Venezuela
Vía Caracas
Son muchos los colombianos que están viajando a Europa a través de Venezuela. El arbitraje con la divisa permite dejar los tiquetes a precios regalados.
Una nueva modalidad de “arbitraje de divisas” se ha empezado a imponer en Venezuela. Se trata de viajeros colombianos que compran tiquetes aéreos en el vecino país a destinos diversos como España o Francia, logrando ahorros significativos.
El negocio resulta muy rentable. Por ejemplo, con lo que se compra un tiquete Bogotá-Madrid, en Venezuela se podrían adquirir cinco o seis tiquetes para el mismo destino. La explicación es muy sencilla: allá existe un mercado negro de divisas que hace muy rentable “arbitrar” recursos en el mercado oficial.
La tendencia ha empezado a preocupar a las aerolíneas colombianas y a las agencias de viajes, pues se está generando una distorsión en el mercado aéreo nacional. Las cifras muestran que en rutas como Bogotá-Madrid-Bogotá el flujo de pasajeros cayó 6,7% en el primer semestre; Bogotá-París-Bogotá, el descenso fue de 4,28% y en Cali-Madrid-Cali, 6,4%.
Por el contrario, las cifras muestran que el mercado de viajes hacia Venezuela sigue dinámico. La salida de colombianos hacia ese país registró en junio pasado un incremento de 21,5% frente al mismo mes de 2012, según las cifras de Migración Colombia. Y la Aeronáutica Civil señala que los tiquetes aéreos Bogotá-Caracas crecieron a junio de 2013 14% y, solo en junio, 31%.
Según Jean Claude Bessudo, presidente de Aviatur, la agencia de viajes más grande del país, es claro que se puede estar presentando un desvío de pasajeros a través de Caracas. “Ese es un fenómeno de toda la vida, cuando hay tasas de cambio diferenciales. Eso se presenta especialmente con el turismo individual, porque los viajes corporativos se realizan por los canales tradicionales. Antes el tema era con Argentina”, explica.
Al interior de las grandes aerolíneas colombianas también hay preocupación pues, claramente, a pesar de los riesgos, muchos viajeros están empezando a arbitrar divisas a través de la compra de tiquetes, lo que ha empezado a afectar los flujos de viaje.
El mecanismo
En Venezuela la única que puede negociar divisas oficialmente es la Comisión de Administración de Divisas (Cadivi), la encargada de administrar el mercado de dólares en esa economía. Actualmente, el tipo de cambio para la venta se encuentra en 6,3 bolívares por dólar.
En el mercado negro, la cotización del dólar está alrededor de los 37 bolívares. De tal manera que si alguien logra pasar sus dólares de un mercado a otro, obtendría una ganancia cercana a 400%.
Obviamente, las operaciones en el mercado negro venezolano son consideradas por las autoridades como un ilícito cambiario. Pero aun así, el incentivo es muy grande y son muchos los que le apuestan a esta ganancia.
Por ejemplo, un tiquete económico entre Caracas y Madrid cuesta US$2.000. En el mercado oficial, eso equivale a 12.600 bolívares. Si alguien en Venezuela tiene entre el bolsillo US$2.000 y los vende en el mercado negro, obtendría 74.000 bolívares. Por solo diferencial cambiario, lo que en Colombia sirve para comprar un tiquete, en Venezuela sirve para hacerse a cinco o seis pasajes.
A pesar de la acción de las autoridades, controlar este mercado ha resultado muy complejo pues el negocio de divisas en el vecino país es enorme. El año pasado Cadivi liquidó operaciones en el mercado cambiario por US$31.000 millones. Cualquiera que tenga un dólar en su bolsillo tiene el incentivo para venderlo en el mercado negro.
Medidas de control
Según Javier Pont, director ejecutivo de la Asociación Venezolana de Agencias de Viaje y de Turismo (Avavit), el tema ya está en la agenda de las autoridades venezolanas y asegura que desde hace varios años han tomado medidas.
Para él, la venta de tiquetes a colombianos, para arbitrar divisas, es apenas una de las figuras. Por ejemplo, se ha denunciado que muchos venezolanos empezaron a comprar tiquetes para viajar a destinos como Lima o Quito. Eso les permitía hacerse a las divisas que autoriza Cadivi, que en el caso de estos dos destinos es de US$3.000, los cuales luego eran vendidos en el mercado negro y los tiquetes no eran utilizados.
“Treinta días antes del viaje, el pasajero pide que le habiliten una tarjeta de crédito cuyo cupo va desde US$500 hasta US$3.000, según el destino, y un avance en efectivo por US$500. Esto ha terminado en una mala práxis”, señala.
Las autoridades venezolanas han venido apretando las clavijas y hoy, por ejemplo, en ese país solo se venden tiquetes al exterior que se originen y terminen en alguna ciudad venezolana.
“El tiquete se tiene que originar y terminar en Venezuela. Así, si algún extranjero compra el tiquete en Venezuela, el costo se le aumenta, pues tienen que incluir un tiquete desde su país hasta Caracas”, explica Pont, para quien estas medidas están funcionando.
Sin embargo, es tan grande el diferencial, que el arbitraje en el mercado cambiario venezolano cubre los costos hasta de un tiquete adicional Bogotá-Caracas-Bogotá y aun así, quedaría sobrando dinero.
Asdrúbal Oliveros, director de Ecoanalítica, centro de estudios económicos en Venezuela, asegura que, para ponerle orden al mercado cambiario ninguna medida resulta efectiva. “Poner más trabas burocráticas lo único que hace es elevar el costo de la corrupción, el fenómeno no desaparece porque el diferencial es muy grande. Por eso existe sobrefacturación de importaciones, remesas ficticias, mal uso de cupos de internet para viajes, compras falsas de tiquetes, etc. Todo eso se genera en función del diferencial de tasa. El sistema no funcionaría, ni poniendo al Papa Francisco a administrarlo”, asegura. Según Oliveros, se estima que actualmente 20% de las importaciones privadas y 40% de las importaciones públicas son ficticias.
Para él, una salida drástica se dará en los próximos meses. Las únicas opciones son devaluar y legalizar el mercado negro.
Por su parte, José Manuel Puente, profesor y asesor del Centro de Políticas Públicas del Instituto de Estudios Superiores de Administración (Iesa), explica que el incentivo para el arbitraje con divisas es enorme en la actualidad.
“Es la primera vez en la historia de Venezuela en la que el tipo de cambio negro es seis veces el oficial. Así se generan todos los incentivos perversos para hacer arbitraje. Inclusive a los propios venezolanos les está resultando más barato ir a Londres que a cualquier destino dentro de Venezuela”, agrega.
El mercado negro de tiquetes revela otra faceta problemática de la actual política cambiaria de Venezuela. Es un gran negocio para algunos consumidores, pero para las empresas colombianas y las autoridades venezolanas es una práctica que genera problemas. Todo parece indicar que la situación puede resultar insostenible en el corto plazo. No es difícil concluir que el ajuste cambiario vendrá más pronto que tarde.