TECNOLOGÍA

El desafío para las empresas: estar en la red o morir

Las empresas pueden explorar nuevas tecnologías que permiten automatizar procesos, alcanzar mayores productividades y llegar a nuevos mercados de una manera eficiente.

24 de mayo de 2018
Una pequeña o mediana empresa sin un plan de transformación digital está condenada a tener menores ingresos. | Foto: 123rf

Vivir en el pasado mediante procesos manuales en una compañía resulta cada vez más dispendioso, teniendo en cuenta que existen nuevas tecnologías que permiten automatizar procesos, alcanzar mayores productividades y llegar a nuevos mercados de una manera eficiente.

Por ejemplo, si un empresario envía su producto, bien sea al mayor o al detal, el cliente ya no se conforma solo con recibirlo, sino que quiere hacer seguimiento de la ruta, el viaje, la logística, la temperatura, la humedad y el tráfico hasta que el producto llegue a su destino. Hay que entender que las nuevas generaciones quieren tener todo a la mano en su celular, así que seguro van a preferir a un proveedor que les permita conocer estos datos y para esto tendrán que invertir en soluciones de internet de las cosas.

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El big data también está al alcance de cualquier tamaño de empresa, pues no es más que recolectar toda la información posible de un negocio, analizarla y cruzarla con la de entidades gubernamentales, clientes y proveedores para tener una base de toma de decisiones gracias a los datos abiertos.

Un negocio puede iniciar su plan de transformación digital sistematizando su proceso contable y de compras. Luego pasar a una línea de comercio electrónico, después buscar su estrategia de marketing digital y mejorar su proceso logístico de entregas.

Para Benjamín Archila, gerente general de Consensus, los empresarios Pyme no pueden esperar a tomar la decisión de iniciar un proceso de transformación digital, ya que tomarían el riesgo de quedarse por fuera del mercado mientras sus competidores sí se modernizan. Es necesario ver dentro de sus procesos manuales cuáles se pueden reemplazar por tecnología.

Un caso exitoso de implementación de la tecnología de internet de las cosas fue el de una firma comercializadora de cacao. Según Archila, su inventario estaba en consignación pero necesitaban conocer la disponibilidad de la mercancía para tomar decisiones de exportación y venta. Consensus instaló unos sensores con infrarrojo que miden la cantidad de bultos que se van acuñando y en tiempo real envía la información a un sistema centralizado vía internet que guarda los datos, los compara y los analiza. Eso antes era imposible de hacer porque había que contar y pesar manualmente, lo que implicaba gastos en desplazamiento de personal y, además, la información no se podía enviar de inmediato, porque no siempre había internet. Cada sensor instalado cuesta en promedio $25.000 y van conectados a la red con una SIM card. Un caso sencillo y económico que muestra que esta tecnología no es exclusiva de grandes empresas con grandes presupuestos.

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Otro ejemplo está en el sector exequial. Una compañía en Bogotá que ofrece estos servicios tenía dificultades para asignar salas de velación, pues debía tener supervisores que llenaran planillas según la ocupación de cada una y esto no permitía tener información en línea para nuevas asignaciones. Con una integración de sensores cada vez que entra o sale un féretro se envía al sistema la señal de que la sala está ocupada o libre.

Primero el cliente

Según el vicepresidente ejecutivo de Tigo Une, Santiago Londoño, para iniciar un proceso de transformación lo primero que hay que hacer es poner al cliente en el centro de la organización. Luego definir en qué quiere ser mejor la empresa. De este modo se evidencia que no se trata de una discusión tecnológica y que la tecnología no es el fin en sí mismo sino un medio.

Dentro de los casos de cambio que ha adelantado Tigo está el de una empresa de reparto que implementó tecnología máquina a máquina por medio de SIM cards instaladas para controlar la temperatura de refrigeración de unas neveras. Otro caso son las máquinas expendedoras de alimentos que envían información de manera remota a una central, para que repongan a tiempo un producto que se está acabando. Antes tenía que ir un empleado a revisar máquina por máquina y volver a surtir. Hoy este solo acude cuando realmente es necesario.

Venta virtual

Para vender en línea, hoy vale la pena analizar si lanzar una tienda propia o incluir su catálogo en tiendas más grandes como Amazon que prestan la plataforma y cobran una comisión por venta. Hoy más de 60% de las compras por internet se hacen desde un celular, así que hay que estar seguros de que la transacción se pueda hacer desde un móvil, dice Londoño.

La transaccionalidad está asociada con opciones de comercio electrónico, pero hay un espacio poco explorado: ofrecerles a los clientes la posibilidad de consultar el estado de un pedido, consultar facturas anteriores y hacer sugerencias o solicitudes nuevas.

Elizabeth Collante, gerente comercial de Nimbutech, recomienda a las Pyme conseguir un aliado tecnológico que no pretenda venderles productos inútiles, sino que actúe como un consultor que analice en qué etapa está el negocio y qué soluciones pueden ayudarles a ofrecer un mejor servicio.

Una gran ventaja de invertir en servicios en la nube es que se puede pagar mensual y esto ayuda al flujo de caja. Además, quedaron exentos de IVA en la última reforma tributaria.

El gerente de Productos y Servicios de Agilitix, Óscar Villa, dice que ha implementado en Compensar escritorios virtuales que facilitan el traslado de empleados de una sede a otra, así como la opción de teletrabajo desde las casas de los colaboradores y el acceso móvil a la información empresarial desde cualquier dispositivo. La tecnología llegó para facilitar la vida de las Pyme. Perder ese tren no es una opción.

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