MERCADOS
El corredor de bolsa que quebró a un histórico banco inglés llega a Colombia
Después de quebrar el banco más antiguo de Inglaterra y pasar unos años en la cárcel, Nick Lesson viene a Colombia a contar su historia en el Congreso de Asobolsa.
Hoy es el invitado principal al próximo Congreso de Asobolsa, que se realizará el 27 y 28 de agosto en Cartagena. En dialogo exclusivo con Revista Dinero, plantea sus lecciones.
¿En qué pensaba cuando empezó a “apostar” fuerte en el mercado de derivados?
Cuando me mudé a Singapur en 1992 ya había estado involucrado en el negocio de derivados por más de tres años, así que estaba muy familiarizado con la forma en que los mercados funcionaban y la exposición al riesgo de este instrumento. Por esa razón, no me referiría a dicha actividad como una “apuesta”, simplemente estaba concentrado en tratar de hacer mi trabajo de la mejor manera. Uno de los primeros problemas fue cuando cometí un error y no lo pude remediar inmediatamente, me quedé frío y no me ocupé del problema. Muy rápidamente la situación se deterioró y fue difícil de enfrentar.
¿Tuvo algo que ver su esquema de compensación salarial?
Barings era bien conocido en el mercado por pagar buenos salarios y mejores bonificaciones. Allí recibí bonificación por tres periodos, el menor pago correspondió a un año de salario, el mayor fue de 33 meses. Mi salario habría estado entre £80.000 y £100.000, pero pudo ser mayor porque negocié una rebaja cuando me moví a Singapur. Yo anhelaba la oportunidad más que el dinero.
¿Se parece en algo su vida a la de Jordan R. Belfort (“El lobo de Wall Street”)?
No mucho, lo único fue la espectacular caída en desgracia.
¿Cree que con la evolución de los sistemas de información las entidades han logrado fortalecer los controles de riesgo y compilación de información?
Los sistemas financieros claramente han fortalecido los controles de riesgo y la recopilación de información, pero este no deja de ser, en gran medida, un “blanco móvil”. Los mercados financieros se basan en la velocidad de la complejidad y la innovación y solo hasta que los controles se muevan al mismo ritmo existirán riesgos. Es asunto de todos asegurarse de tener controles robustos y eficaces.
Aún queda mucho por hacer para mitigar el riesgo al que se enfrentan las instituciones y por eso tenemos que alejarnos de la filosofía de solo hacer lo necesario.
¿Considera que la mayor innovación financiera, generada por la aparición de nuevos instrumentos de inversión, hace difícil la medición de riesgos de mercado?
Los reguladores son conocidos por el desarrollo de nuevas formas de medir el riesgo, sin –considero yo– entender completamente las partes que lo componen y cómo impactan otras partes del negocio.
La discusión se basa en el apetito y tolerancia al riesgo, y el enfoque normativo se centra de lleno en el riesgo de mercado (decisiones de las entidades financieras que perjudican a sus clientes). Los dos primeros son difíciles, si no imposibles de cuantificar en términos significativos y, el último, es un nuevo nombre para un viejo problema que existía mucho antes de mi tiempo en Barings.
¿Qué hace que algunos comisionistas omitan límites morales por competir en estos mercados? ¿El trader, por definición, busca romper las reglas?
No todo el mundo rompe las reglas, es un pequeño porcentaje de personas empleadas en la industria. Sin embargo, es importante que los límites a la conducta se establezcan correctamente, se ejecuten constantemente y tengan un componente disuasivo. Las multas están en niveles récord y la reciente condena de Tom Hayes (primer condenado por manipular la tasa) lo prueba (14 años de cárcel). Pese a esto, todo depende de la conducta, la cultura y la ética.
¿Usted es defensor de los esquemas de autorregulación de los mercados?
Creo que es necesario que haya una mezcla eficiente de autorregulación y regulación en los mercados. Con demasiada frecuencia los reguladores son tratados con desprecio, simplemente porque no son proactivos o lo suficientemente buenos para detectar fallas y, además, no establecen castigos significativos.
Más allá de la mala intención en las acciones, ¿qué hacer para mitigar errores humanos que puedan generar fallas sistémicas?
Errar es parte de la naturaleza humana, por lo que la tecnología se debe utilizar más y de manera más eficiente para garantizar que cualquier riesgo sea mitigado adecuadamente. No hay “bala de plata”, pero la correcta mezcla de tecnología y los adecuados estándares de calidad pueden reducir de forma masiva (no eliminar) el riesgo de irregularidades.