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Simón Gaviria - Director DNP | Foto: Alejandro Acosta

Industria

Jalón de orejas a los gerentes Pyme

Los gerentes colombianos de las Pyme creen que superan en gestión a los argentinos, pero en realidad están en último lugar en Suramérica. El Gobierno llamó la atención.

11 de noviembre de 2015

El jueves 28 de octubre, el presidente Juan Manuel Santos convocó a los integrantes de la Comisión Nacional de Competitividad, Ciencia, Tecnología e Innovación para una reunión en la Casa de Nariño. Antes de las 9 de la mañana ya hacían presencia altos funcionarios del Gobierno, representantes de los gremios empresariales y de la academia, tanto del nivel nacional como regional.

La cita buscaba poner al tanto a los participantes de las líneas que guiarán dos políticas públicas que el Gobierno plasmará en las próximas semanas en sendos documentos Conpes: desarrollo productivo y ciencia, tecnología e innovación.

Pero lo que comenzó con una presentación de cuentas sobre los avances de unas políticas que el Gobierno ha concertado con el sector privado para impulsar el desarrollo del país y mejorar la productividad, terminó convirtiéndose en todo un ‘jalón de orejas’ a los empresarios, que terminaron haciendo un mea culpa.

Acostumbrados como están los funcionarios del Gobierno a ‘recibir palo’ en este tipo de reuniones de reflexión, en esta ocasión los papeles se invirtieron, cuando el director del Departamento Nacional de Planeación (DNP), Simón Gaviria, presentó una serie de cifras y datos sobre el estado del sector productivo del país y los llamó a ponerse las pilas para mejorar los resultados.

“A pesar de todos los esfuerzos, la productividad –del país– es baja y no ha aportado de manera significativa al crecimiento económico”, dijo Gaviria en uno de los apartes de su exposición, pero se quejó además de que “los empresarios continúan sin utilizar 100% del cupo de beneficios tributarios para la inversión en CTI”. Las cifras que tenía a mano parecían contundentes, en un corte de cuentas en el que los empresarios no salieron bien librados: mientras el Gobierno triplicó desde 2000 la inversión en actividades de ciencia, tecnología e innovación, la inversión del sector privado apenas aumentó 41%.

Y aunque muchos se quejan del ‘excesivo’ número de TLC y la alta exposición a los mercados internacionales, las cifras de Gaviria muestran que la apertura comercial –exportaciones más importaciones como porcentaje del PIB– es de apenas 37,5% en Colombia, muy por debajo de países como México, con 69% o Chile, con 68%, de acuerdo con el Banco Mundial. A eso se suma que desde 1970 la participación de las exportaciones en el PIB colombiano ha estado por debajo de 20%; es decir, inferior a los niveles que exhiben países como México, Chile y Ecuador.

En materia gerencial, la situación no es menos crítica. Para Gaviria, “los empresarios tienen una autopercepción muy alta de sus capacidades que dificulta que entiendan las brechas que tienen en gerencia y en uso de tecnología frente a empresas de otros países”. Y las cifras que respaldan su queja son contundentes: la Encuesta Mundial de Gerencia del Banco Mundial indica que la calidad de los gerentes de las Pymes en Colombia ocupa el último lugar en Suramérica, y solo supera levemente a Kenia y Nigeria.

Además, se tienen mucha confianza y esto hace que este sea el país con la mayor brecha entre percepción y realidad, pues los directivos creen que sus capacidades sobrepasan las de sus colegas de Argentina, por ejemplo, aunque la realidad dice otra cosa y los australes tienen una calificación superior.

En el plano tecnológico tampoco se salva el sector empresarial. La Encuesta de Desarrollo e Innovación Tecnológica, Edit Manufactura, que realizan el Dane y el Global Entrepreneurship Monitor, muestran que 89,9% de las compañías colombianas no utilizan tecnología en sus procesos productivos, mientras 95% de las nuevas empresas utilizan tecnologías con más de cinco años.

Estas reflexiones llevaron a que varios de los asistentes hicieran un mea culpa. Javier Díaz Molina, presidente del gremio de comercio exterior, Analdex, cree que la posición del director del DNP es válida y que “no hay que tomarlo como un regaño” sino ver el lado positivo; es decir, la oportunidad que se les abre a los empresarios. “Las cifras son las cifras y la queja del director es válida”, aseguró el dirigente gremial.

El presidente de la Cámara Colombiana de la Infraestructura, Juan Martín Caicedo, dijo por su parte que las cifras del DNP son muy elocuentes y que “es un mensaje que compromete al sector privado y al gobierno nacional para que sigamos trabajando de manera concertada en el gran reto de la competitividad”.

Esteban Piedrahita, presidente de la Cámara de Comercio de Cali, destacó el sofisticado análisis del DNP sobre la situación actual del sector productivo, y aseguró que este “es un panorama amplio y va en el camino correcto, porque no se pega a la ortodoxia, sino busca mecanismos prácticos, implementables, ojalá con diferenciación regional para estimular la productividad”.

Pero no todos quedaron contentos. Al término de la reunión algunos dirigentes gremiales no ocultaron su incomodidad con varias de las cifras expuestas, particularmente las que ponen en tela de juicio la calidad de la gerencia y la falta de inversión en innovación por parte del sector privado.

Más allá de los buenos o malos comentarios de este primer ejercicio, Gobierno y empresarios lograron ver en blanco y negro la situación del sector privado colombiano y trazar la hoja de ruta en desarrollo, productividad y ciencia y tecnología. Un buen punto de partida para lograr lo que propuso recientemente la ministra de Comercio, Cecilia Álvarez-Correa: “no quedarnos plantados en la mitad de la cancha, tenemos que atacar porque nuestros competidores lo están haciendo… Los colombianos tenemos el derecho de tener una economía fuerte, que pueda realmente competir en el mundo”.

Las metas del Conpes

En las próximas semanas, el DNP divulgará oficialmente dos documentos Conpes: uno sobre Política de Desarrollo Productivo –que traza la nueva política industrial– y otro de Ciencia, Tecnología e Innovación (CTI). ¿Qué metas se han planteado allí? Según Simón Gaviria, estas son las apuestas:

Productividad. Aumentar el crecimiento de la productividad, que en 2014 fue de 0,8% hasta 1,2% para 2018.

Diversificación. Lograr que las exportaciones no mineroenergéticas y de servicios vayan desde US$23.000 millones a US$30.000 millones en 2018.

Innovación. Pasar de 20% de empresas innovadoras en 2014 a 33% de innovadoras para 2018.

Acti. La meta apunta a lograr que se invierta 1% del PIB en actividades de ciencia, tecnología e innovación, y que de estos montos, 50% provenga del sector privado.