INFRAESTRUCTURA
Las enrevesadas reglas de juego para activar la locomotora de infraestructura
Una circular expedida por 3 ministerios establece pautas de higiene y aislamiento que dadas las condiciones físicas de algunos proyectos pueden resultar difíciles de cumplir.
La economía colombiana pasa por uno de sus peores momentos y algunos organismos internacionales como el FMI y el Banco Mundial anticipan contracciones del PIB para este año cercano al 2%. Es evidente que es necesario reactivar la producción, pero no a cualquier precio.
Uno de los primeros sectores en reactivarse parece ser el de la infraestructura.
El 8 de abril pasado se expidió el decreto 531 en donde se autoriza a alcaldes y gobernadores la libre circulación de personal para el desarrollo de obras de infraestructura (artículo 3, numeral 18).
Ese mismo día, los ministerios de Salud, Trabajo y Transporte, expidieron la Circular 003 de 2020, donde se establecen una serie de medidas que buscan evitar que la enfermedad covid-19 se propague por cientos de obras de infraestructura que se están reactivando en el país.
Esta circular aplica tanto para los trabajadores de las oficinas de los proyectos, como ingenieros, técnicos y obreros de campo en donde se ejecutan los proyectos, así como para proveedores, firmas interventoras y ARL.
A las interventorías se les ordena, a través de esta misma circular, replicar a sus trabajadores las medidas indicadas en el protocolo, así como remitir a la entidad contratante semanalmente un informe en donde se indiquen las actividades adelantadas por los concesionarios y el nivel de cumplimiento de cada una de las medidas y los planes de acción e incluir los casos de contagio (en caso de presentarse) y el seguimiento respectivo a cada caso. También se establecen recomendaciones de higiene que deben ser transmitidas al personal de la obra mediante una circular interna.
Entre estas informaciones está por ejemplo: el lavado de manos mínimo cada 3 horas, secado con toallas de un solo uso, limpiar los vehículos con alcohol en las partes de contacto como puertas, sillas, volante, radio, etc, medidas que en principio se estiman razonables según las recomendaciones de la Organización Mundial de la Salud y la necesidad de prevenir una mayor propagación de la pandemia.
Entre lo sano y lo viable
En el papel, muchas de las recomendaciones, sugerencias y órdenes emitidas por el Gobierno Nacional pueden parecer sanas y con buen espíritu, sin embargo, en la práctica y terreno algunas de éstas pueden no resultar tan viables.
Por ejemplo, hay una recomendación de la circular 003 que resulta compleja, por no decir que inviable en algunas zonas del país de clima cálido, que es donde se ejecutan la mayoría de proyectos de infraestructura: no usar el aire acondicionado en las oficinas de los campamentos.
Según esta directriz, se recomienda que las oficinas estén ventiladas y con el aire acondicionado apagado (página 4 de la circular).
Una situación que pone en aprietos a muchos trabajadores. Probablemente el personal que diseñó este mensaje no ha estado al mediodía en un contenedor metálico adaptado para oficina a la orilla del río Magdalena en Puerto Berrío, por citar solo un ejemplo. Dinero ha recorrido en la última década buena parte de los proyectos de infraestructura en el país y la mayoría se ejecutan en sitios cálidos o muy cálidos. Lo anterior supone que no será posible cumplir esta recomendación sin que se generen otros riesgos laborales a los trabajadores, por lo que las demás medidas como la correcta desinfección resultarán más viables y razonables.
La circular suscrita por los 3 ministerios menciona además que “en la mayoría de los proyectos se cuenta con vehículos para el transporte del personal hacia los frentes de obra” y que por tanto se debe garantizar algunas medidas como desinfección del bus, retirar muñecos y gomas decorativos, ubicar un trabajador por puesto, es decir, en un bus para 37 pasajeros sentados solo irán 18.
El personal que se movilice en estos buses debe usar tapabocas convencional, protección para los ojos (gafas o caretas) y guantes desechables. Durante la movilización en los buses o vehículos los pasajeros deberán permanecer con estos elementos durante todo el proceso de transporte, algo muy difícil de verificar.
En la circular no se reconoce la realidad respecto a que las obras que se encuentran ubicadas cerca o en grandes ciudades, muchos obreros y buena parte del personal técnico, se moviliza de la casa al trabajo en transporte masivo. Otros utilizan motos y bicicletas.
“Los conductores de volquetas que transporten material desde o hacia los frentes de obra, en lo posible, no deberán tener contacto con el exterior, por ello se sugiere que el carpado y descarpado de la carga se realice con personal del frente de obra”, indica la normatividad.
En caso de que deba salir de la cabina, usar tapabocas, guantes y protección para los ojos (gafas o caretas) y permanecerá con estos elementos durante todo el proceso de cargue o descargue. Una vez recibidos los documentos de la carga a transportar, introducirlos en una bolsa plástica transparente”, dice la Circular 003.
Los operadores de maquinaria deberán permanecer dentro de la cabina de la máquina el mayor tiempo posible de la jornada laboral, preferiblemente salir de la cabina para consumir los alimentos y uso del baño.
En el proceso de tanqueo, una vez se ha detenido, ponerse guantes y tapabocas para realizar el proceso, en lo posible pagar con sistemas electrónicos, una vez terminado el proceso, retirarse los guantes y depositarlos en la bolsa de residuos ordinarios.
“Es importante que en los lugares de cargue, se habiliten sitios de espera con baños en buen estado, funcionando con suministro permanente de agua, con jabón y toallas desechables”, es otro apartado de la circular.
También se ordena definir un espacio para el aislamiento temporal del personal, en caso de presentar síntomas asociados a la covid-19, con el fin de hacer seguimiento a sus síntomas, sin poner en riesgo el resto del personal. Al respecto, según las recomendaciones dadas por el propio Gobierno antes casos sospechosos debe notificarse de forma inmediata a los organismos de salud competentes, por lo que la creación de infraestructura de aislamiento puede malinterpretarse por algunos operadores de la norma generando costos innecesarios.
Otras disposiciones
En las oficinas se debe contar con puestos de trabajo acondicionados para disponer de al menos 2 metros de área de labor por persona y limitar el trabajo presencial de personas mayores de 60 años y mujeres embarazadas.
Del mismo modo, se recomienda estar a una distancia mínima de 1,5 metros, convocar a máximo 15 personas para las reuniones y hasta arreglar el escritorio para facilitar la limpieza.
Se propone (no se ordena) que las personas que salgan a campo tengan como máximo 60 años de edad y verificar todos los días la temperatura de los empleados. “El contratista, antes de finalizar la jornada de trabajo diaria deberá avisar a la interventoría del proyecto sobre el personal que haya sido devuelto por aspectos de salud”, indica la norma.
Adicionalmente, por frente de obra se establece un máximo de 10 trabajadores con protector respiratorio suministrado.
También se indica la necesidad de garantizar diariamente charlas de 5 minutos al personal, previo al inicio de las actividades, reiterando las medidas de bioseguridad y protección, garantizar el suministro y reposición de los elementos de protección individual, mantener en los frentes de obra puntos de hidratación en perfectas condiciones de higiene y limpieza y garantizar la limpieza diaria de la herramienta y equipo empleado en las actividades de obra, mantenimiento y operación.
Asimismo, los contratistas deberán adecuar puntos bioseguros para descontaminar a los trabajadores de los distintos frentes de obra que continúen en ejecución, así como evitar el intercambio de herramientas entre los operarios, durante el desarrollo de las actividades.
Como se advierte, algunas de las medidas no reconocen la dinámica propia de una obra, en cuanto a la utilización de herramientas, proceso de descargue de materiales, cuadrillas de trabajo, entre otros, lo que supone no solo un costo asociado a las nuevas medidas sino también una afectación a los rendimientos de la obra, situación que se estima debe ser considerada por el gobierno en cada caso, para que la reactivación pueda ser efectiva sin que con esto se generen sobrecostos innecesarios a los contratistas del estado.
La economía y en especial el sector de la infraestructura, principal jalonador del PIB y gran generador de empleos, debe iniciar un camino de reactivación, pero no a cualquier precio ni de cualquier manera.