EMPRENDIMIENTO

Mamás que dan vida a las empresas

Con cuotas de amor, esfuerzo, sacrificio y responsabilidad, cuatro madres emprendedoras logran mantener el equilibrio en sus hogares y empresas.

2 de mayo de 2019
Las mamás empresarias se vuelven un modelo a seguir para otras mamás.

Para las mamás emprendedoras, el tiempo es su mayor tesoro. Y aprender a administrarlo es su mejor fuente de ingresos: cada segundo vale. Planear y ejecutar su agenda es lo que les permite mantener el equilibrio entre vida laboral y familiar. Para ellas, divertir y educar a sus hijos se ha convertido en una fuente de inspiración para sus negocios, las ha hecho más recursivas, creativas y constantes.

Crear su propia empresa es para ellas sinónimo de buen ejemplo de vida, por eso con orgullo reconocen esto como un logro importante.

Trabajar de manera independiente hace que estas mamás puedan organizar el tiempo para la crianza de sus hijos. Sin embargo, cada una expresó que el apoyo de su pareja cumple un papel fundamental.

Manejar el hogar y la empresa les ha dejado aprendizajes increíbles. Todas concuerdan en que la maternidad les dio valentía para asumir riesgos, inspiración para superar las dificultades y fortaleza para nunca rendirse. Los hijos se convirtieron no solo en el motor de su vida sino también de sus negocios.

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Como madres la habilidad innata de solucionar problemas de manera rápida y recursiva ayudó también a estas mujeres a superar las dificultades que tuvieron en la construcción de sus empresas.

A cuotas de amor estas cuatro madres crearon su emprendimiento teniendo como base fundamental su familia. Conozca sus historias.

Amor de cartón

Camila Cooper Fundadora Fruto Bedito.

Al terminar su licencia de maternidad en 2016, Camila Cooper se llenó de nostalgia y miedo al saber que no podría estar con su bebé en los primeros meses de su vida, como siempre lo había planeado. El insomnio se apoderó de ella durante varias noches hasta que recordó una idea que hay en Finlandia desde hace más de 80 años. Cunas de cartón.

¿Por qué no ayudar a los niños y mamás de mi país?, se preguntó e inmediatamente ejecutó su plan.

Su padre y su esposo fueron los principales aliados en este proyecto que empezó con 1.500 cunas hechas en cartón, impresas en una sola unidad de armado y con tintas orgánicas para seguridad del bebé.

Con esta idea se quiere proteger la vida de cientos de niños que mueren al año por no tener un sueño seguro.

Las redes sociales e influenciadoras fueron claves a la hora vender las primeras cunas, en un modelo de apadrinamiento, por $49.000.

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En este momento Fruto Bendito: cunas con amor, funciona como una fundación, pero al cambiar su modelo de negocio, para ser sostenibles en el tiempo, quieren adquirir la certificación B Corporation, con el fin de ser una empresa y ayudar a las personas de escasos recursos.

“Con Gabriel, mi bebé, y mi esposo, Óscar Bejarano, formamos un buen equipo. Ambos son la inspiración de mi vida, gracias a ellos existe este proyecto con el que aportamos a la sociedad nuestro granito de arena”.

Esta fundación ganó el premio Ventures 2018 en la categoría Negocios con propósito y rentabilidad. Hasta hoy ha vendido 3.000 cunas de cartón en 17 ciudades del país con un costo superior ($95.000 cada una), pues la madre compradora al adquirir su caja, dona otra para un bebé de menores recursos.

“Desde un inicio la dificultad la convertí en una oportunidad, hoy tengo la posibilidad de ver a mi hijo crecer con mi cuidado, quiero ayudar a que muchas madres puedan lograrlo”, dice Camila quien asegura estar feliz por ser mamá, emprendedora y esposa a sus 32 años.

Viajar aprendiendo

Fundadora Zambo.

Ángela Gómez es una apasionada por la educación y los viajes, por eso en 2004 en compañía de tres compañeros decidió crear Zambo, una empresa en las que los niños de los colegios de mayores ingresos de Colombia pudieran viajar mientras aprendían. “Conocer la historia y realidad del país puede convertirlos en mejores personas”, afirma esta mamá que emprendió este sueño hace 15 años.

Zambo ofrece viajes de verano en 40 colegios del país y hasta ahora han viajado 35.000 niños.

La empresa ha recorrido 161.914 kilómetros en 35 destinos diferentes. Equivalente a darle 29 veces la vuelta al mundo.

Ángela tiene 36 años y hoy reside en Estados Unidos, porque su empresa allá tiene varias sedes en las que atiende a 62 colegios de ese país que viajan alrededor del mundo.

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Desde que quedó embarazada, hace cinco meses, dice que siente más ganas de seguir con su empresa y que al mirar para atrás se siente orgullosa de lo que construyó, ya que será un ejemplo para su hija.

“Los cambios que he tenido por el embarazo han sido pocos, solo me siento muy cansada pero he podido trabajar con normalidad. Sé que cuando nazca mi bebé cambiarán muchas cosas porque es mi prioridad”, comentó.

Ángela, a diferencia de otras emprendedoras, primero creó su empresa y luego se convirtió en mamá. Ella lo ve de forma positiva, porque dice que ser emprendedora le ha ayudado a desarrollar habilidades como: recursividad, adaptabilidad, fuerza y creatividad, que podrá aplicar durante toda la vida en su labor como madre.

“Una de las cosas que más me alegra es que ahora generamos 35 empleos fijos y 125 instructores que acompañan los viajes”, dice esta mamá que ha logrado cambiar el pensamiento de muchos jóvenes del mundo.

El valor de la chatarra

Martha Gómez Fundadora Subastas y Comercio.

Trabajando para una petrolera en el país, Martha Gómez se dio cuenta de que estas empresas tenían una cantidad de excedentes industriales (en especial chatarra), que se les convertían en un ‘encarte’ incluso para regalarlos, pues se debía cumplir con protocolos. Esta situación prendió la chispa del emprendimiento en su cabeza y la motivó a dejar de ser empleada y crear su propio negocio: Subastas y Comercio.

Esta firma, como su nombre lo indica, se dedica a subastar a través de internet desde gigantescos campos petroleros ya usados, carros, muebles y equipos y hasta toneladas de chatarra.

“Todo lo que las empresas llaman desperdicio tiene un gran valor en el mercado de la chatarra a nivel nacional e internacional. Comenzamos con las petroleras, luego con compañías de telecomunicaciones, cemento y cerveza”, recuerda Gómez, quien fundó la empresa hace 15 años.

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Decidió que la firma fuera de comercio electrónico, pues está convencida de que las subastas electrónicas garantizan igualdad de condiciones a los participantes. A diferencia de las presenciales, donde se pueden dar acuerdos previos entre participantes, en las electrónicas no saben contra quién compiten y son subastas auditables, lo que garantiza transparencia y el mejor precio del mercado.

Una vez consiguió los primeros vendedores de desperdicios industriales, el siguiente paso consistió en buscar los compradores. Así que se fue al barrio Ricaurte de Bogotá, donde hay muchos chatarreros y comenzó su operación, en la que hoy realiza subastas de 20 minutos todos los viernes entre las 8 de la mañana y las 5 de la tarde.

Subastas y Comercio ya tiene registrados 21.000 compradores, algunos en el exterior y hoy, en palabras de la propia Gómez, también se podría considerar uno de los mayores concesionarios de vehículos usados del país, pues subastan los que son cambiados por las empresas cuando renuevan sus flotas y los siniestrados que están en manos de las aseguradoras. El año pasado vendieron por subasta 500 vehículos livianos y pesados.

Las transacciones a través de Subastas y Comercio alcanzan US$14 millones anuales y el plan de Gómez es empezar a hacer negocios en Perú y Panamá, así como ver crecer su empresa de la mano de Luna, su hija de 8 años.

Pionera en georreferenciación

Ximena Patiño fundadora Servinformación.

Ubicar las personas en el mapa de Colombia es el trabajo que ha realizado durante gran parte de su vida Ximena Patiño.

Para esto creó una empresa que le implicaba viajar por las principales ciudades del país para estratificarlas. Camilo, su primer hijo, nació en ese momento y ella quería cumplir el rol de madre, por eso durante un año viajó con él y su enfermera durante 89 ocasiones.

A los dos años nació Daniel y, aunque los viajes se redujeron, su labor en la empresa continúo con más fuerza porque llegaba la nueva era digital.

Hace 10 años esta mujer y su hermana decidieron migrar su empresa de encuestas a plataformas digitales y la bautizaron Servinformación.

“Emprender y ser mamá es difícil porque al iniciar hay que sacrificar hasta el sueldo. Por ejemplo nos demoramos tres meses para hacer nuestra primer venta, como era algo innovador a las empresas les daba un poco de temor, pero persistimos y hoy somos la empresa que mejor presta el servicio en el país”, asegura sin pudor.

Servinformación fue la primera empresa en Colombia en ofrecer servicios de georreferenciación, los cuales les sirven a las empresas para ubicar a sus clientes en el mapa.

Hoy 30 de las grandes empresas del país, entre ellas, L’Oréal, Bavaria, Coca-Cola, Ramo y Bancolombia utilizan sus servicios de localización inteligente.

Hace seis años una de las compañías tecnológicas más grande del mundo, Google, las buscó para ser su partner y desde ese momento trabajan juntos. Ahora esta multilatina está buscando expansión en mercados como México y Ecuador el próximo semestre.

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La transformación que exige el mercado es una de los retos más complejos que identificó Ximena en su trabajo. Por ello, permanentemente hacen una apuesta al cambio.

Para entrar en la Cuarta Revolución Industrial su estrategia consiste en apostarles a modelos de analítica, aprendizaje automático e inteligencia artificial. Esto amplía sus servicios y brinda a sus clientes soluciones con temas de localización.

Para Ximena el apoyo que ha tenido de su esposo durante este tiempo ha sido primordial porque le ha permitido trabajar por su empresa, equilibrando el trabajo y el hogar.

“El respeto por los momentos familiares siempre ha estado presente, no me gusta llevar el trabajo a la casa. Esto me permitió, de alguna manera, integrar sanamente a mi familia al proyecto personal. Hoy a mis 61 años logré cumplir el sueño de trabajar juntos. Mi hijo mayor es el creador de indicadores en desarrollo sostenible en la empresa y el menor trabaja conmigo en Fundacion Saving The Amazon, el proyecto de responsabilidad social que tenemos en Servinformación”.