Así avanza la Misión del Mercado de Capitales en Colombia

A pesar de los avances en el mercado de deuda pública, la Bolsa de Valores sigue siendo ilíquida y poco profunda. Es más, desde la crisis de Interbolsa y ante el choque petrolero de los últimos años, el mercado de acciones ha retrocedido y no ha recuperado los niveles que tenía previamente. Tanto las personas como las empresas se han venido retirando paulatinamente de la Bolsa.

En la actualidad hay menos de 80 empresas listadas y la capitalización bursátil alcanza tan solo 38% del PIB, un nivel inferior al de muchos otros países como España, con 60,8%; Chile, 93,3%, y Japón, 112,8%.

Para superar este rezago y construir una nueva hoja de ruta que permita reactivar su desarrollo, el gobierno Duque instaló el pasado mes de octubre una nueva Misión del Mercado de Capitales. La segunda desde 1996, esto es hace 23 años.

La misión acaba de terminar su primera fase de diagnóstico. Se trató de tres talleres que contaron con la participación de más de 150 personas en cada uno, con representantes de la industria, intermediarios, inversionistas, emisores, autoridades, academia, fintech, abogados, gremios y reguladores, entre otros.

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Durante el primer taller realizado el mes de noviembre se analizó cómo ampliar la base de inversionistas en el mercado (dificultades relacionadas con la demanda), en el segundo de diciembre cómo ampliar las oportunidades de inversión (los problemas de la oferta) y el tercero realizado a comienzos de este año se concentró en la estructura e infraestructura del mercado de capitales (la regulación).

“A diferencia de cualquier misión, esta ha sido un proceso abierto de diálogo. No fue una misión cerrada de unos cuantos expertos sino que se escucharon todas las opiniones del mercado”, afirma José Ignacio López, Coordinador de la Misión.

En la fase dos se realizarán charlas uno a uno con expertos internacionales y locales, entrevistas con gremios y estudios de profundización de algunos temas puntuales para cerrar el diagnóstico. Para esto contará con el apoyo técnico del Banco Mundial y la Secretaría Técnica de la Unidad de Proyección Normativa y Estudios de Regulación Financiera (URF). Esta última recogerá comentarios hasta el 8 de febrero.

Hay un consenso grande sobre cuáles son las problemáticas del mercado, pero hay diagnósticos incompletos o imprecisos. “Es como si estuvieran establecidos los síntomas más no las enfermedades. Hay que ir a la raíz de los problemas”, enfatiza López.

La idea es tener la hoja de ruta hacia finales de este semestre con propuestas de corto, mediano y largo plazo. Para López, durante esta tercera fase será clave identificar prioridades y buscar victorias tempranas. No obstante, afirma que cuando los problemas son complejos no hay soluciones milagrosas y que no se trata simplemente de copiar un modelo de afuera. Hay que entender la realidad del país y cuál es el mercado de capitales que necesita Colombia para dinamizar su economía.

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El gran temor

Si bien la misión ha despertado interés por parte de la industria financiera, también hay escepticismo. El mayor temor de algunos analistas del mercado es que los resultados de esta misión terminen siendo un estudio más en los anaqueles, como en otras iniciativas, y recuerdan que, si bien la primera misión que se hizo para desarrollar el mercado tuvo un efecto importante, no se aplicó en su totalidad.

Al respecto López dice que no pueden garantizar que todas las recomendaciones de la misión sean implementadas. No obstante, señala que, en la medida en que estas serán producto de una construcción colectiva, esperan que el mercado se apropie del resultado y que cada uno de los participantes se vuelva “un defensor” de las propuestas resultantes.

Además, considera que lo ideal sería –como lo ha afirmado Roberto Rigobón, director técnico de la misión– una supervisión constante. Esto es, que la misión dure cinco años y que cada seis meses se esté haciendo una reevaluación del tema.

También afirma que la primera misión tuvo un efecto importante pero que este se canalizó hacia el mercado de deuda pública. Desafortunadamente, no se ha podido trasladar este avance a otros mercados como el de acciones, la deuda privada y las titularizaciones.

Muchos expertos coinciden en que el éxito de la misión se logrará en la medida que se genere una institucionalidad que no deje huérfano el tema. Sin duda, el desarrollo del mercado de valores es una discusión que debería ir más allá de la misión.

El mercado de capitales podría jugar un papel fundamental para el crecimiento económico, la asignación eficiente de recursos y la equidad. Un mercado más dinámico sería bueno para todos: Las empresas tendrían más opciones para financiar sus planes de crecimiento y expansión, mientras los inversionistas contarían con más posibilidades para diversificar el riesgo y obtener mejores retornos. Un complemento para la banca tradicional y para que las nuevas ideas y emprendimientos encuentren financiación. Sin duda, un factor que potenciaría el desarrollo, la competitividad y la innovación en el país.

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Según el coordinador de la Misión está demostrado que los países no logran superar la trampa de naciones de ingreso medio si no cuentan con un mercado de valores dinámico. Es decir, que sin un verdadero mercado de capitales dar ese salto en progreso se convierte en una misión imposible.

Los expertos

El comité directivo de la Misión está conformado por Roberto Rigobón, un reconocido académico profesor de economía aplicada en MIT y quien será el Director Técnico, así como por los expertos de mercado, Ricardo de Bedout, Alberto Bernal y Julio Torres. También cuenta con la asesoría legal de Rodrigo Galarza y la coordinación de José Ignacio López. Luis Alberto Rodríguez, viceministro técnico de Hacienda, es el enlace con el Ministerio.

Para apoyar la elaboración de los estudios también se contará con un comité consultivo, un grupo de conocedores del mercado, el cual estará conformado por: Ana Fernanda Maiguashca, Gerardo Hernández, Jorge Castaño, Juan Pablo Córdoba, Michel Janna y Felipe Gómez. Para esto se recibirá apoyo técnico del Banco Mundial y de la Secretaría Técnica de la Unidad de Proyección Normativa y Estudios de Regulación Financiera (URF)