Perfil

A la pantalla chica

El nuevo presidente de Caracol Televisión, Carlos Alejandro Pérez, habló en exclusiva con Dinero sobre sus planes de convertir a la empresa en una de las más importantes productoras de contenidos de la región.

4 de marzo de 2011
Carlos Alejandro Pérez.

La familia Santo Domingo toma directamente las riendas de Caracol Televisión. Así se desprende del nombramiento de Carlos Alejandro Pérez Dávila en la presidencia del canal, en reemplazo de Paulo Laserna, quien se retira después de diez años.

Pérez se mueve como pez en el agua en los círculos del poder empresarial. Es hijo de Carlos Pérez Norzagaray, un influyente colombiano que logró línea directa con varios presidentes como Fidel Castro, Carlos Andrés Pérez y Omar Torrijos. Su mamá es Josefina Dávila Rocha, hermana de Beatrice Dávila, la esposa de Julio Mario Santo Domingo.

Pérez Dávila ha jugado un papel fundamental en todas las empresas de la familia desde 1999 y de hecho es miembro de la junta directiva de SABMiller en Londres, la multinacional a la que pertenece Bavaria y de la que son socios los Santo Domingo con el 15% de la propiedad.

Sin embargo, su llegada a finales de los noventa a uno de los grupos empresariales más importantes del país no tuvo que ver con su parentesco, sino con su trayectoria y un toque de suerte.

Cuando tenía 14 años, sus padres pensaron que sería una oportunidad para sus hijos terminar el bachillerato en uno de los internados de mayor excelencia académica de Estados Unidos. Mientras estudiaba en The Hotchkiss School, en Connecticut, Pérez Dávila no podía quitar de su mente la meta de estudiar en Harvard las dos carreras que le permitirían llegar al sector público (economía y ciencia política), decisión que tomó desde muy joven, al ver cómo la política era tema central en la mesa de su casa.

A mediados de los ochenta, cuando finalizó sus estudios en Boston, se dio cuenta de que los mejores terminaban en banca de inversión y, como él también quería ser el mejor, se decidió por entrar en ese mundo. Fue así como llegó a Goldman Sachs, en los rascacielos de Manhattan. Después de dos años de mucho aprendizaje pero poco disfrute -sus jornadas nunca acababan antes de la media noche y no recuerda haber tenido ningún fin de semana libre-, decidió volver a pensar en su carrera en el sector público. En la Universidad de Cambridge, en Inglaterra, encontró un programa de maestría que se ajustaba a sus intereses: política económica para el desarrollo.

Al finalizar, Pérez quería un trabajo que le permitiera recuperar sus vínculos con América Latina. La banca de inversión londinense S.G. Warburg, especializada en asesorar gobiernos en reestructuraciones de deuda y privatizaciones, encontró su perfil interesante, porque podría ser la ficha clave para abrir el mercado en esta región.

Su llegada a S.G. Warburg coincidió con el ascenso al poder en Venezuela de Carlos Andrés Pérez quien quería darle un vuelco al país en torno a la inversión extranjera. Esto le dio la oportunidad de lograr mandatos para la firma y tener la credibilidad para convertirse en su socio en América Latina. Esta figura le dio libertad para hacer de manera paralela sus propios negocios. Creó y vendió el Banco Latino y con empresarios venezolanos de la talla de Oswaldo Cisneros convenció a BellSouth para incursionar en la telefonía celular en Colombia. Para su sorpresa, en este último negocio estaba compitiendo con el esposo de su tía Beatrice Dávila, Julio Mario Santo Domingo, quien terminó ganando la licitación; fue una situación incómoda para los dos.

Pérez Dávila no se dio por vencido pues había encontrado en las telecomunicaciones una nueva pasión. Con Nextel, una empresa de tecnología nueva de Estados Unidos, fundó Avantel. Al mismo tiempo, el Presidente mundial de BellSouth lo nombró vicepresidente para América Latina para que ayudara a entrar a Brasil. Después de ingresar con éxito a este mercado, en 1995, el presidente de BellSouth lo buscó de nuevo, pero esta vez para que manejara algún país. Sin embargo, Pérez se veía más como un gestor de negocios.

En 1997 llamó a su vieja amiga barranquillera, Violy McCausland, quien estaba creando en Nueva York una firma de asesoría financiera especializada en atender los negocios de las grandes familias de América Latina, incluida la Santo Domingo. Solo hasta ese momento llega la conexión importante con su tío político. Irónicamente, uno de los casos en los que la firma de la barranquillera estaba trabajando era el de Celumóvil y, dado su conocimiento del sector, quién mejor que él para hacerse cargo. Pérez Dávila terminó reestructurando la empresa y vendiéndosela a BellSouth. Dos años después de su llegada, en 1999, lo acompañaría en Violy, Byorum & Partners su primo Alejandro Santo Domingo y, al mismo tiempo, vendrían asesorías para Avianca y Bavaria. Así, su trabajo, de repente, se convirtió en atender al grupo Santo Domingo.

En 2002, ambos jóvenes dieron por terminado su paso por la "escuela" Violy y el gran patriarca de la familia les propuso montar una oficina familiar en Nueva York para continuar con el trabajo que venían haciendo. Con Julio Mario a la cabeza y Carlos Alejandro (entonces de 39 años) y Alejandro (de 25), como sus asesores estratégicos, empezaron un proceso de transformación del grupo.

Entre sus principales logros está la fusión con SABMiller, la venta de Avianca a Germán Efromovich y la reestructuración de Valorem.

Amigos y colaboradores admiran su olfato para los negocios y su capacidad de enfrentar con éxito cualquier desafío.

Lo que más disfruta en la vida es estar en su casa con su esposa y sus dos hijos. Le encantan los gadgets, y está al día con la tecnología. Pero quiere encontrarle más gusto a la televisión y la música para aprovechar mejor lo que compra. Esto lo dice pues su verdadera pasión es la lectura, un hábito que heredó de su padre. El tenis y el fútbol son sus deportes favoritos, que practica por lo menos tres veces a la semana. La rumba no es lo suyo. Nunca va a ser el que "raspa" fiesta, pero sí, el que se levanta más temprano que todos.

Carlos Alejandro Pérez tiene una compleja tarea por delante con Caracol Televisión. Hasta el momento, ha demostrado que saca lo que se propone adelante y por eso, su tío político, el hombre más rico del país, lo convirtió en uno de sus hombres de confianza. Pérez ha respondido, simplemente, con buenos resultados.