ARGOS

El futuro del Grupo Argos contado por sus gigantes

Grupo Argos se consolidó como uno de los jugadores más relevantes de infraestructura en el continente. En 2016 sus ingresos crecieron, pero este año pinta mejor. Se abre la posibilidad de pasar las acciones de Cementos Argos de nivel 1 a nivel 3 en la Bolsa de Nueva York.

16 de marzo de 2017
De izquierda a derecha: María Clara Aristizábal, gerente del negocio de Desarrollo Urbano e Inmobiliario; Ricardo Sierra, presidente de Celsia; Juan Esteban Calle, presidente de Cementos Argos; Jorge Mario Velásquez, presidente de Grupo Argos, y Mauricio Ossa, presidente de Odinsa. | Foto: Juan Fernando Cano

Pese a que la infraestructura está en el ojo del huracán por cuenta de los hechos de corrupción de Odebrecht, un conglomerado colombiano se ha convertido poco a poco en un poderoso grupo en este sector, que es clave para la economía nacional.

El Grupo Argos ha venido en un proceso de expansión. De tener inversiones concentradas en cementos, pasó primero a energía –con la adquisición de Colinversiones y lo convirtió en Celsia–, luego adquirió Odinsa –ya tiene más de 95% de la propiedad–, abrió nuevos negocios inmobiliarios y conformó junto a Conconcreto y Protección un nuevo vehículo de inversión –Pactia– y cuenta con 50% de la participación en Compas, uno de los principales jugadores portuarios del país.

En 2016 obtuvo ingresos por $14,5 billones, más de 14% de crecimiento con respecto a 2015, y un Ebitda que superó los $3,6 billones –un incremento de 37,4%–. En tres años –2015, 2016 y 2017– Grupo Argos invertirá en total más de $4 billones, según Jorge Mario Velásquez, su presidente.

Pero también ha aumentado su participación en diferentes geografías, especialmente con Cementos Argos, que sigue profundizando su presencia en Estados Unidos y se ha convertido en la empresa colombiana con más inversiones en ese país –cercanas a US$3.000 millones–. Es también la única firma nacional con inversiones en territorio francés, con las plantas que tiene en Guyana.

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Hoy Cementos Argos tiene ADR en la Bolsa de Nueva York en Nivel 1 y varios analistas consideran que, dada su exposición y actividad en el mercado de Estados Unidos, tendría sentido una mayor presencia de esta compañía en esa bolsa y subirla a Nivel 3, o incluso de llevar la acción de Grupo Argos allí.

Velásquez advierte que hoy por hoy no hay ningún proceso ni de listamiento ni de salida a bolsa, aunque señala que es claro que se trata de un emisor recurrente. “Ya estamos en Nueva York y vamos a tocar las puertas del mercado norteamericano cuando lo requiramos desde el punto de vista de estructura de capital que nuestros planes de expansión demanden y que estén las ventanas de oportunidad en el mercado”, dice.

Radiografía

A pesar de que la demanda de cemento en el país decreció 5% en 2016, para Cementos Argos el pasado fue un año récord: logró ingresos por $8,5 billones, impulsados especialmente por las operaciones internacionales. La diversificación geográfica le permitió compensar las caídas en el mercado local. Estados Unidos ya pesa 50% de sus ingresos y otro 20% la operación en Centroamérica y el Caribe.

“En Estados Unidos crecimos en volumen de cemento 19%, cuando el mercado creció por debajo de 4%. Para este año, Estados Unidos va a pesar 55% de los ingresos y el Ebitda representará 50% de toda la operación”, dice Juan Esteban Calle, presidente de Cementos Argos. Frente al tema político en Estados Unidos, Calle considera que la infraestructura es el único eje que une tanto al partido Republicano como al Demócrata. “La gran infraestructura en Estados Unidos se construyó en los 60 y 70. Se habla de US$3 billones (millones de millones) a 2025 para desatrasarla”.

El sueño de la compañía es ser un jugador líder en el hemisferio. Ya está en Estados Unidos, tiene una fuerte presencia en Centroamérica y el Caribe –aunque faltan algunos países– pero no hay activos en el sur del continente, ni en Canadá. “El plan es, de una forma muy disciplinada, ir creciendo nuestra presencia en las Américas”, dice Calle.

En Colombia es optimista frente al desarrollo de las 4G, a pesar de los problemas que ha generado el escándalo de Odebrecht. “Tenemos –asegura Calle– una participación cercana a 80% de los cierres de unidades funcionales en las primeras 8 obras que ya cuentan con cierres financieros”. Eso significa que la mayor parte de la primera ola de 4G está siendo construida con cemento de Argos.

En el caso de energía, tras un año 2015 enmarcado por la amenaza de racionamiento, Celsia repuntó: sus ingresos llegaron a $3,8 billones, 3% más que en 2015, pero con una operación más eficiente; después de perder $50.000 millones, pasó a tener utilidades netas por $170.000 millones, y el Ebitda, que en 2015 se situó en $684.000 millones, en 2016 superó $1 billón, un crecimiento mayor a 50%.

Su gran avance ha sido la complementación en su modelo de negocio. Sin abandonar el manejo de los activos térmicos e hídricos, está en un proceso de innovación y este año empezó a producir 10 MW en una granja solar ubicada en Yumbo, que se suma a los 37 MW de energía solar instalados para 92 clientes, distribuidos en paneles ubicados en los techos de esos clientes. Hay otros 200 MW en proyectos para desarrollar en dos o tres años.

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Por el lado de las concesiones viales, el año pasado fue la consolidación de la adquisición de Odinsa por parte del Grupo Argos, donde ya tiene 98,6%. Además, el Grupo compró 30% de Opain –que está a cargo de la operación y modernización del Aeropuerto Eldorado–, donde Odinsa tiene 35%. Tras la compra, Odinsa simplificó su estructura en tres grandes capítulos: concesiones viales en operación –donde quedó con Autopistas del Café y las que posee en República Dominicana–, en construcción –con Pacífico II y Malla Vial del Meta– y aeropuertos –con Eldorado y el de Quito–.

Autopistas del Café y la Malla Vial del Meta atraviesan procesos arbitrales. La primera, porque a consideración del Gobierno el contrato se cumplió, mientras la empresa considera que aún faltan años. Hay un tribunal de arbitramento instaurado que viene avanzando y en marzo se inicia la etapa de conciliación. En el segundo caso, la situación es compleja, pues el tráfico específico era petrolero y disminuyó más de 60%. “Estamos en un proceso arbitral interpuesto por nosotros en diciembre del año pasado. Nos cobija un otrosí con un año de plazo para llevar a cabo con la ANI unas mesas de trabajo y buscar una solución”, explica Mauricio Ossa, presidente de Odinsa.

En el negocio inmobiliario, Grupo Argos tiene dos frentes. El primero, una agenda de desarrollo urbano que significa entregar al mercado bloques de terreno para que se hagan los proyectos. “Pero no construimos y no vendemos vivienda”, dice Velásquez.

Y el segundo son los activos construidos para la renta. Eso se hace con Pactia, en un joint venture en el que participa Conconcreto y recientemente llegó Protección con un aporte de $165.000 millones. El objetivo es llegar a 780.000 m2 entre centros comerciales, oficinas, bodegas, autoalmacenamiento y hoteles.

“En el campo internacional tenemos un proyecto de oficinas y centro comercial en Panamá y estamos explorando el este de Estados Unidos, con hoteles y eventualmente vivienda”, dice María Clara Aristizábal, gerente del negocio de Desarrollo Urbano e Inmobiliario.

El último gran negocio del Grupo Argos es con la Compañía de Puertos Asociados (Compas), donde participa junto con Southern Port Holding Inc. (conformada por la familia Echavarría Obregón de Colombia y Ership S. A. de España) en la firma que maneja puertos en Colombia, Estados Unidos y Panamá. Los ingresos consolidados de la firma sumaron $129.000 millones el año pasado, mientras que el Ebitda alcanzó los $44.000 millones para un margen Ebitda de 34% en 2016.

Aunque cada negocio tiene referentes de competencia, son pocos los vehículos como el Grupo Argos que puedan replicar la presencia y especialidad en el negocio de infraestructura. Una apuesta que sigue creciendo y evolucionando en su desarrollo.

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