A pesar de la desaceleración de la economía y de la caída en los precios del petróleo, el crecimiento económico del segundo trimestre de este año fue mejor de lo esperado.
Según el Departamento Administrativo Nacional de Estadística (Dane), en este periodo, el Producto Interno Bruto (PIB) creció 3,0% con relación al mismo trimestre de 2014 y, para el primer semestre corrido, el crecimiento del PIB fue de 2,9% con respecto al mismo periodo del año anterior.
De acuerdo con Credicorp Capital, el análisis desagregado del PIB sugiere que la demanda interna permanece en niveles altos. El Gobierno celebró el resultado y el presidente Juan Manuel Santos pronosticó que se cumplirá la meta de 3% en el año, “en medio de la tormenta internacional”. Resaltó que Colombia fue el país que tuvo el crecimiento más alto en América Latina en el primer semestre.
Las nuevas condiciones de la economía colombiana, con una considerable depreciación de su tasa de cambio, hacen esperar que el motor de crecimiento deje de ser el sector de los no transables –cosa que ocurrió en el periodo de revaluación gradual pero continua del tipo de cambio–. Ahora serán los transables los que se deberían beneficiar de una tasa de cambio competitiva.
Sin embargo, en el corto plazo hay señales de alerta, particularmente en el consumo y en la inversión extranjera (IED), que podrían afectar las expectativas para el cierre del año.
LOS NO TRANSABLES
De forma similar al resto de la última década, el crecimiento económico continuó siendo liderado por los sectores no transables. La variación de estos sectores fue de 3,5% para el primer semestre de 2015.
En particular, la construcción creció 6,7% en los primeros seis meses de 2015 respecto al mismo periodo del año anterior: la construcción de edificaciones lo hizo en 5,6% y obras civiles en 7,5%. El crecimiento de la construcción de edificaciones obedece principalmente al aumento en las edificaciones no residenciales, en 19,6%.
Durante el primer semestre de 2015, el comercio, reparación, restaurantes y hoteles aumentó en 4,4% con relación al mismo periodo de 2014. Esto lo explica el comportamiento de servicios de hoteles, restaurantes y bares, que crecieron en 5,7%, mientras los servicios de reparación de automotores aumentaron 5,1% y el comercio 3,9%. Otros sectores no transables con comportamiento positivo fueron los servicios financieros, inmobiliarios y a las empresas que crecieron 3,6%.
TRANSABLES
Pero si los no transables movieron la economía, por el lado de los transables –es decir, la producción de elementos que se puedan importar o exportar y que por lo tanto compiten directamente con los productos elaborados fuera de Colombia– sigue sin despegar, a pesar de la fuerte depreciación del peso colombiano en el último año.
Por ejemplo, durante el primer semestre de 2015, el sector industrial decreció 1,8% comparado con el mismo periodo del año anterior. De esta manera, las manufacturas completan 5 trimestres en caída. Esta contracción es explicada principalmente por actividades como la preparación de hilatura y fibras textiles que cayó en 11,8%, y por productos de la refinación de petróleo que cayeron en 11%.
El agro creció 2,1% en el primer semestre de este año, comparado con el mismo periodo de 2014. Ese crecimiento positivo se explica por el 9% de incremento en la producción de café y, especialmente, de la producción de café pergamino, que fue de 11,4%. Sin incluir el café, la producción agrícola disminuyó 0,4%.
En el segundo trimestre de 2015 respecto al mismo periodo del año pasado, el valor agregado del sector minero energético creció 2,3%, impulsado por el incremento en el valor agregado de minerales no metálicos en 8,4% y un aumento en la producción de crudo de 4,3%, pues se mantuvo por encima del millón de barriles.
¿Qué viene?
La mayoría de analistas creen que el “nuevo normal” creado por la caída mundial de las cotizaciones del petróleo, significa que Colombia entró en una etapa de ralentización de su crecimiento durante los próximos años. Mientras que la tasa de crecimiento del PIB era superior al 6% a finales de 2013, bajó a niveles del 4% a mediados de 2014 y se sitúa en el 3%, actualmente.
Para lo que resta de 2015 y para 2016, varios analistas esperan niveles de incremento cercanos al 2%. Uno de los factores que más contribuye a proyectar un bajo crecimiento, tiene que ver con la expectativa de una disminución del consumo privado.
El índice de confianza del consumidor (ICC) de Fedesarrollo se encuentra en uno de sus niveles más bajos. De acuerdo con el informe, “en agosto el ICC registró un balance de -0,4%, con una reducción de 3 puntos porcentuales (pps) respecto al mes anterior y de 20,9 pps frente a agosto de 2014. Con el resultado de este mes, la confianza de los consumidores completó dos meses consecutivos de deterioro y se ubicó en terreno negativo, lo cual no se observaba desde abril de 2009”.
La contracción del ICC con respecto a julio se debe a una caída en el componente de condiciones económicas actuales, explicada principalmente por una menor disposición a comprar bienes durables –como vivienda o vehículo–. Frente a agosto de 2014, tanto el componente de expectativas como el de condiciones económicas actuales disminuyeron.
Otro factor que jugaría en contra este año, es la menor actividad de las obras de infraestructura que se financian a través de regalías. Por su parte, la inversión del sector minero-energético se reducirá debido a los bajos precios del petróleo y los minerales. Para el primer semestre, el Emisor informó que la IED cayó 29% (de US$ 10.626 millones a US$8.227 millones), mientras los recursos destinados al sector minero energético cayeron 43%.
Finalmente, mientras la producción de transables reacciona a la favorable tasa de cambio, el gobierno nacional tiene sus esperanzas fincadas en proyectos como la Refinería de Cartagena (Reficar), que se espere entre una fase a final de este año y completa el año entrante. La entrada total en operación de Reficar le puede significar, según cálculos de Ecopetrol, 8% al PIB industrial, y cerca de 1% al PIB del país.
También hay optimismo en el estímulo que genere a la economía la entrada de las primeras obras de los proyectos de 4G a final del año y la mayor cosecha cafetera que hace que el campo tenga números positivos.
Hacia el futuro, sin embargo, la economía colombiana seguirá en medio de la turbulencia internacional, el apretón fiscal y la depreciación de su tasa de cambio que hacen esperar que el crecimiento en adelante sea, en el mejor de los casos, mucho más lento.