el “estado mental” de los funcionarios de la compañía debe cambiar, porque la norma obliga a estar vigilantes sobre el entorno del negocio y de qué manera se pueden afectar los valores de los activos. “Ahora es necesario vislumbrar los riesgos de no generar valor. Esto es, advertir los trigger event”, explica el funcionario; se trata de circunstancias en las que los activos de la compañía pueden perder valor. En el caso petrolero, los hay de carácter externo, como la normatividad, una reforma tributaria o el precio del dólar. También hay riesgos internos, como el manejo de comunidades o los asuntos de seguridad del país.
Así, cualquier operario de Ecopetrol debe tener en cuenta estos aspectos, pues de presentarse, la valoración de los activos podría reducirse.
“Poner la operación con la nueva norma implica una nueva forma de interpretar los hechos del negocio, que ahora no son exclusivamente financieros”, asegura Vargas.
Para el experto, claramente se trató de toda una evangelización en la compañía, pues en una como Ecopetrol el proceso tiene mayores complejidades. La estatal petrolera es una firma con actividades integradas en refinación, transporte y exploración, que son todos negocios muy particulares, a pesar de estar en la misma industria.
Por ejemplo, en refinación hay activos como plantas; en transporte, oleoductos y poliductos, y en exploración están los pozos, los tanques y las plantas de tratamiento.
Sin lugar a dudas, Ecopetrol acaba de enfrentar una de sus más duras coyunturas. Mientras todos los colombianos esperan que los precios del crudo repunten, es claro que la compañía ya dio un paso adelante, gracias a la implementación de las nuevas normas Niif. Todos están pendientes de que de aquí en adelante la compañía vuelva a recuperar valor.