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El arte de no caer bien

Nadie es monedita de oro para agradarle a todo el mundo. Según un libro que ha agitado al Japón, la felicidad está en aprender a vivir sin que eso importe. Cinco razones para lograrlo.

19 de mayo de 2019
El arte de no caer bien en la oficina. | Foto: iStock

Uno de los libros más populares en Japón en los últimos tiempos se titula Atrévete a no agradar. En él sus autores, Ichiro Kishimi y Fumitake Koga, crean un diálogo entre un filósofo y un joven estudiante. Parten de la idea de que los problemas tienen origen en las relaciones interpersonales por una de estas tres razones: por complejo de inferioridad, por la sensación de que nos tratan injustamente y por la necesidad de complacer a los demás.

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El libro, entre otras cosas, se enfoca en esta última, la pretensión de caer siempre bien a todo el mundo, algo estadísticamente imposible. Enseña que esa búsqueda no debería preocuparnos. De hecho, señala que la felicidad verdadera radica en vivir sin necesidad de gustarle a nadie. La conversación tiene su base en las ideas y teorías de Alfred Adler, uno de los más grandes exponentes de la psicología junto con Sigmund Freud y Carl Jung. Estas son las cinco lecciones del libro que pueden ayudar en gran manera en los ámbitos laboral y personal.

1 No es posible complacer a todos. Es la receta perfecta para el desastre, porque implica no reconocer los sentimientos, necesidades y anhelos propios, a cambio de aceptar los de los demás. Cuando deseamos intensamente que nos reconozcan vivimos para satisfacer las expectativas de los demás y no las nuestras.

2 Las relaciones no son simétricas. Muchos esperan que en la amistad haya un intercambio justo en el que cada uno da lo mismo que recibe. En la realidad eso no sucede, porque cada individuo tiene diferentes formas de expresar su amor y gratitud y todas son correctas. No entenderlo causa malentendidos.

3 No siempre agradamos. Es posible encontrar gente que no nos entiende y aún más, que no nos aprecia. Pero en lugar de hacer un drama de eso hay que pensar que la verdadera libertad consiste en que no nos importe caerle mal a otro. Dejar de pensar en lo que los demás sienten por uno marca, según los autores, un camino a la serenidad.

4 Los problemas son el espejo del alma. Las relaciones que cada cual establece con otros ayudan a conocerse mejor. En ese sentido los problemas que surgen de esa interacción reflejan resistencia a aceptarnos como somos.

5 Conseguir reconocimiento es una trampa del ego. Cuando una persona busca a toda costa que todos la quieran y aprecien, vive a la expectativa de lo que digan los demás y eso se parece a estar en una cárcel. La llave hacia la libertad consiste en permitirse vivir según las convicciones propias, sin exigir a cambio nada y aceptando el derecho de otros a no querernos. Según el autor, ahi está una clave para llegar a la felicidad y la paz mental.