EDUCACIÓN
Así es el nuevo laboratorio de la Universidad Javeriana para investigar virus
La Universidad Javeriana tiene el primer laboratorio dedicado a investigar virus bajo los estándares del Instituto Nacional de Salud de Estados Unidos.
Con la llegada de la pandemia, rápidamente los países potencia en el mundo encaminaron sus esfuerzos por dar resultados científicos que permitieran entender el virus y buscar una vacuna. Los demás países, con reducidas capacidades técnicas para la investigación en laboratorio, se centraron en generar estrategias para disminuir los contagios y fortalecer la atención médica de los casos graves.
Con el fin de responder a esta necesidad, el Ministerio de Ciencia, Tecnología e Innovación de Colombia, a través del Fondo de Ciencia, Tecnología e Innovación del Sistema General de Regalías, lanzó una convocatoria para aumentar la capacidad en investigación mediante el mejoramiento de laboratorios especializados.
Las facultades de Ciencias y de Odontología de la Pontificia Universidad Javeriana propusieron un proyecto que buscaba demostrar el potencial zoonótico (es decir, la probabilidad de que una enfermedad se transmita de animales a humanos) del virus de la leucosis bovina, una enfermedad que afecta al ganado y se asocia con cáncer de seno en mujeres.
Este proyecto resultó ganador de la convocatoria y poco más de un año después la Javeriana ya cuenta con el primer laboratorio universitario comisionado bajo los estándares de los Institutos Nacionales de Salud de Estados Unidos de nivel de seguridad 3 - BSL3 (BioSafety Level), que permitirá hacer investigación en virus altamente infecciosos. Además, fue diseñado para monitorear y entender virus zoonóticos emergentes o reemergentes.
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¿Qué es un laboratorio BSL3?
Investigar microorganismos supone una serie de riesgos tanto para los investigadores como para el entorno, por lo que los lugares en donde se trabaja con este tipo de patógenos requieren unas medidas de bioseguridad estrictas y específicas.
La Organización Mundial de la Salud –y posteriormente los Institutos Nacionales de Salud de Estados Unidos– clasificaron los laboratorios del 1 al 4 según el nivel de riesgo que representan los microorganismos que investigan.
Son de nivel uno los laboratorios que trabajan con patógenos para los cuales hay tratamiento, no llevan a la muerte y son de sencillo manejo. En el nivel dos están aquellos que asumen un poco más de riesgo, con microbios que pueden tener tratamiento y no son endémicos de la zona.
El nivel tres son para los que no hay tratamiento, son desconocidos, no hay vacunas y pueden llevar a la muerte en ciertas ocasiones. El nivel cuatro corresponde a los más peligrosos, que no tienen cura y presentan una tasa de mortalidad mayor al 60 %.
La construcción del nuevo laboratorio de la Javeriana ha sido acompañada por la empresa World BioHazTec, que diseña y certifica este tipo de construcciones en diferentes países del mundo.
“Este laboratorio es de investigación, pero tiene que ser de servicio para la comunidad”, dijo María Fernanda Gutiérrez, investigadora principal del proyecto, a Pesquisa Javeriana. “Está abierto para que quien necesite un BSL-3 pueda presentar su proyecto para ser aprobado y logremos dar resultados no solo académicos, sino también para la gente”.
Por esto, la decisión del equipo de trabajo fue adoptar las normativas exigidas en Estados Unidos para su construcción y funcionamiento. Al igual que allí, buscarán la certificación anual, que no solo garantiza el uso adecuado bajo estrictos protocolos de bioseguridad, sino que incluyen pólizas de seguro internacionales ante eventuales problemas que se presenten. Este proceso de certificación aplica a partir del primer año de funcionamiento del laboratorio, una vez se haya recopilado suficiente información para el ente certificador.
Los protocolos establecidos internacionalmente, además, indican que no cualquier investigador puede hacer uso de este tipo de laboratorios. Se necesita una capacitación especializada y una evaluación constante, pues los procesos que allí se llevan a cabo tienen riesgos importantes para la salud pública.
“No queremos que salga nada que esté adentro porque es perjudicial. Quienes entran deben tener un entrenamiento y un curso adecuado para evitar accidentes biológicos”, explica Nelly Stella Roa, directora del Centro de Investigaciones Odontológicas-CIO de la Javeriana. Para esto, el laboratorio cuenta con equipamientos, manuales y protocolos de limpieza y desinfección que disminuyen dichos riesgos.
Con miras hacia el futuro, este laboratorio representa varios retos para la universidad y para el equipo de trabajo. Uno de ellos es conformar un comité de bioseguridad que evalúe, avale y autorice el uso de este laboratorio. “Esas personas deben conocer las temáticas científicas, los temas de bioseguridad y de ética. Serán quienes hagan el primer filtro de selección de los trabajos”, explica Roa.
Otro reto será el de facilitar el trabajo entre las unidades académicas, facultades de la universidad y los científicos del país para que puedan aprovechar esta tecnología. “A nivel internacional los laboratorios son compartidos, se alquilan a instituciones externas y este laboratorio nos obliga a abrir un poco esas barreras”, afirma Velandia.
“En lo científico, el primer reto es terminar el trabajo de leucosis bovina, y ya luego estará listo y disponible para hacer investigación en covid-19 y otros virus altamente peligrosos o desconocidos”, concluyó Gutiérrez.