ANA SARMIENTO

Ana Sarmiento: La gurú de los millennials

Una colombiana se destaca en Asia y Europa por su consultoría en el manejo de la nueva fuerza laboral dentro de las principales compañías del mundo.

26 de mayo de 2016
Una bogotana, graduada como administradora del Cesa y con maestría de Incae, se convirtió en una de las principales consultoras en el manejo del talento joven en poderosos grupos industriales y financieros del mundo. | Foto: Alejandro Acosta

El mundo laboral no había estado tan polarizado como ahora en cuento a la incorporación de jóvenes a la fuerza de trabajo. Si bien en las generaciones anteriores se registraron pequeñas fricciones en el ingreso de los jóvenes al mercado de trabajo, en este momento se están viendo verdaderas colisiones.

Menos comprometidos y más relajados en el horario de trabajo o en el cumplimiento de sus labores son las quejas permanentes de las empresas. Pero los jóvenes también tienen sus críticas: sus jefes no les delegan o les ponen trabajos muy aburridos o pocos retadores.

Cómo conciliar estas visiones tan disímiles y sacar el mejor provecho del conocimiento de los jóvenes talentosos –que sin duda es la generación que ingresa mejor preparada al mercado laboral–, es el campo en el que se ha especializado Ana Sarmiento, una colombiana que hoy asesora multinacionales en Europa y Asia sobre cómo cerrar esta brecha para sacarle el mejor potencial a los Millenials –los jóvenes nacidos entre 1980 y 1995–.

Su preparación académica en Occidente y la incorporación de técnicas orientales le han permitido convertirse en consultora permanente del grupo BMW en el manejo del talento joven. Además de asesorar a esta compañía productora de vehículos, también lo hace con Rolls Royce, Mini y el brazo financiero del grupo Alphabet Financial Services. También es consultora de BNP Paribas, Wella y la ONG Methodist Welfare Services, entre otras compañías.

Su base de operación está en España, pero, emulando a los millennials, viaja durante buena parte del año para desarrollar sus consultorías en Europa, América y Asia. En junio, por ejemplo, estará en Corea en un ciclo de capacitación con la marca BMW, que tiene allí uno de sus cinco centros de I+D a nivel internacional.

Nacida en Bogotá, Ana Sarmiento empezó a trabajar en el sector financiero después de graduarse como administradora de empresas en el Cesa. Hizo sus prácticas empresariales en una mesa de dinero independiente y esto marcó su interés por trabajar en el sector financiero que, en su opinión, tiene dos cualidades fundamentales: primero, que nadie se lleva el trabajo para su casa y, segundo, que se trabaja con la palabra, sinónimo de confianza y compromiso.

Tras graduarse como administradora, comenzó a trabajar en la mesa de dinero de Porvenir, donde desarrolló una exitosa carrera profesional, primero como trader junior y luego como senior. De allí pasó a ser corredora de bolsa y volvió a Porvenir para dirigir la mesa de dinero. Después de cursar una maestría en Incae Bussiness School, en España, decidió volver al país a poner su conocimiento al servicio de un cargo en Fonade. Esta, recuerda, fue una de las experiencias más gratificantes porque trabajó con autoridades municipales que buscaban financiar proyectos de servicios básicos como el agua o la electricidad. De esta época recuerda las historias surrealistas que contaban alcaldes y funcionarios de lejanos municipios del país y que parecían extraídas de un siglo atrás.

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Luego de ser directora de la mesa de dinero en la fiduciaria del Banco Santander, se casó con un científico alemán especializado en terremotos y se fue a vivir unos años a Alemania, luego a Hong Kong, Singapur y volvió hace un par de años a España, donde reside.

En 2007 decidió darle un giro a su vida y aprovechar sus conocimientos financieros para complementarlos con una formación en Oriente, en un tema que siempre la había atraído: la consultoría en temas de recursos humanos. Tras certificarse como coach y aprender técnicas orientales, se especializó en el tema millenial.

¿Sus recomendaciones? Tres temas clave: primero, basar el desempeño de la gente en las fortalezas y no en las debilidades –no ponerlos en trabajos “para que aprendan” sino en aquellos con los que tienen afinidad–; segundo, definir metas claras frente a lo que se espera de estos profesionales –evaluar el resultado más que el proceso– y, tercero, identificar con claridad los talentos para ubicarlos en posiciones en las que son más eficientes.

Sin duda, el tema millennial se ha convertido en uno de los mayores escollos que hoy enfrentan las compañías alrededor del mundo, porque muchos de sus directivos –de generaciones baby boomers o X– se resisten a entender que el cambio en la fuerza laboral no es temporal sino permanente, y que deben adaptarse a las nuevas condiciones si quieren atraer y retener el talento. Por eso, si las empresas quieren a los jóvenes más talentosos, la mejor opción es relajarse.

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