FARMACÉUTICO

Lista la planta que produce un cannabis que vale oro

Con el cannabis colombiano, cultivado bajo techo, algunos inversionistas apuestan por sacarle un mayor provecho a este negocio que apenas germina.

20 de mayo de 2019
Borja Sanz de Madrid dice que negocia con empresas de Canadá, Estados Unidos y Europa para proveerles este tipo de productos. | Foto: Nicolás Rueda Newmark

A pocos kilómetros de Bogotá, en una zona industrial del municipio de Tocancipá, Cundinamarca, varios empresarios de España, Italia y Colombia invierten cerca de US$12 millones en una planta y laboratorio para procesar cannabis farmacéutico.

Se trata de una nueva apuesta en este negocio que viene creciendo en el país y otras partes del mundo a la par con la legalización del cannabis con propósitos medicinales o industriales. Otras plantaciones desarrolladas desde hace varios meses en el país persiguen el mismo propósito de extraer el aceite para un sinnúmero de productos, como los medicamentos. Pero esta compañía tiene una diferencia: todo su proceso productivo tiene lugar bajo techo (indoors).

El manejo de la luz es fundamental para que crezca la planta.

“Este tipo de tecnología y metodología permite hacer un seguimiento y control detallado al cultivo de las plantas, como en ningún otro sitio de América Latina e, incluso, del mundo”, comenta Borja Sanz de Madrid, director de operaciones globales de Pideka.

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El desarrollo controlado de las plantas tiene el propósito claro de obtener certificaciones internacionales, como la GMP de grado medicinal. Lograr ese visto bueno conlleva un incremento sustancial en el precio del aceite, debido a su pureza y fácil trazabilidad.

Según Sanz de Madrid, en un invernadero tradicional resulta imposible regular con precisión variables como la temperatura, luz y humedad. Estos son factores clave para desarrollar el cannabis óptimo con propósitos farmacéuticos.

Los socios de Pideka tienen la estrategia comercial de producir un aceite tan puro que convenza a los laboratorios para incluirlos en su producción. Algunas de las más grandes productoras farmacéuticas del mundo tienen compañías filiales encargadas de desarrollar medicamentos que incorporan cannabinoides, como el THC y el CBD, entre otros muchos.

Importaron la maquinaria y los equipos de Europa, Estados Unidos y otros sitios.

En la medida en que avance la comercialización de estos fármacos, crecerá la demanda de este tipo de insumos, como el aceite de cannabis puro. También ayudarán mucho los procesos de legalización del cannabis medicinal que están adoptando muchos países alrededor del mundo, pues en esa medida crecerán los mercados potenciales para este tipo de productos.

El negocio

El modelo de negocio de Sanz de Madrid y sus socios parece atractivo. Cada litro de extracto de cannabis de uso medicinal de alta calidad (GMP) tendría un valor en el mercado de US$25.000. Esa cantidad de mililitros permiten elaborar decenas o centenares de parches, inhaladores, gotas, cápsulas y vaporizadores. Así las cosas, el plan de negocios de Pideka permitiría generar unos US$250 mil en productos terminados.

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Con esas cifras tan prometedoras, surgen tantos interesados como dudas. ¿Están haciendo cuentas alegres con una industria que apenas emerge?

Para Sanz de Madrid, suficientes argumentos y señales del mercado internacional indican que ese plan de negocios se puede cumplir. De hecho, el ejecutivo habla de contactos ‘muy adelantados’ con compañías internacionales y laboratorios interesados en este cannabis ‘dorado‘.

Solo es posible lograr la planta ideal con los más altos estándares de producción. Controlan cada proceso.

En un recorrido por las instalaciones de Tocancipá pudimos ver que, más que un cultivo, se trata de todo un laboratorio que sigue las técnicas más exigentes de la industria farmacéutica.

Por ejemplo, controlan estrictamente el acceso de personas a los sitios de cultivo y producción para evitar que las plantas se contaminen. Así mismo, el proceso de crecimiento del cannabis cuenta con maquinaria, luces y tecnologías para la circulación de aire y el CO2 de última generación.

El experto italiano Denis Contri, que además es socio de la empresa, lidera el proceso de producción del cannabis farmacéutico con certificación GMP.

El científico permanece al tanto de cada detalle en el montaje de la planta procesadora, así como del minucioso y delicado trabajo para lograr las especies más resistentes y productivas.

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“Es satisfactorio contribuir con este tipo de productos que ayudarán a millones de personas”, dijo Contri. Además es una de las pocas personas en el mundo con el título de master grower, o experto en el desarrollo de este tipo de cultivos.

Pideka planea comenzar a producir en su planta de Tocancipá en las próximas semanas y empezar a exportar a finales de 2019. Esa será la verdadera prueba de fuego de su atractivo negocio.