Este es el nuevo presidente de Natura en Colombia

La reconocida vanidad de las colombianas es un imán para la presencia de las principales firmas de cosméticos del mundo, así como para el desarrollo de varias compañías locales, que luchan por un pedazo de la torta en un mercado muy atomizado.

Entre ellos se destaca la brasileña Natura, que llegó hace 12 años, ya cuenta con 4,9% del mercado y registra ventas, hasta 2017, de $275.000 millones.

En estos años, Natura desarrolló una red 110.000 consultoras y genera 400 empleos, al tiempo que maquila parte de sus productos en dos fábricas colombianas (Prebel y Hada).

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A dirigir esta operación acaba de llegar el economista Alexandre Lemos, quien venía de liderar Natura en Chile.

Con un marcado acento brasileño, pero en un perfecto español, dice que en Chile el espacio para crecer el negocio es limitado, mientras en Colombia hay mucho por ganar. “Es un desafío profesional, había estado por vacaciones y ahora venir a trabajar acá me va a permitir conocer realmente el país. Hay muchas cosas por hacer y varios proyectos para desarrollar”, asegura Lemos, quien empezó a trabajar desde los 16 años en oficios varios (mensajero, vendedor de zapatos, etc.) y desde 2011 se vinculó a Natura, inicialmente como gerente de los estados del sur de Brasil y dos años después se fue para Chile.

Comenta que Natura, que fue creada hace 50 años, fue inicialmente una empresa muy disruptiva por su propuesta de mezclar belleza y cuidado del medio ambiente, lo cual es un valor que hoy también tienen otras compañías. Así que esta multilatina no solo va a seguir profundizando en ese tema, sino también en otros como nuevos modelos de venta.

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“Con la llegada del comercio por internet se creía que la venta directa estaba amenazada, pero nosotros consideramos que, por el contrario, es un complemento, pues las consultoras son parte importante de nuestra oferta de valor, dado que ellas son la cercanía con el cliente, las que los asesoran”, explica y agrega que, por ese motivo, a partir de mayo o junio van a lanzar las ventas por internet en Colombia, pero con un modelo diferencial, en donde las consultoras siguen siendo determinantes.

Colombia es actualmente el quinto país en consumo de cosméticos y cuidado personal de América Latina y hasta 2017 era el cuarto mercado de Natura en la región, una vez se consoliden las cifras del año pasado, Lemos estima que el país subió al tercer lugar.

Esto lo atribuye a que mantienen crecimientos de doble dígito, pese a la desaceleración de la economía. Cree que la razón podría ser un fenómeno que los economistas bautizaron como el indicador del labial, según el cual en los momentos de bajo crecimiento las mujeres siguen comprando labiales, como su única indulgencia, al no poder adquirir otros productos más costosos.

Sea como sea, para este año la meta de Lemos es mantener el crecimiento de doble dígito, al tiempo que empezar a explorar la posibilidad de usar productos de la biodiversidad colombiana en los cosméticos de Natura. Por ahora, toda la investigación y el desarrollo de dichos artículos con sello medioambiental se hace en Brasil, con un grupo de 5.300 familias campesinas. En caso de que encuentren la materia prima adecuada, los cultivadores nacionales podrían entrar a ese negocio que busca que lo sostenible, también sea rentable.

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Lemos, quien está casado y tiene dos hijos, está convencido de que un buen líder no puede ser impositivo, ni creerse el dueño de la verdad. “La clave está en delegar y en convertirse en ese hilo conductor que permite que las personas del equipo saquen lo mejor de sí”, dice sonriendo al tiempo que ratifica que uno de sus objetivos como líder es también aprender de sus compañeros de trabajo.

Prueba de ello, es que en las oficinas de Natura, al norte de Bogotá, Lemus no tiene un puesto especial o más espacioso, comparte una estación de trabajo igual a la de su equipo.

Es un gran lector de biografías, aunque ahora con su arribo al país se inclinó por Historia mínima de Colombia, de Jorge Orlando Melo. También le encanta cocinar y viajar. Justamente por eso asegura sin tapujos que a Colombia no solo vino a trabajar, sino también a divertirse.