¿En qué va?

Interconexión eléctrica con Panamá

La financiación de la interconexión eléctrica que unirá los mercados de Panamá y Colombia se hará por subasta en torno a la capacidad de la línea para transportar energía.

1 de octubre de 2010

A paso lento, pero seguro, avanza la interconexión energética entre los mercados de América Central y la Comunidad Andina, cuya etapa definitiva será la construcción de una línea de transmisión de entre 300 y 600 megavatios (MW), que unirá las subestaciones de Cerromatoso, en Colombia, con la de Ciudad de Panamá.

De cumplirse los cronogramas fijados por las autoridades de gobierno de los dos países y las empresas encargadas de construir la línea, este proceso quedará listo en 2014 y permitirá hacer realidad el sueño que por casi tres décadas han acariciado mandatarios de los dos bloques de países, e integrar las regiones centroamericana y andina a través del negocio de la energía eléctrica.

Aunque hoy se ve más cercana esta meta, todavía quedan varios escollos por resolver. Los más apremiantes tienen que ver con los estudios ambientales para definir el corredor por donde se construirá la línea de interconexión eléctrica en Panamá, pues se busca el menor impacto ambiental, social y económico, en un trazado que en esta parte tendrá 260 kilómetros hasta la frontera con Colombia. Los estudios ambientales son financiados por el Banco Interamericano de Desarrollo, por la necesidad de cooperación técnica.

En la parte colombiana ya está definido el corredor de menor impacto, que tendrá un total de 340 kilómetros entre la frontera y la subestación de Cerromatoso y, aunque la autoridad ambiental ya dio su aval, en este mes se iniciará un análisis de ingeniería de detalle para definir su trazado final.

La construcción de esta línea tiene un costo aproximado de US$500 millones y su ejecución estará a cargo de Interconexión Eléctrica Colombia-Panamá S.A. (ICP), de la que hacen parte Interconexión Eléctrica S.A, ISA y la panameña Etesa.

Andrés Villegas Ramelli, gerente general de ICP, señala que las autoridades energéticas de los dos países decidieron construir esta línea financiando su costo mediante un sistema de subasta. Allí se venderá capacidad de línea para transportar energía, en tramos de 50 MW. Esta subasta se realizará a mediados de 2011 y luego se procederá a la construcción, que puede tomar entre 28 y 36 meses.

Esto implica que en la parte colombiana al menos siete empresas podrían participar, pues generan más de esa energía. Ellas son: Emgesa (con casi 5.000 MW), EPM, Isagén, Colinversiones, Gecelca, AES Chivor y Urrá. En la parte panameña, cinco empresas reúnen esta condición: AES Panamá, Enel Fortuna, Bahía Las Minas, la Autoridad del Canal de Panamá y Pedregal Power.

Para Villegas Ramelli, es importante conocer el interés de los generadores y comercializadores antes de emprender un proyecto de esta envergadura, pues dependiendo del apetito del mercado se definirá si se arranca con una línea de 300 MW o se hace de 600 MW.

Pero, quizá el tema fundamental para sacar adelante esta iniciativa es la armonización de la legislación energética entre Colombia y Panamá, que se viene trabajando en audiencias públicas. Las autoridades deben regular el mercado eléctrico para que los empresarios sepan a ciencia cierta cómo operará el sistema y buscar que haya transparencia y seguridad para la inversión. Del buen diseño de esta armonización dependerá el alcance de la interconexión eléctrica entre las dos regiones.