GERENCIA

Los mejores CEO transformando empresas

Conformar equipos de alto rendimiento y tener mucha disciplina y exigencia han sido ingredientes clave en la fórmula de trabajo de estos empresarios que han logrado transformar empresas.

13 de diciembre de 2018
Fabio Villegas, expresidente de Avianca y actual presidente de la Cadena Decameron. | Foto: Karen Salamanca

El mundo empresarial de hoy obliga a los altos ejecutivos y líderes a ajustarse rápidamente a los cambios, ir más allá de los resultados económicos para lograr organizaciones sostenibles y trabajar de la mano de sus equipos, como fórmula ineludible que permite el logro de objetivos. Esto es lo que han hecho muchos empresarios y presidentes de compañías, quienes se destacan por haber desarrollado y puesto en marcha iniciativas y proyectos que permitieron no solo el crecimiento y expansión de muchas de ellas, sino su consolidación, tanto en el mercado nacional, como en el internacional. Otro aspecto clave es la creación de valor no solo para las compañías, sino para la sociedad y sus grupos de interés. Lo anterior aunado a lealtad, trabajo, disciplina y dedicación. De igual forma, para estos líderes el recursos humano es el activo más valioso y por esto, hay quienes consideran que las personas no se pueden equivocar pensando que la inteligencia y la autoridad valen más que el trabajo en equipo.

El piloto que levantó Avianca

En la historia reciente de la principal aerolínea del país siempre juega un rol clave el accionista colombo-brasilero Germán Efromovich, que decidió apostar por una compañía quebrada, en un mercado lleno de desafíos difícilmente salvables. Pero una de las primeras decisiones del avezado empresario fue poner al frente de la nueva tarea de recuperar a Avianca al que se convertiría en su hombre clave durante prácticamente una década. Se trataba de Fabio Villegas, un economista pereirano que se había dedicado a la vida pública no solo como ministro de Gobierno durante la administración de César Gaviria, sino como candidato a la Vicepresidencia de la República.

Tal vez por eso Villegas era recordado hasta entonces como un político. Pero había iniciado su carrera en el Deutsche Bank y en Rothschild haciendo banca de inversión y luego fue asesor del grupo Sarmiento Angulo. También recuerda su experiencia en otras empresas como TPL y Brown Boveri. Saltó a la Asociación Nacional de Instituciones Financieras a dirigir ese tanque de pensamiento. Esa era su faceta como hombre de economía y negocios.

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Cuando asumió el cargo como presidente de Avianca, Villegas encontró lo que era de esperarse: una compañía que estaba buscando la forma de ganarse de nuevo la confianza del público, pues producto de la crisis todos sus indicadores operativos habían caído.“El desafío era claramente recuperar la confianza de los viajeros y usuarios y lograr una transformación hacia una cultura enfocada en el servicio”, explica Villegas al recordar aquellos años. Los cambios se empezaron a notar. Quienes trabajaron con él lo recuerdan como un CEO que conocía a fondo la empresa. Tenía la capacidad de identificar errores en las cifras más pequeñas que había en las presentaciones que hacían sus ejecutivos.

Además, se le recuerda como un presidente que sabía escuchar y que no reparaba en ninguna jerarquía. Aunque, eso sí, era exigente con todo su equipo ejecutivo y de administración. “Todo el mundo podía llegar a hablar con Fabio. Además, era de los que iba al aeropuerto para saber cómo iba la operación. Cuando llegó andaba con una libretica donde hacía unas anotaciones, pero luego no la necesitó, porque ya tenía toda la compañía en la cabeza. Se ganó el corazón de la gente. Por eso, cuando se supo que se iba de la compañía, mucha gente lloró durante su despedida”, dice alguien que trabajó con él. La gestión de Fabio Villegas se defiende por sí sola. Avianca pasó de ser una compañía en crisis y retomó el favoritismo de los usuarios. Ahora, Villegas está enfrentando otro desafío interesante: consolidar a la cadena hotelera Decameron como una de las más importantes de la región.

El compromiso es la clave

Mónica Contreras, gerente general de PepsiCo Alimentos para el territorio andino, es economista e inició su carrera en Davivienda en horarios adicionales, hasta llegar a ser directora de oficina. Posteriormente se incorporó al Banco de Occidente, luego a Puralac y finalmente a Productos Alimenticios Margarita. Dice que su mayor logro como CEO, después de haber trabajado en marketing, ventas y trade marketing en PepsiCo, fue alcanzar la posición de directora de ventas para Colombia, siendo la primera mujer en Latinoamérica en obtenerla. Asegura que, a través de su profesión, ha podido impactar positivamente muchas vidas, tema que la ha inspirado a trabajar más y a enfrentar esos desafíos.

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No temer al cambio

Alfonso Gómez Palacio lideró en los últimos años profundos cambios en Telefónica Colombia. Esa experiencia le sirvió para entender que algunas decisiones, por difíciles que parezcan en su momento, son necesarias para darle sostenibilidad a la compañía. “El trabajo en equipo, la orientación al resultado, la comunicación y la pasión son elementos fundamentales de la transformación de las organizaciones”, dice. Otra de las cosas que recuerda de estos procesos de transformación es que es necesario tener en cuenta el componente emocional de las personas al momento de llevar a cabo cambios culturales. No en vano, Telefónica hace parte de una industria en constante cambio y evolución, lo que obliga a sus directivos a adaptarse –de manera casi instantánea– a las tendencias, estilos de trabajo y nuevas tecnologías.

Aceitando el futuro

La presidente de Terpel, Sylvia Escovar, ha sido pieza fundamental en el proceso de innovación y cambio en la compañía. No es fácil transformar la simple tanqueada de un carro en una mejor experiencia para el usuario y que al mismo tiempo todo eso represente mejores oportunidades económicas para la empresa. “Esto es un reto que nunca termina y que nos invita, diariamente, a trabajar para ocupar un lugar en el corazón de nuestros usuarios y hacer tangible nuestro propósito de atender personas, no vehículos”, comenta. Tras 16 años en Terpel, Escovar aconseja a los ejecutivos que vienen haciendo su camino saber trabajar en equipo y tener claro el norte, independientemente de los obstáculos que se presenten. “Les aconsejo también que confíen, escuchen, perseveren, comuniquen bien y, ante todo, hagan lo que les gusta hacer”, dice.

Rodearse de los mejores

La ingeniera industrial Carolina Buendía lleva cinco años al frente de la EPS Sanitas, una de las más grandes del país y pionera en exportar el modelo colombiano de aseguramiento en salud. Había trabajado en Inverlink y llegó a la EPS como vicepresidente financiera. Considera que su mayor logro como líder de la compañía ha sido consolidar un modelo que demuestra que haciendo las cosas bien se obtienen buenos resultados, incluso en sectores tan complejos como este. “Hemos logrado demostrar que una gestión centrada en el usuario y en sus necesidades redunda en mejores resultados en salud, en servicio y, por supuesto, en el balance financiero”, sostiene al tiempo que señala que la planeación estratégica bien estructurada y construida con el equipo es clave para garantizar el resultado.

El polémico

Hoy, Javier Gutiérrez está envuelto en la investigación por los sobrecostos de Reficar. Sin embargo, su paso por las dos empresas públicas más importantes del país dejó hitos, pues fue el responsable de los procesos de democratización accionaria en ISA y Ecopetrol. A finales de los 90 tomó las riendas de ISA e inició un proceso de cambio enmarcado no solo en la búsqueda de nuevos mercados o llegar a nuevos negocios sino de iniciar el primer proceso de democratización accionaria en el país. Eso lo acompañó de una estrategia de internacionalización de la empresa, convirtiéndola en la primera multilatina colombiana. Su gestión lo llevó a Ecopetrol, donde adelantó el proceso de capitalización de la petrolera. Gutiérrez fue uno de los transformadores que le dio una nueva visión y gobierno corporativo a las empresas públicas e impulsó el mercado de capitales.

Trabajo con pasión

Ernesto Fajardo, presidente de Alpina, cree firmemente en una buena combinación entre un ganadero bien capacitado y un proceso de producción que incluya una parte de automatización robótica. Ese parece ser una de las principales características de este líder, que casi siempre ha estado vinculado a temas agroindustriales en su vida profesional. Entre los mensajes más destacados que entrega Fajardo a sus colaboradores y ‘alpinistas’,(como él los llama) está el de reconocer los errores y, al mismo tiempo, desempeñar su trabajo con pasión, coherencia y simplicidad. “Lo que motiva a la gente es la capacidad de crear, de innovar, de hacer y de ver que lo que se hace está generando impactos positivos en lo social, medioambiental y económico”, dice. Fajardo también es un convencido del trabajo en equipo y confianza en sus subalternos.

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Pura resiliencia

Hay una premisa que tiene Carlos Enrique Cavelier, coordinador de Sueños en La Alquería, una compañía de alimentos que se ha caracterizado por su resiliencia: “hay que levantarse con mucho entusiasmo todos los días”. En 25 años, Alquería pasó de comprar 80.000 litros diarios a millón doscientos, y de contar con 300 colaboradores a más de 5.000, además de muchas ganas de ser la compañía de alimentos sanos más querida. Hacerlo requiere la pericia de un líder como Cavelier, quien recuerda que su primer trabajo a los 19 años fue como monitor en una clase de políticas públicas en Harvard. Reconoce que esta experiencia fueron los primeros ‘pinitos’ que tuvo en el manejo de personas y resolución de conflictos. Este líder aprendió que con tenacidad se logra todo lo que se quiere en la vida. “Hay que darles la bienvenida a los retos duros y metérseles de frente”, afirma.

Pequeño gigante

En 1996 Jorge Londoño Saldarriaga, administrador de Negocios de Eafit y quien había trabajado en Suvalor y Suramericana, dos empresas del entonces llamado Sindicato Antioqueño, era presidente del Banco Industrial Antioqueño (BIC), que tenía apenas 4% del mercado. En ese año, Londoño fue protagonista de uno de los mayores negocios del siglo pasado, cuando el BIC compró al Banco de Colombia y lo convirtió en el mayor establecimiento de crédito del país, así como uno de los más grandes de Centroamérica. Tras 15 años al frente de Bancolombia y como miembro de varias juntas directivas, Londoño considera que lo que determina la efectividad de un CEO es su capacidad de conformar un verdadero equipo. “Alcanzar una alineación donde se reconozca a cada quien por su buen criterio, su conocimiento y su experiencia y en donde todos se sientan responsables de que el accionar de la Entidad se oriente de manera acertada”, precisa.

Valor compartido

Samuel Azout, quien hoy se dedica a la filantropía, lideró, consolidó y modernizó el sector comercio en el país. Tras haber dirigido durante años Almacenes Vivero, compañía creada por su padre, este barranquillero sacó adelante la fusión de esta firma con Carulla, siendo Vivero más pequeña que la firma bogotana. Durante sus primeros años, su padre le enseñó su idea de administrar los negocios. “Aprendí el pragmatismo, la orientación a resultados y énfasis en tres elementos fundamentales: la honestidad en todos los actos, el trato amable y respetuoso hacia las personas y la importancia de las nuevas ideas”, dice. Considera importante promover la pedagogía a empresarios pequeños y medianos en conceptos como el capitalismo consciente, el emprendimiento social y el valor compartido. Como empresario social, en su segunda etapa profesional considera que su mayor logro fue haber fundado Fútbol con Corazón, con la idea de generar un cambio en la sociedad, atacando los problemas con soluciones innovadoras, empoderando a las comunidades, construyendo alianzas y aprovechando la fuerza de líderes jóvenes.

Competencia sana

César Caicedo, presidente del Grupo Colombina, empezó a trabajar en un proyecto de Booz Allen & Hamilton, donde aprendió a investigar el entorno de los negocios. En esa experiencia, “dado que la información era escasa”, adquirió la destreza para “unir e inferir todo tipo de datos y luego extrapolarlos, para sacar conclusiones y recomendaciones”. En su vida profesional recuerda haber cometido muchos errores que le enseñaron que “lo más importante en la vida no es ‘no meter las patas’, sino ¡sacarlas rápido!”. A los CEO les aconseja “ser soñadores, formarse grandes ideas y buscar la manera más práctica y eficiente de llevarlas a cabo”. Para conseguir lo que se propone, trata de “ser lo más simple en armar las ideas y en comunicarlas”. Su mayor realización profesional hasta ahora es “haber sido parte del proceso de crecimiento de Colombina, durante el cual pasó de una empresa local y dulcera, a otra internacional y de alimentos”.

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La gente es la clave

Aunque al principio de su carrera Roberto Junguito Pombo pensaba que solo a través de soluciones técnicas y operativas se conseguía mejorar el desempeño, aprendió luego que “lo más importante para alcanzar grandes logros es el talento humano”. Junguito acaba de ser designado como nuevo presidente de la Organización Corona, tras su paso por Cerrejón y Aerorepública. A los nuevos CEO les recuerda que “es fundamental creer y trabajar para el país, porque para que las empresas sean exitosas es necesario que a Colombia le vaya bien, que la economía crezca sostenido y el entorno social sea estable”. Por eso, “tenemos que trabajar unidos para mejorar la competitividad del país y no enfocarnos solo en los beneficios y ventajas para las empresas”.