EMPRENDIMIENTO
Jóvenes emprendedores que le apostaron a abrir su propio restaurante
En el último año se crearon más de 1.300 empresas dedicadas a la gastronomía, un segmento que mueve anualmente alrededor de $36 billones.

Abrir un restaurante es “pa machos”, como muchos dirían, ya que es uno de los negocios que demanda más tiempo y cuidado, bien dice un conocido adagio popular: “el que tiene tienda, que la atienda”, y sí que es cierto, quien le apuesta a la oferta gastronómica tiene que “ponerse la camiseta” y estar 100% al servicio de su empresa y sus clientes.
A pesar de que este tipo de negocio es tan demandante y de que en los dos últimos años ha habido una contracción por cuenta de la inflación en los alimentos, muchos emprendedores se la juegan por montar sus restaurantes.
De hecho, según cifras de la Asociación Colombiana de la Industria Gastronómica (Acodrés), en 2017 nacieron más de 1.300 empresas dedicadas a este negocio, un renglón que mueve aproximadamente $36 billones anuales.
En los últimos meses, dice Guillermo Henrique Gómez, presidente del gremio, se han evidenciado importantes indicadores de recuperación, lo cual ha jalonado la apertura de nuevos restaurantes que le apuestan a una cocina de alta calidad.
Los subsectores con mayor crecimiento –sostiene– son comidas rápidas y comidas de lujo o alta calidad.
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El renglón ha generado tal atractivo, que entidades como la Cámara de Comercio de Bogotá están trabajando en la iniciativa de clúster de gastronomía, que tiene como objetivo trabajar para que el sector sea reconocido por su liderazgo y posicionamiento en la prestación de servicios innovadores, sostenibles y de alta calidad.
Los restaurantes Home Burguers, Poke, Love Chicharrón y Poblano son algunos ejemplos de emprendimientos exitosos en la industria gastronómica. Han sabido cautivar exigentes paladares con tesón y resistencia. A continuación, sus historias.
Hamburguesas sofisticadas
Hace cuatro años, Camilo Peláez y tres de sus amigos del Colegio Nueva Granada tuvieron la idea de “montar” una hamburguesería que volviera a las raíces de lo que es una buena hamburguesa, mezclando las características de un restaurante de comida rápida con las de uno más sobrio y elegante.
Así nació Home Burguers, un emprendimiento que ya tiene tres años en el mercado y que en 2017 facturó $16.000 millones. La fórmula, cuenta Camilo, es ofrecer a sus clientes una hamburguesa sencilla, pero al mismo tiempo sofisticada, de muy buena calidad y a un precio competitivo.
“Creamos la empresa, porque los cuatro (socios) somos amantes de las hamburguesas y porque queríamos aprovechar la revolución que hay en torno a esta receta, tanto a nivel nacional como internacional”, dice este emprendedor de 29 años, quien agrega que en Colombia hacía falta una hamburguesería que mezclara calidad, precios competitivos y rapidez en el servicio.
Home Burguers arrancó con dos productos: hamburguesa sencilla y doble. Hoy cuenta con otros dos: hamburguesa de pollo y vegetariana, para un total de cuatro platos en su carta.
Solamente se manejan estos cuatro productos, ya que, según Camilo, al contar con una carta tan reducida, se es capaz de enfocarse más en la calidad. Esta es una de las estrategias de la cual se siente orgulloso y que ha llevado a la empresa a vender, en promedio, alrededor de 132.000 hamburguesas mensuales.
La compañía comenzó con un local en la Carrera 9 con Calle 81 en Bogotá y hoy cuenta con diez puntos de venta más (tres para solo domicilios y siete repartidos en la capital del país, Medellín y Chía). Este año abrirá cuatro locales más: dos en Bogotá (Movistar Arena y sector de la 93) y dos en Medellín (sector del Poblado y Envigado).
La idea de este plan de expansión, afirma el emprendedor, es que en cinco años Home Burguers se “codee” con las tres hamburgueserías más grandes de Colombia: Arcos Dorados, Corral y Presto, para lo cual la empresa quiere llegar a ciudades como: Cali, Cartagena, Barranquilla, Santa Marta y Bucaramanga, además de crecer aún más en Bogotá y Medellín.
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Camilo insiste en que su caballito de batalla es la calidad, tanto así que dice que la compañía se da la “pela” castigando sus márgenes, ya que su costo de venta es más alto que el de otras cadenas de hamburguesas.
Rápida, pero saludable
“Mi padre me inculcó el sentido de pertenencia y la motivación por contribuir al crecimiento del país”. Así lo dice con un gesto de gratitud, Camilo Obregón, socio fundador del restaurante Poke, e hijo del reconocido empresario Ricardo Obregón.
Para Camilo, valores que caracterizan a su padre, como la sencillez, humildad y valentía son parte esencial de la forma en la que hoy trabaja en su proyecto de emprendimiento Poke, un negocio al que le dio vida junto con su esposa Isabella Fernández.
“Ambos teníamos proyectos en el sector de la moda, pero nuestra pasión por la gastronomía y la generación de experiencias de valor agregado nos motivó a crear un concepto de comida novedoso en la categoría fast casual en Bogotá”, afirma el empresario.
Agrega que junto a Isabella comenzaron a analizar tendencias internacionales y como estas podrían ser adaptadas al mercado local, fue así como conocieron Poke, un plato típico de la gastronomía de Hawaii, que integra los sabores de comida oriental como el arroz de sushi, la soya y el aceite de ajonjolí, en un bowl.
Durante meses él y su esposa se reunieron con amigos y chefs especializados buscando la manera de adaptar el Poke al mercado local y al término de cuatro meses ya tenían un menú diseñado.
Comenzaron en un local en la Calle 81 con Carrera 8 en Bogotá y un equipo de 4 empleados listos para probar suerte con este plato, que a pesar de ser completamente nuevo en Bogotá ya era considerado en Estados Unidos como el fenómeno de mayor crecimiento en el segmento fast casual, y una tendencia a nivel internacional.
Se trata de un plato saludable y balanceado, de preparación rápida, en promedio 8 minutos, y servido en un bowl.
Abrieron las puertas de su primer punto en agosto de 2016 con una inversión inicial de $120 millones. Camilo vendió su carro e Isabella acudió a un préstamo familiar. “Para nuestra grata sorpresa logramos punto de equilibrio en el primer mes de operación y al término del cuarto mes recuperamos nuestra inversión inicial. Esto ha sido factor determinante en nuestro proceso de crecimiento”, dice Isabella.
A la fecha, Poke cuenta con ocho puntos de venta, cuyas aperturas han sido financiadas por el flujo de caja de la operación del negocio y lo que es aún más gratificante es que la compañía pasó de 4 empleados a 70. Para el término del año proyecta tres aperturas adicionales.
De acuerdo con Camilo, el balance después de dos años es positivo, teniendo en cuenta que 2017, sobre todo, fue un año difícil para esta industria. “El público capitalino ha sido muy receptivo con este nuevo concepto y lo ha incorporado en sus hábitos de consumo, en especial la audiencia de milenials, que buscan opciones novedosas, saludables y deliciosas”.
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Historia de amor
Juan Pablo Bonilla y Valentina Builes no solamente son socios, también son novios. Por esto, cuando decidieron abrir su restaurante lo llamaron: Love Chicharrón. Juan Pablo soñaba con hacer del típico chicharrón colombiano un plato principal y Valentina quería lanzar al mercado de la gastronomía una oferta novedosa.
De eso hace tres años. Viajaron a Europa de donde tomaron algunas ideas para materializar su sueño, que hicieron realidad en septiembre del año pasado con la apertura de su primer restaurante en Santa Bárbara, en Bogotá. Después vino la inauguración, en mayo de este año, de un nuevo punto de venta en la Calle 85 con Carrera 16, también en la capital del país.
Pero lograr esto no fue fácil, cuenta Juan Pablo, quien dice que antes de abrir los dos puntos de venta participaron en ferias, bazares y eventos de distinto tipo, con una carpa móvil que compraron con sus ahorros y en la que vendían varios “antojos” de la comida colombiana, tales como arepas de choclo y huevo, carimañolas y, por su puesto, su producto estrella: el chicharrón.
Hoy quieren abrir un tercer restaurante en la zona de Chapinero, decisión que tomaron por los resultados que han obtenido en sus dos puntos de venta. Las cifras hablan por sí solas: ingresos cercanos a los $3.000 millones con crecimientos mensuales de más de 50%, más de 3.000 comensales al mes y la venta de alrededor de dos toneladas semanales de carne de cerdo. Pero sus proyectos no terminan ahí. Juan Pablo y Valentina quieren tener en los próximos tres años alrededor de ocho restaurantes, con capacidad para 80 personas en promedio. Con esto, dice el emprendedor, “podríamos alcanzar ventas superiores a los $12.000 millones”. Así mismo, Love Chicharrón continuará tecnificando procesos, para lo cual prevé el crecimiento de su planta de producción ubicada en Chía (Cundinamarca).
“Uno de nuestros principales objetivos es desarrollar aún más la materia prima y la proveeduría, ya que nos enfocamos mucho en la calidad de nuestro producto”, complementa Juan Pablo, que sostiene que la idea de su negocio es rescatar lo mejor de la gastronomía colombiana.
Apuesta colombo mexicana
Después de un viaje a New York, Esteban Maya y su esposa se propusieron abrir el restaurante Poblano, un negocio cuya oferta gastronómica contempla una mezcla entre comida mexicana y colombiana.
A este abogado siempre le ha gustado la gastronomía y le encanta inventar cosas nuevas, según dice, por lo cual decidió, junto con cuatro socios más, incursionar en el segmento de comidas rápidas, con una propuesta saludable que incluye ingredientes sin conservantes.
Explica que su carta ofrece diversos platos que el comensal puede “armar”. Entre los ingredientes se destacan: cereales, proteínas (de origen animal o vegetal), verduras, salsas, tortillas y chiles chipotles (traídos directamente de México), entre otros.
También ofrece alternativas tales como desayunos y onces, para los que se antojan en la tarde de algo rápido para compartir con su familia o amigos. Los precios –sostiene– oscilan entre los $11.000 y los $16.900 por persona.
Poblano cuenta con dos sucursales: una en el Centro Internacional, bajo la modalidad de restaurante, y otra en el Centro Comercial Avenida Chile, bajo el concepto de plazoleta de comidas.
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Este año planea abrir un punto adicional, sin embargo, aún no es claro el lugar, expresa Maya y agrega que los restaurantes reciben al día entre 60 y 90 personas.
Cuenta que la empresa, que genera 15 empleos directos, arrancó con recursos propios y financiación privada. Así mismo, sostiene que su modelo de expansión está basado en la compraventa de derechos económicos a perpetuidad.
Dice que los dos puntos generan ingresos de alrededor de $70 millones mensuales y que las expectativas son grandes, ya que la firma le apuesta a la reactivación de la economía.