SALUD

Coosalud se reinventa en medio de la crisis de la salud

En medio del persistente déficit que aqueja al sector salud, Coosalud, una de la EPS más grandes del subsidiado, se reorganiza, se capitaliza y espera la entrada de un nuevo socio. También innova con una herramienta financiera para manejar sus pasivos y cuentas por cobrar.

9 de noviembre de 2017
Jaime González, presidente de Coosalud / Para resolver la crisis de liquidez del sector, en Coosalud proponen crear una sociedad gestora de activos problemáticos que luego sean titularizados. | Foto: fotografía: ALEJANDRO ACOSTA. - fotografía: DAVID AMADO PINTOR.

Es en la crisis donde nace la inventiva, los descubrimientos y las grandes estrategias. Esta frase, atribuida a Einstein, resume el trabajo que están haciendo diferentes actores del sector salud para buscar luz al final del túnel y poder seguir desarrollando un sistema que, pese a todas sus fallas, es considerado una de las grandes innovaciones sociales que se han dado en el país.

Además de los esfuerzos del Gobierno que busca ordenar el flujo de recursos del sector salud para reducir las deudas y romper el círculo vicioso en el que los activos de una parte son los pasivos de la otra y todos se atrasan en sus pagos (a las clínicas y hospitales les adeudan las EPS y a estas los entes territoriales, al tiempo que el Fosyga les adeuda a todos), algunas entidades están buscando alternativas que permitan un ajuste más rápido de sus finanzas para poder concentrarse en su verdadero negocio, que debe ser velar por la salud de los colombianos.

Una de ellas es Coosalud, una EPS del régimen subsidiado que está en plena metamorfosis y que por medio de instrumentos financieros innovadores se prepara para quedar cero kilómetros en términos de deuda, al tiempo que estrenará una nueva situación empresarial que le permitirá crecer más y mejorar sus servicios.

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Coosalud es una cooperativa que arrancó operaciones en 1993, antes de que comenzara la Ley 100, aprovechando una norma que permitía que las comunidades beneficiarias de subsidios del Gobierno se organizaran para comprar sus servicios de salud. Dicha norma estaba dirigida a los grupos poblacionales con puntajes más bajos del Sisbén y se identificó que la figura de cooperativa era la que mejor les funcionaba.

Así, un grupo de 800 trabajadores informales y vecinos del barrio El Pozón de Cartagena le dieron vida a Coosalud, que posteriormente en 1996 fue habilitada como EPS del régimen subsidiado, arrancando con 21.000 afiliados.

Su desarrollo ha sido acelerado y hoy tienen 2 millones de afiliados en 13 departamentos del país y 4% del mercado total (sumando régimen contributivo y subsidiado). Sin embargo, como sus demás colegas, tienen un descuadre financiero producto de todos los males que aquejan al sector salud (flujo de recursos, cuentas por cobrar, insuficiencia de la UPC –lo que paga el Gobierno por cada afiliado–, servicios no incluidos en el POS, judicialización de la atención en salud, etc.).

Además de entrar en un proceso de capitalización, que fue exigido por el Gobierno a todas la EPS para que puedan seguir prestando sus servicios y que inició el año pasado, en Coosalud decidieron realizar una escisión de sus negocios para quedar más livianos y poder reenfocarse en los temas de salud y no en los financieros.

Jaime González, presidente de la empresa, explica que en la Supersalud calcularon que las EPS, tanto del régimen contributivo como del subsidiado, deben hacer en siete años una capitalización conjunta cercana a los $5,3 billones para cumplir con los niveles de solvencia exigidos; pero, dado que muchas de ellas son sin ánimo de lucro, les queda más difícil conseguir esos recursos.

Nueva empresa

“Nosotros optamos por hacer una reorganización empresarial, sacando el negocio de salud de la cooperativa y pasándolo a una nueva empresa (una sociedad anónima), a la que le queda más fácil levantar capital”, explica González y agrega que a la nueva Coosalud EPS S.A., que arrancó el primero de noviembre, se le hizo una cesión de contratos, trabajadores, afiliados, bienes muebles e inmuebles, al tiempo que se realizó una reestructuración de la deuda y una canalización de saldos con proveedores.

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La idea es que la nueva sociedad pueda resolver todos los pasivos mediante dos figuras: de un lado, tiene una capitalización de $125.000 millones (que vienen de recursos propios y de créditos) y con la que podrán cancelar 60% de sus deudas y, del otro, la creación de un patrimonio autónomo al que se trasladan los activos problemáticos (en especial lo que les adeudan los entes territoriales) y que luego podrán ser convertidos en instrumentos financieros híbridos –titularizaciones, deuda pura, acciones preferenciales o una mezcla de todos los anteriores– que pueden ser vendidos posteriormente a inversionistas profesionales y que permiten tener liquidez inmediata para pagarles a los hospitales y clínicas que le prestan servicios a Coosalud.

“Hoy el sistema de salud es financiado por hospitales y clínicas, que no son entidades financieras, y ese es el lío que debemos resolver”, reitera González y añade que la cooperativa, que hoy tiene 7.000 asociados, será la dueña de la sociedad anónima y, al no dedicarse más a la salud, podrá ofrecer servicios de ahorro, crédito y educación a sus asociados.

Para todos

González cree que la fórmula que idearon para Coosalud, que además les permitirá buscar un socio estratégico para la EPS, que no solo les traiga capital, sino también know-how, le podría servir al sistema de salud en general y así se lo plantearon al Gobierno.

Asegura que las autoridades tienen claro que hay un problema de liquidez y, de hecho, permitieron que se les pudiera comprar cartera a los hospitales que estaban en problemas, porque las EPS les adeudaban mucho dinero, pero las medidas para hacer efectivo ese plan salieron en diciembre de 2014, cuando cayó el precio del petróleo y el Gobierno perdió margen de maniobra fiscal.

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No obstante, el directivo insiste en que la solución está en crear una sociedad gestora de activos problemáticos del sector salud para todos los jugadores, similar a la Central de Inversiones SA (Cisa), que se creó tras la crisis financiera. Dicha gestora emitiría Títulos de Reducción de Deuda (TRD) que luego serían comprados por los inversionistas y que servirían para el pago de la deuda del Fosyga, de los entes territoriales y de las EPS a clínicas y hospitales.

Su propuesta es que los TRD sean de obligatoria suscripción por el sector financiero y que con ellos se puedan volver a generar los recursos que se requieren para superar la crisis y evitar que se repita.

Y, mientras el Gobierno analiza la propuesta, tendrá la ventaja de ver su implementación en tiempo real con el proceso que está viviendo Coosalud, una EPS que, pese a estar concentrada en las personas de menores recursos, se ha convertido en una de las mayores empresas del país y de la Costa Caribe, así mismo ha logrado entrar al grupo de compañías que tienen mejores ambientes laborales.

Sus metas a futuro serán seguir creciendo en las regiones en donde ya están y prepararse para recibir a los afiliados de las EPS que no logren cumplir las exigencias de capital del Gobierno y deben salir del mercado. También planean a largo plazo incursionar en el régimen contributivo e incluso en la medicina prepagada. Una prueba más de que las crisis son una oportunidad.

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Cifras que enferman

“La salud pública vive de urgencia en urgencia. Se mejora un poco y luego pide cita prioritaria. A veces entra en cuidados intensivos. Sin duda necesita la revisión de varios especialistas y lo que no queremos es que caiga en estado de coma”, asegura Elkin Sánchez, decano de la Facultad de Ciencias de la Salud de la Universidad de La Salle, quien recientemente presentó cifras que evidencian esta problemática.

1. En Colombia, cada 4 minutos se presenta una acción de tutela para buscar atención en salud. La Defensoría del Pueblo calcula que son 120.000 tutelas anuales en promedio.

2. Con la terminación del conflicto con las Farc, surgen grandes retos para la salud pública, pues de los más de 10.000 excombatientes que se reintegraron a la vida civil, 3.305 presentan al menos una limitación visual, cardíaca o respiratoria.3. La salud mental está en grave estado. En 2016, 33 personas fueron asesinadas cada día y no por causa del conflicto, sino por intolerancia, riñas, ingesta desmedida de alcohol y drogas en lugares públicos y en los hogares.4. Hasta mayo pasado, se habían reportado 9.214 intentos de suicidio en el país; 65 cada día y dos cada hora.

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