INFRAESTRUCTURA
El estrato alto tiene potencial
Se espera que en los próximos años este nicho despierte un mayor interés entre los compradores debido a las proyecciones de un mejor desempeño de la economía.
Se vislumbra para la vivienda del segmento alto un panorama más alentador en los próximos años, luego de que la demanda para este mercado mantuviera una tendencia decreciente.
Como lo destacan las directivas de la Cámara Colombiana de la Construcción, Camacol, teniendo en cuenta las últimas cifras de crecimiento de la economía, se espera un mayor avance para los próximos años porque con seguridad esto repercutirá en mayores niveles de inversión para las viviendas nuevas de estrato alto, cuyos precios están por encima de los 435 salarios mínimos.
Frente al tema, Sandra Forero Ramírez, presidente de Camacol, precisó que como gremio han estado proponiendo acciones de política sectorial que permitan reactivar la inversión en vivienda nueva.
Para el segmento alto –como lo visualiza– el entorno ideal es que el ciclo económico genere las condiciones para impulsar la inversión, que haya una disminución en el desempleo que permita generar una mayor demanda potencial, y que las opciones de financiación referentes a tasas de interés y canales de crédito incentiven la compra en este segmento. El gremio ve factibles estas tres condiciones y por eso apuesta por una recuperación.
Las mejores proyecciones para el segmento alto se dan en medio de un entorno complejo, luego de que en los últimos 12 meses, con corte a octubre, se comercializaron un total de 19.115 viviendas y se lanzaron 14.825 unidades, lo cual significó una contracción del orden de 10,7% y 26,4%, respectivamente.
Estabilización
Roberto Moreno, presidente de Amarilo, asegura que, si bien aumentó el inventario para el sector de estrato alto en los últimos ocho años, recientemente esta tendencia se está estabilizando. “Aunque el inventario no está disminuyendo, la oferta nueva está siendo igualada por la demanda. Este dinamismo está impulsado por el segmento de viviendas entre los $115 millones y $350 millones, que han tenido un comportamiento positivo en ventas”, precisó.
En su criterio, la actual coyuntura económica presenta uno de los mejores momentos para comprar vivienda porque hay un entorno positivo marcado por las tasas de interés, que se encuentran en niveles históricamente bajos. Por otro lado, considera que el aumento del porcentaje a financiar en los créditos hipotecarios diferentes a los de Vivienda de Interés Social, que pasó de 70% a 90%, facilita la compra.
En general, adquirir vivienda para usufructo personal, familiar o como instrumento de inversión es para Roberto Cáceres, gerente general de Colliers International Colombia, una opción segura y de bajo riesgo. Esa debería ser, como lo ve Cáceres, la principal motivación a la hora de adquirir un inmueble sin importar el estrato al cual corresponda. “Quienes compran para rentar deben hacer su inversión pensando en el largo plazo, ya que pueden darse periodos de vacancia”.
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Una buena razón para ser optimistas en los estratos altos, como lo resalta Cáceres, es que dentro de la reforma tributaria que tramita el gobierno nacional se eliminó el impuesto al consumo de 2% en los inmuebles que tengan un costo superior a los $900 millones, lo que desaparece un elemento que afectó la demanda considerablemente.
“Es un mercado relativamente pequeño que, si bien tiene una baja tasa de rentabilidad derivada del arriendo sobre el precio de venta, cuenta con unas curvas históricas de valorización buenas, por lo que el efecto combinado de estos dos elementos en el largo plazo resulta atractivo”, dijo.
Otros formatos
Daniel Vásquez, presidente Ejecutivo de la Federación Colombiana de Lonjas de Propiedad Raíz, Fedelonjas, dijo que en el estrato alto se están generando nuevos formatos a pesar de que las viviendas, tanto las nuevas como usadas de más de $500 millones, han mostrado unos índices de rotación relativamente bajos.
Los altos precios de años atrás, en su criterio, llevaron a que los consumidores se inclinaran por inmuebles con menores áreas y valores proporcionales a su extensión, lo que los hace más accesibles. Estos inmuebles tienen demanda porque muchas más personas viven solas, lo que ha llevado a que las constructoras replanteen los conceptos. A su vez, el número de integrantes de los hogares ha disminuido y el promedio actual es de 3,3 personas.
Los inversionistas, como destaca Vásquez, también encuentran una buena alternativa para comprar propiedades de menores áreas para rentar, debido a que hay una creciente demanda de estos inmuebles. “Hay que esperar que los inventarios de estos bienes disminuyan paulatinamente, pero también tomar medidas complementarias como mayor financiación y subsidios a la tasa”.