En qué va

La capitalización del BID

El mayor músculo financiero le permitirá potenciar su apoyo a programas como reducción de la pobreza en países pequeños y vulnerables, y cambio climático.

26 de noviembre de 2010

El 31 de octubre de 2011, los 48 países miembros del Banco Interamericano de Desarrollo (BID) tendrán que desembolsar el primer aporte acordado por la Asamblea en el marco del noveno aumento de recursos de la entidad, por US$70.000 millones.

La capitalización del BID, aprobada el 21 de julio pasado, permitirá que para 2015 la entidad tenga mayor músculo financiero y pueda apoyar más proyectos de impacto social y económico en los 26 países de América Latina y el Caribe receptores de sus préstamos y cooperación.

Aunque el capital ordinario de la entidad pasará de US$100.000 millones a US$170.000 millones, en la práctica el capital que pagarán en los próximos cinco años los accionistas será de US$1.700 millones.

Javier León, representante del BID en Colombia, destaca la capitalización como una de las tres grandes transformaciones que ha vivido la entidad en los últimos cinco años y que arrancaron con un proceso de renovación del capital humano, que incorporó a profesionales jóvenes y con experiencia, permitiendo una mayor presencia de funcionarios del BID en los países miembros.

Solo en el caso de Colombia, la oficina pasó de 32 a 74 funcionarios. "Todas las oficinas han crecido en capital humano y la meta para 2015 es que el 40% de la gente esté por fuera del banco, trabajando más cerca de los países", asegura León.

La segunda ola fue una verdadera prueba de fuego: arrancó con la discusión mundial sobre la pertinencia de las multilaterales y terminó coincidiendo con la crisis financiera. El resultado final fue una entidad más fortalecida y representativa, aunque con menos capital, debido a las crecientes demandas de recursos por parte de sus miembros, factor que motivó el tercer gran cambio que concluyó con la aprobación de la capitalización.

León destaca que al mismo tiempo que se fortalece financieramente al BID, se le asignan nuevas metas en los temas que le han dado reconocimiento a la entidad: financiación para los países pequeños y vulnerables, que para 2015 debe alcanzar 35% de los préstamos totales; apoyo a la reducción de la pobreza y aumento de la equidad, a la cual se tendrán que asignar el 50% de créditos; apoyo al cambio climático, la energía renovable y la sostenibilidad ambiental, con otro 25%.

Para el apoyo a la cooperación e integración regional, la meta es asignar otro 15% de los recursos. También tendrán prioridad los préstamos al sector privado, cuyo objetivo es favorecer empresas que beneficien población de bajos recursos, generen empleo y sean amigables con el ambiente. Los porcentajes sumados no equivalen al 100% porque algunos proyectos pueden calificar para más de una categoría de financiamiento.

La efectividad de esta estrategia también se medirá y sus resultados se harán públicos. A partir de 2011, el BID presentará informes anuales con los avances en la implementación de la Agenda para un Banco Mejor y en 2013 habrá una evaluación para verificar que las reformas se estén ejecutando de manera íntegra y eficaz. Con mayor presencia financiera y transparencia en su comunicación, el BID espera mantener su liderazgo en América Latina.