INVERSIÓN
Plata para todos: así es como SoftBank buscará emprendedores latinos
Colombia ya está en la mira de SoftBank, que traerá US$5.000 millones para emprendedores de América Latina.
El dinero no es el límite en SoftBank. Así lo cantan, en donde pueden y sin ningún reparo, sus principales líderes. Cada semana, en ese grupo invierten cerca de US$1.000 millones por medio de sus fondos y acaban de anunciar un brazo focalizado en América Latina con US$5.000 millones.
Es alucinante; US$5.000 millones es casi el doble de los recursos que destinan, combinados, todos los fondos de venture capital de la región.
SoftBank invierte generalmente en la primera compañía de su segmento. Se trata de inyecciones de capital sin precedentes para los emprendedores que usan las más sofisticadas tecnologías para optimizar sus industrias.
Masayoshi Son, su propietario y fundador, encarna una muestra del futuro. La palabra SoftBank existe desde 1981, cuando Son regresó a Japón luego de estudiar economía e informática en Estados Unidos.
En la universidad de UC Berkeley creó un traductor digital que vendió en US$1 millón, recursos que usó para fundar la compañía.
Comenzó a operar con dos empleados y sin clientes. Pero esos dos ayudantes salieron corriendo cuando oyeron a Son decir que esperaba tener US$75 millones en ventas luego de cinco años.
Sin dejarse amedrentar, repartía módems gratuitos en la calle y anunciaba la llegada de “la revolución” en el puesto de una feria tecnológica. Había gastado todo lo que tenía para alquilar el espacio más grande y atraer la mayor cantidad de gente. Con ese ritmo, que nunca bajaba, a mediados de los noventa SoftBank se había consolidado como la mayor distribuidora de software de Japón e inscribía sus acciones en la Bolsa de Tokio.
El esplendor de la conectividad atrajo la atención de Son, que hizo de SoftBank un inversionista activo y pionero de internet en Estados Unidos. Y luego de invertir en Yahoo!, empezó a hacerlo en otras.
El propietario de SoftBank Masayoshi Son está tras la fusión de T-Mobile y Sprint en EE.UU.
Al comienzo de este siglo se decía que Son tenía 7% del valor de las empresas de internet en el mundo que cotizaban en la bolsa.
Por esos días su riqueza alcanzó a aumentar US$10.000 millones en semanas. Por 72 horas fue más rico que Bill Gates, con cientos de inversiones de ese tipo. Pero explotó la burbuja de las puntocom y SoftBank perdió 93% de su valor en el mercado.
De la noche a la mañana se esfumaron US$70.000 millones de la fortuna de “Masa”, como llaman a este magnate.
A principios de siglo SoftBank perdió 93% de su valor.
El emporio construido en poco tiempo se derrumbaba como castillo de naipes. Pero Son, perseverante, invirtió cerca de US$20 millones para tener 34% de un sitio de comercio electrónico chino hasta ese entonces desconocido.
Esa participación en Alibaba Group Holding hoy vale aproximadamente US$120.000 millones, más de la tercera parte del PIB de Colombia.
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El declive no impidió que el magnate japonés dejara de hacer negocios. En su país crecía su imperio de telecomunicaciones que tomó mayor impulso a mediados de la década pasada. Sucedió tras adquirir el operador Vodafone Japón y conseguir con Apple la distribución exclusiva del iPhone, lo que le dio más empuje.
El futurista
Para 2010, Son estaba en la tarea de difundir, entre círculos cercanos y posibles aliados, un plan para los próximos 300 años. Ante su junta de accionistas, con más de 100 diapositivas, trataba de convencerlos de la nueva fase de SoftBank, que se convertiría en un conglomerado con un amplio portafolio tras adquirir participaciones de 20% a 40% de distintas compañías.
Llamó su nuevo plan “Revolución de la información: felicidad para todos”, teniendo como centro la evolución tecnológica. Quería que objetos cotidianos se convirtieran en máquinas inteligentes, y para eso Son necesitaba más que su dinero.
Apareció así su más grande ambición: crear con US$100.000 millones el mayor fondo de capital privado de la historia. Lo llamó Vision Fund, para invertir exclusivamente en empresas tecnológicas con futuro. Forma parte de SoftBank y en él participa una gran variedad de inversionistas liderados por Son.
El japonés tardó 45 minutos en convencer al príncipe heredero de Arabia Saudita, Mohammad Bin Salmán, para que el Fondo de Inversión Pública de Arabia Saudita aportara US$45.000 millones al fondo naciente.
Para entender la magnitud del aporte del fondo soberano saudí, hay que tener en cuenta que en 2016 toda la industria de capital de riesgo invirtió US$75.300 millones en Estados Unidos, según la Asociación Nacional de Capital de Riesgo.
Al club de inversionistas del Vision Fund, se unieron en breve tiempo Apple, Foxconn, Qual-comm, el fundador de Oracle Larry Ellison y el gobierno de Abu Dhabi, entre otros.
En mayo de 2017, Son había asegurado US$93.000 millones, el detonante para que comenzara a lo que reporteros del mundo bautizaron como “un bombardeo en el corazón de Silicon Valley”, con inversiones a gran escala y a largo plazo, sin precedentes.
Uber, la poderosa plataforma de transporte valuada en US$72.000 millones, ha recibido la mayor tajada del Vision Fund con una suma de US$9.300 millones. Esa compañía busca US$1.000 millones más para su unidad de carros autónomos.
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Uber recibió US$9.300 millones del Vision Fund.
La movilidad apasiona al inversionista asiático. Antes, a través de SoftBank, obtuvo participaciones en gigantes similares a Uber como Grab, en Singapur; Ola Cabs, en India, y Didi en China.
De este último se sabe que calienta motores para entrar en el mercado colombiano, pues publicó en su página oficial de LinkedIn una amplia lista de posiciones de empleo abiertas con sede en Bogotá.
Uber se fue de China en 2016 tras perder una batalla contra Didi por el mercado local y también desistió de sus operaciones en el sudeste asiático, al venderle sus operaciones a Grab.
Entre ellas compiten, “Masa” participa en todas.
De otro lado, para WeWork, la ascendente compañía de espacios de trabajo compartidos valorada en US$47.000 millones, Son destinó US$4.400 millones provenientes tanto del Vision Fund como de SoftBank Group.
WeWork ya es conocida en la región. El año pasado empezó con 10 edificios en América Latina y lo terminó con 46. En este prevén construir 60 nuevos y superar la capacidad de 80.000 personas, según explicó a Dinero Eduardo Molina, director de expansión de WeWork en América Latina.
WeWork acaparó US$4.400 millones combinados de Vision Fund y SoftBank Group.
Hace poco SoftBank anunció haber reducido la nueva inyección de capital a WeWork, prevista en US$16.000 millones, a US$2.000 millones, que aún sigue siendo una suma muy interesante. No se conoce el motivo principal, pero el grupo cambió su nombre días después a We Company para abarcar más divisiones, como una de vivienda y otra de educación.
De las icónicas inversiones del Vision Fund hace parte también la empresa británica ARM, que tiene 99% del mercado de los chips procesadores móviles del mundo. A esta, que antes ya había sido adquirida por SoftBank Group, le inyectaron US$8.200 millones.
El horizonte de ARM se amplía en una sociedad cada vez más conectada, en la que desde carros autónomos hasta cualquier objeto necesitarán de estos chips en la era del internet de las cosas.
Masayoshi Son es un cazador de startups o emprendimientos de base tecnológica exitosos. Con SoftBank y el Vision Fund ha aplicado la estrategia de orientar hacia ellas enormes sumas de dinero. Sus acuerdos no bajan de US$100 millones y los mayores alcanzan US$1.000 millones.
Para estas empresas aplica una especie de “todo lo que puedas comer”. El éxito de Son, impulsando startups que crecen a toda velocidad en posiciones dominantes, le da amplia ventaja en las negociaciones.
Vale mencionar que, en 2012, SoftBank Group adquirió 70% de Sprint, la operadora de telefonía móvil de Estados Unidos, en una transacción de US$21.600 millones.
SoftBank adquirió 70% de Sprint en 2012.
Ahora Sprint y T-Mobile, el tercer y cuarto operador de telecomunicaciones están pendientes de que las autoridades estadounidenses les aprueben un acuerdo de fusión.
T-Mobile está buscando fusionarse con Sprint.
Fusionadas, estas compañías, que suman 127 millones de clientes, intentarán acelerar su desarrollo en el área de la 5G, la internet ultrarrápida, que les permitiría desarrollar el internet de las cosas.
Un hombre clave en este proceso es Marcelo Claure, quien asumió en 2014 la presidencia de Sprint, cargo que dejó el año pasado, cuando empezó a presidir la junta directiva de la compañía. El boliviano fundó la firma de tecnología Brightstar Corporation en 1997 y la expandió a más de 50 países.
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En 2013 la vendió a SoftBank y desde entonces ha ascendido dentro del grupo, hasta convertirse en uno de los hombres de confianza de Masayoshi Son.
Ahora se mudó a Tokio, donde es el CEO de SoftBank International y Chief Operating Officer (COO) de SoftBank Group, que administra activos por más de US$400.000 millones.
Tiene responsabilidades en todos los negocios operativos del conglomerado; desde Sprint, ARM, Fortress y las compañías de energía que están al borde de convertir al grupo en el principal productor de energías alternativas en el mundo.
El boliviano Marcelo Claure emprendió Brightstar Corporation en 1997 y la expandió a más de 50 países.
Además es el responsable del SoftBank Innovation Fund para América Latina, donde tiene la misión de cazar emprendedores.
Esta es una oportunidad de oro para que Colombia revise la formación de sus proyectos y de sus emprendedores con lo que está necesitando el mundo, así como lo que se requiere para ser cuna de futuros unicornios, aquellos emprendimientos que llegan a valer más de US$1.000 millones.
Dinero pudo establecer que SoftBank tendrá oficina en el país y Bogotá compite para ser el centro regional de operaciones. SoftBank ayuda a las compañías de su portafolio en su expansión internacional y Claure tendrá también la misión de introducir muchas de esas empresas en el mercado latinoamericano.
Hace unos días estaba en Washington, ante el Congreso de Estados Unidos dando argumentos para la fusión de Sprint y T-Mobile. De inmediato viajó a Buenos Aires, luego paró en La Paz a ver un partido de fútbol y su siguiente destino fue Bogotá.
Se reunió con el presidente Iván Duque, vio a varios emprendedores para posibles inversiones y habló con Dinero.
D- ¿Cómo nació la idea de crear este nuevo fondo de SoftBank para América Latina?
Hemos visto en los últimos meses la creación de unicornios, que normalmente crecían en China y en Estados Unidos. Pero Colombia debe estar orgulloso porque Rappi es el primer unicornio del país.
Cuando vemos la capacidad de los latinos de adaptarse a la tecnología pensamos que es buen momento de tener un fondo para poder invertir en los emprendedores.
Como latinoamericano, ser el Chief Operating Officer (COO) de SoftBank y estar en el día a día trabajando con Masayoshi Son en lo que son nuestras inversiones en el mundo, en la India, en la China, en Estados Unidos y un par Brasil es muy importante. Uno siempre tiene ganas de ver cómo puede contribuir, en mi caso a este continente por ser boliviano. Le pedí a Masa que hiciéramos un fondo dedicado a América Latina, y cómo podemos traer la tecnología que tenemos en el mundo a la región. De esto tenía muchas ganas hace bastante tiempo. Recién anunciamos el SoftBank Innovation Fund de US$5.000 millones, que lo hace un fondo importante para la región.
Fue relativamente simple. Si ves el Vision Fund es de US$100.000 millones. El fondo tendría que ser de por lo menos US$9.000 millones, pero decidimos que lo correcto sería comenzar con US$5.000 millones. Si combinamos todos los fondos de venture capital en América Latina no llegan a este monto.
D- ¿Qué más hará SoftBank en la región?
Tenemos un equipo que se va a encargar de ayudar a las empresas del portafolio del grupo a entrar a nuestros países y acelerar la transición de nuestros equipos hacia la nueva economía.
D- ¿Qué están buscando en los emprendedores latinoamericanos?
Estamos buscando emprendedores que tengan un modelo de negocio disruptivo, que tengan la capacidad de desafiar a las industrias tradicionales utilizando tecnología, la inteligencia artificial, para, básicamente, romper los esquemas tradicionales de negocio. Los hemos encontrado en todo el mundo y hemos descubierto bastantes en América Latina.
En muchos casos el limitante es la falta de capital, hay muy poco dinero en la región. De vez en cuando uno se encuentra algunos que hacen un modelo tan bueno como Rappi que trae inversionistas de afuera. Hay varios en Brasil, Argentina y México.
Buscamos a esos emprendedores que tengan la capacidad de ejecutar planes agresivos de crecimiento utilizando tecnología.
D- ¿Cuál será el papel de Colombia para aprovechar la llegada de SoftBank?
Creo que los países con el PIB más importante son Brasil, México, Colombia y Argentina. Esperamos que Colombia sea una fuente de creación de estos emprendedores, que tienen empresas bastante grandes.
D- ¿Qué opina del entorno emprendedor en Colombia?
Me voy gratamente impresionado de Colombia. De las diferentes aceleradoras y de los pequeños fondos que existen para ayudar a los emprendedores. Creo que ustedes tienen lo necesario para crear esos grandes emprendedores. Tuve la suerte de hablar con gente del Gobierno, con ministros, con el presidente Duque. Es reconfortante que tengan un liderazgo en el país que entienda que viene una nueva economía donde el uso de la tecnología va a cambiar las cosas, así que creo que Colombia puede jugar un papel importante, puede saltar a otros países en desarrollo.
D- ¿Qué piensa de la estrategia del Gobierno?
He leído mucho, totalmente sorprendido con el plan del presidente Duque. Es una visión compartida. El presidente Duque se ha dado cuenta de que la inteligencia artificial va a llegar y puede ser una ventaja competitiva para un país. Es un placer hablar con el líder de un país en el mismo lenguaje. El Gobierno tiene un plan de contar con un fondo. Eso nos encanta, porque puede hacer el trabajo más difícil, que es encontrar y darle capital a emprendimientos con muy buenas ideas para que puedan desarrollar sus productos o servicios. Me he reunido con varios emprendedores colombianos. Me encanta escuchar la manera en que ellos ven el mundo y cómo, a través de sus modelos, esperan desafiar el status quo de las empresas tradicionales.
D- ¿Qué debería hacer el país en ese sentido?
Yo recomiendo que Colombia invierta en educación, en crear esos ingenieros de inteligencia artificial, porque eso se puede exportar a otros lugares del mundo. Eso lo vemos hoy en día en las grandes inversiones que tenemos, donde hay una guerra por el talento inmensa, donde el mundo busca esos ingenieros que tengan conocimiento en inteligencia artificial, que sepan desarrollar. Hay una población joven que tenemos que enfocar hacia esa nueva economía.
Espero que el gobierno colombiano haga eso porque creo que les puede dar un factor diferencial. El colombiano es una persona muy capaz, lo han demostrado, es un país muy educado. Creo que si aceleramos la educación hacia eso, podemos hacer grandes cosas.
D- En vista que con Sprint están en un proceso de fusión con miras a la red 5G ¿cómo influye esto en el ecosistema emprendedor?
Cuando se crearon las redes 4G nadie sabía qué iba a pasar, cuáles serían las consecuencias de esas inversiones. Por las redes 4G es que existen Netflix, Google, Facebook y Uber. Son empresas que se han creado porque existe una buena red. En Estados Unidos ha ayudado con US$1 billón en el PIB.
Con 5G se vienen cosas fascinantes; los carros autónomos, poder hacer cirugías a larga distancia, robotizarlas sin que el doctor tenga que estar en algún lugar, es una red que baja la latencia y sube la velocidad. Permite descargar películas en menos de dos segundos e implementar internet de las cosas, cambiar la manera cómo hacemos agricultura o que la comida pueda llegar en drones. La lista de casos es inmensa, realidad aumentada, realidad virtual. Es una red que habilita la innovación.
Creemos que en Estados Unidos nacerán 3 millones de empleos nuevos con toda esa lista de casos que surjan de la red 5G.
D- ¿Dónde quedará el centro de operaciones de SoftBank América Latina, tienen escogida alguna ciudad?
Ya visitamos Brasil, Argentina y Colombia. Son viajes exploratorios. Hemos hablado con los presidentes de los países y con muchos grupos que fomentan a los emprendedores, tratando de identificar si reconocen que en los próximos 20 años los modelos disruptivos van a cambiar las economías de los países.
Queremos estar donde el liderazgo del país comparta la visión y más que nada se dé cuenta de que esto va a pasar. Esperamos tomar la decisión en las próximas semanas de dónde poner los headquarters de SoftBank América Latina. Sin importar donde quede la sede principal, igual vamos a tener oficinas regionales para estar cerca de los emprendedores. Así mismo, el capital se irá a las mejores ideas de negocio sin importar en que ciudad de la región estén.
D- ¿Han pensado hacer énfasis en algún sector?
SoftBank invierte en la empresa líder que va a poner tecnología para hacer disrupción en cualquier industria. No existen limitaciones. Solamente invertimos en la empresa número uno, a veces en la número dos, para que supere a la número uno.
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