Promover el cambio, un buen negocio para las empresas

Explorar modelos que desde el centro de una operación empresarial encaren los problemas que más inquietan al mundo se ha vuelto más que una tendencia en el ámbito de los negocios.

La misión se extiende transversalmente a todas las áreas de la compañía, incluso a los proyectos con los que pretenden aliarse en estrategias de innovación abierta.

“Hacer el bien es un buen negocio. La tendencia creciente de impacto responde a la estrategia de apoyar iniciativas como las de economía circular donde cada vez son más limitados los recursos. Eso genera ingresos interesantes, pues cada vez hay más conciencia en el consumo”, opina Carolina Durán, directora ejecutiva de la Corporación Ventures.

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Precisamente Durán lideró hace poco una misión a Israel, junto a empresarios y emprendedores, en la que conocieron de cerca tendencias alineadas al impacto social desde una perspectiva estratégica, ética y educativa.

Iniciativas que prometen reducir el consumo de azúcar en 50%, conservando el sabor y la textura, plantas de desalinización que remueven 99% de la sal de 1 millón de metros cúbicos de agua al día y robots automatizados capaces de brindar servicios de exploración y auxilio a las víctimas de los desastres fueron algunos de los casos con los que pudo interactuar la misión colombiana.

En algunas de las organizaciones que enviaron representantes al viaje trabajan en propuestas parecidas que se podrían ejecutar desde una perspectiva local, precisamente porque en el corazón de sus labores está hacer el bien.

Uno de ellos es Sergio Restrepo, gerente de mercadeo internacional de Luker Chocolate. En su concepto, el mundo empresarial está evolucionando hacia entender cada vez mejor el concepto del valor compartido y del impacto social como algo central de la estrategia.

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“Fue muy inspirador ver cómo Israel está incorporando esta óptica en sus emprendimientos, interpretando la tecnología como una herramienta para ‘reparar’ el mundo. Gran parte de las innovaciones tecnológicas, startups y emprendedores con quienes pudimos conversar compartían la idea sobre cómo sus innovaciones eran diseñadas para darle solución a algún problema social real. Ese es el tipo de emprendedores tecnológicos que uno se soñaría ver surgir en Colombia por millones”, relata Restrepo.

Destaca que en Luker tienen una visión de largo plazo denominada "El Sueño de Chocolate" para transformar las regiones cacaoteras donde trabajan, la cual integra toda la cadena de valor y en la que la sostenibilidad y el impacto social hacen parte central de la propuesta.

Por otro lado, Juan Pablo Molina, presidente de Carvajal Pulpa y Papel (Propal), explica que la concepción misma de su negocio, basada en producción de papeles para impresión y escritura a partir de residuos agroindustriales, en su totalidad bagazo de caña, tiene su fundamento en la sostenibilidad y el correcto aprovechamiento de los recursos.

En ese sentido anota que para poder adelantar iniciativas de este tipo es necesario el compromiso incondicional de los accionistas, porque son proyectos que demandan cantidades significativas de capital.

“Todas las actividades operativas de nuestra compañía se llevan a cabo dentro del marco de la responsabilidad ambiental y, para que esto sea así, debo decir que la iniciativa prioritaria que se ha venido ejecutando desde hace muchos años tiene que ver con el desarrollo de una cultura de sostenibilidad. Quienes trabajamos en Propal llevamos en nuestro ADN un interés real por el uso sostenible de los recursos”, sostiene.

El presidente de Asobancaria, Santiago Castro, es otro de los líderes que estuvo en Israel. Cuenta que las características principales en los emprendimientos que tienen un impacto social son la innovación y un enfoque global en segundo plano.

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“Mediante la innovación se busca que la transformación, específicamente la digital, se convierta en un instrumento de inclusión y facilitador de una mejor experiencia del usuario. No importa si sus creadores son una fundación filantrópica o un gran banco, el desarrollo debe cumplir con estas dos condiciones.

El enfoque global es resultado de mirar a mercados externos cuando el interno no cubre ni los costos ni las potencialidades de la incubación y aceleración de procesos de emprendimiento”, comenta Castro, añadiendo que la oferta de productos y servicios debe ser muy competitiva en costos y eficiencia, así como lo suficientemente adaptables para entornos diferentes.

Asobancaria viene trabajando junto a sus miembros, otras entidades del sector privado y el Gobierno para incrementar el uso y el acceso de los colombianos a los productos que ofrece el sistema financiero formal.

Con productos de trámite simplificado e instrumentos de fácil apertura, han habilitado vehículos que permiten la inclusión financiera de colombianos de menores ingresos.

“La motivación de la Asociación es promover acciones que impacten positivamente en la sociedad y que permitan una proyección efectiva de la banca como sector fundamental del desarrollo del país”, manifiesta Castro, quien enfatiza que estas acciones contribuyen a la economía nacional en tanto reducen la pobreza y la desigualdad, “promoviendo un mayor crecimiento y bienestar económico”.

Más que tendencias, son acciones estratégicas de los negocios.