AEROLÍNEAS
Alas buenas
VivaColombia llegó a Lima y a Quito con su esquema de bajo costo. Las tarifas ya se han reducido entre 60% y 75%. Se está convirtiendo en un fenómeno comercial.

En la batalla que libran las aerolíneas por el mercado colombiano, el primer ganador ha sido el consumidor, que ha aprovechado una amplia oferta de rutas y atractivas tarifas. También se han beneficiado las aerolíneas con el robusto crecimiento del mercado: solo entre enero y septiembre se movilizaron 22,56 millones de pasajeros –1,48 millones más que en igual periodo de 2013–, con un crecimiento de 7,1%, según cifras de la Aeronáutica Civil.
Pero quizá el ganador neto ha sido la aerolínea de bajo costo VivaColombia, que con solo dos años de operaciones ya tiene cerca de 10% del mercado doméstico –planea alcanzar 25% en el mediano plazo– y por donde pasa genera un impacto en tarifas y crecimiento del mercado. ¿Cuál es su secreto?
Con una estrategia que combina precios atractivos derivados de una variada estructura tarifaria; amplia oferta de rutas e itinerarios y una estructura de costos muy competitiva, la compañía ha logrado mantener su rentabilidad.
Juan Emilio Posada, presidente de VivaColombia, reconoce que el crecimiento que ha tenido la aerolínea supera las expectativas que se habían trazado inicialmente. En el mercado colombiano ya se ubica como la tercera aerolínea del país –después de Avianca y Lan– y en este momento cuenta con 18 rutas nacionales y 2 internacionales, y desde la primera semana de diciembre iniciará operación en otras dos rutas internacionales: Quito y Lima.
La sola aprobación de estas dos rutas internacionales provocó una caída sustancial en el costo de los tiquetes a estos destinos: en el caso de Quito, los precios han caído hasta 75% –desde US$840 a unos US$206– y en el de Lima, hasta 60% –pasaron de US$536 en promedio a US$209–. Pero también generó un crecimiento del mercado, que va desde 30% con Quito hasta 36% con Lima, según confirmó Posada.
El impacto de su llegada a un nuevo destino es de tal magnitud que en los dos últimos años las tarifas aéreas han caído en promedio 26%, según Gilberto Salcedo, presidente de la Asociación de Transporte Aéreo, Atac, quien considera que “en este comportamiento “influyó bastante la entrada de VivaColombia”.
Al mismo tiempo, el tráfico aéreo se ha disparado: según cifras de Atac, en 2012 creció 13% y en 2013 aumentó 16%, tres veces más que lo ocurrido en el mundo y 2,5 veces más que en América Latina y el Caribe.
Para Jean Claude Bessudo, presidente de Aviatur –una de las mayores agencias de viajes del país– las aerolíneas de bajo costo han demostrado ser modelos de negocio muy exitosos y en Colombia esta no ha sido la excepción. Reconoce que estas le apuntan a una clientela muy específica y cree que el mejor síntoma de su impacto es “el hecho de que algunas empresas de transporte terrestre han expresado su interés de crear una aerolínea de bajo costo”, asegura.
En solo dos años, el número de viajeros ha crecido geométricamente: pasó de movilizar 559.000 pasajeros en ocho meses de 2012 –inició operaciones el 5 de mayo de ese año–, a 1,8 millones de viajeros el año pasado, cifra similar a la obtenida entre enero y octubre de este año, mientras para el año completo la expectativa es llegar a 2,8 millones de pasajeros.
Para 2015 la apuesta sigue siendo muy ambiciosa: “Esperamos transportar 3,4 millones de pasajeros, es decir, tendremos un crecimiento de 42%”, explica el presidente de VivaColombia. Pero llegar a nuevos destinos exige grandes inversiones. Este año la compañía adquirió su sexto avión y negocia dos más. Cada aeronave vale unos US$50 millones y podrían incorporarse el próximo año. Por ser aerolínea de bajo costo, todos sus aviones tienen las mismas características: son A320, lo que estandariza procesos de mantenimiento y reparación.
Con la ampliación de la flota, la compañía planea llegar a nuevos destinos el próximo año. Según Posada, entre los planes por concretar están las nuevas rutas aprobadas por la Aeronáutica Civil para volar desde Cali y Cartagena hacia San Andrés, con 7 frecuencias semanales cada uno.
La compañía ha solicitado nuevas rutas desde Bogotá y Cúcuta hacia Caracas, y desde Bogotá hacia Miami, Fort Lauderdale y West Palm Beach. “Más adelante estaremos definiendo a cuál de estas rutas le daremos prioridad, teniendo en cuenta la demanda y los precios que existen actualmente en esos mercados”, asegura Posada. Pero, aunque el negocio aéreo sigue viento en popa para las aerolíneas que operan en el país, tres temas están generando grandes nubarrones.
Por un lado, los altos costos de operación para las aerolíneas, que para el presidente de Atac, Gilberto Salcedo, corresponden a una “visión fiscalista de las concesiones”. Salcedo se queja de que falta una vigilancia efectiva por parte de las autoridades para evitar el abuso de posición dominante por parte de los operadores de los principales aeropuertos en el país.
Los otros dos temas que preocupan son el comportamiento de la tasa de cambio y los precios de los combustibles. Para Posada, “el combustible representa más de 35% de nuestros costos y a eso se suma que más de 55% de nuestros costos son pagados o facturados en dólares”, lo que se convierte en una combinación ‘explosiva’ que podría afectar el comportamiento del sector. Por eso, pide que “cualquier esfuerzo que pueda hacer el Gobierno para controlar la devaluación del peso y reducir los costos asociados al combustible son bienvenidos”.
Con un mercado en alza, las aerolíneas siguen volando alto en el país, especialmente las de bajo costo. Pero no pierden de vista los nubarrones que comienzan a aparecer.