EDUCACIÓN

“A muchos universitarios aún les falta disciplina para la educación virtual”

En diálogo con Semana Educación, el rector de la U. Central y exministro de Educación y Salud, Jaime Arias, se refirió a la situación actual de las universidades, cómo se preparan para retornar a la presencialidad y qué lecciones le deja a la academia la pandemia.

11 de septiembre de 2020
Arias fue ministro de Educación y Salud, entre otros cargos públicos.
Arias fue ministro de Educación y Salud, entre otros cargos públicos. | Foto: Universidad Central

Desde esta semana cualquier universidad en Bogotá podrá pasar la solicitud a la Alcaldía para retomar las clases presenciales en el corto plazo. Pese a que las universidades colombianas definieron lineamientos claros para dictar clases en modalidad virtual y, en algunas ocasiones, semipresenciales, muchos estudiantes y docentes coinciden en que no hay nada como la clase presencial.

Para el rector de la Universidad Central, Jaime Arias, “si bien muchos estudiantes usan mucho la tecnología, en el tema de la educación aún falta mucha disciplina y por eso es vital el regreso al campus, que además tiene muchos otros valores agregados”.

En diálogo con Semana Educación, el exministro de Educación y Salud se refirió a la situación actual de las universidades, cómo se preparan para retonar a la presencialidad y qué lecciones le deja a la academia la pandemia.

¿Cuál es el balance final del semestre que terminó y que fue casi todo de forma virtual?

Jaime Arias (J.A.): Lo logramos terminar de buena forma a pesar de las dificultades. Por una coincidencia, cuando llega la pandemia nosotros nos estábamos preparando para la virtualidad, en ese momento los profesores llevaban un tiempo tomando algunos cursos, avanzando en educación remota. Cumplimos en un 95 por ciento el semestre académico, hubo algunas dificultades con las prácticas pero todo se ha ido nivelando. Otro problema fue la dificultad de conectividad o falta de equipos del 10 de estudiantes, situación que también se presenta en las instituciones privadas, se hicieron las inversiones y préstamos de equipos. En el caso de los estudiantes, pensamos que se iban a adaptar de forma más rápida a la educación virtual, hemos visto que los jóvenes son usuarios de tecnologías pero muchas veces para otros fines, en materia educativa aún falta mucha disciplina y por eso es vital el regreso al campus, que además tiene muchos otros valores agregados en la formación del estudiante.

¿Cómo inicia este segundo semestre académico?

J.A.: Se ve un avance. Esperamos regresar clases presenciales aunque no sea al 100%, las estrategias y protocolos del Ministerio los vemos con buenos ojos. Hubo países que entraron de lleno y no han tenido problema graves respecto a contagios, estamos listo para una semipresencialidad.

Una preocupación grande era la deserción, ¿finalmente cuál fue la cifra?

En estudiantes nuevos tuvimos una baja, recibimos poco más de la mitad de lo que acostumbramos. En lo que hablamos con muchos de ellos, que son la mayoría de quienes terminaron el colegio en calendario B, es que están esperando 6 meses debido a la incertidumbre que sienten, también hay razones económicas. En los que ya estaban, es decir rematrículas, el impacto final fue una caída del 10 por ciento. No obstante, esperamos que el próximo semestre haya un repunte.

¿Fracasó la virtualidad?¿Hay la misma calidad que en la educación presencial?

La educación virtual y remota requieren una gran disciplina, no es tan fácil, pero sí hay casos muy exitosos y herramientas que han tenido gran acogida. El mundo hoy está inmerso en el e-learning que puede tener todos los componentes de calidad, pero la vida universitaria es muy importante, siempre es necesario todo eso que ocurre al alrededor de esa etapa, los compañeros, los jóvenes socializan, eso es vital y es irremplazable. El ideal es que haya presencialidad pero con elementos de virtualidad.

¿Es costoso aplicar los protocolos de bioseguridad en la universidad?

Las inversiones para la alternancia no son tan grandes, alrededor de 200 millones para cumplir algunas medidas de bioseguridad. Lo más complicado es lo de los salones, garantizar la ocupación y distancia. La inversión en tecnología sí fue muy fuerte, nosotros ya lo habíamos hecho y habíamos avanzado, esta pandemia no nos ahorró un peso, como muchos se imaginan. Hubo inversiones fuertes para otorgar descuentos y becas. No olvidemos que las universidades que veníamos obteniendo acreditaciones de calidad hemos invertido, acreditar implica inversiones fuertes por varios años, contratar profesores PHD en tiempo completo.

Con la pandemia seguramente cambiará el perfil de las carreras que se requieren, ¿lo ve así?

Curiosamente en la actualidad hay ciertas profesiones que no se han impactado, la Medicina sigue y seguirá siendo fuerte, el Derecho y las Administraciones siguen siendo carreras muy elegidas. Desde hace años se dice que van a cambiar los perfiles pero los jóvenes buscan las profesiones clásicas. Con todo esta coyuntura creo que ese cambio se va a dar más rápido y vamos a notar cómo se requerirán en todas las carreras algún conocimiento en tecnología, en programación, en blockchain, quizás no de lleno pero cada perfil debe estar familiarizado. Sobre las profesiones del futuro, hemos investigado y es claro que las carreras relacionadas con el sector salud y con el cuidado de adultos mayores o con discapacidad tendrán una demanda importante. El telecuidado y la telesalud serán un área de desarrollo grande. Habrá mucha demanda de tecnólogos y técnicos con conocimientos muy específicos. En el futuro los profesionales deben tener un curriculum muy integral.

Como exministro de Educación y Salud, ¿qué opina de la reapertura de colegios que tanta polémica ha causado?

En una pandemia las incertidumbres son muy grandes, aún no conocemos mucho del coronavirus. Los gobiernos han replicado en gran medida lo ocurrido en la pandemia de 1918, cuarentenas y mascarillas, eso se uso. Este debate se debe dar con datos y lo claro es que los niños se contagian menos y no son tan propagadores como con la influenza. Cada departamento, cada ciudad, cada institución, cada familia, será la que deba decidir cómo será ese retorno seguro. Los traumas en la salud mental y aprendizaje están quedando documentadas y pueden ser irreversibles.