TRAGEDIA

La educación en Mocoa pasa inevitablemente a un segundo plano

Las universidades y los colegios son centros para los damnificados, mientras que el Ministerio de Educación y la gobernación estudian cómo reanudar las clases.

3 de abril de 2017
| Foto: Leonardo Muñoz / EFE

En la capital del departamento de Putumayo todo es desolación. “La situación es terrible”, alcanzan a decir los supervivientes que dejó el manto de lodo que arrasó Mocoa tras el desbordamiento de los ríos Mocoa, Sangoyaco y Mulato. La desolación es tan palpable que muchos solo se preguntan si han de hacer sepelios colectivos a pesar de no haber identificado todavía todos los cadáveres. “No pueden dejarlos sin enterrar”, afirma a Semana Educación Flor Argot, Concejal del Municipio Valle del Guamuez, Putumayo.

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Mientras el conteo de víctimas mortales y desaparecidos no termina, todos los servicios están suspendidos: no hay luz, ni agua, ni educación. “Las clases están suspendidas”, confirma Fabián Vargas, defensor del pueblo del Putumayo.  

Los niños no han podido reanudar su jornada escolar. A la falta de luz, agua y gas, se suma la falta de alimentos, que no llegan o lo hacen de manera precaria. Además, según fuentes oficiales del Ministerio de Educación (MEN), tres colegios se encuentran gravemente afectados por la inundación y las otras instituciones, tanto escolares como de educación superior, se han convertido en centros de acogida para los damnificados.Las Universidad de Mocoa, por ejemplo, alberga 167 niños, de los cuales 58 tienen menos de cinco años, según el ICBF.

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Lo mismo ocurre en el Instituto Tecnológico del Putumayo (ITP): las clases se suspendieron. Por cuestiones de seguridad los jóvenes han sido enviados a sus casas. Mientras tanto, los equipos de búsqueda levantan escombros para encontrar a los estudiantes desaparecidos y los profesores hacen lo posible por atender a los más de 1.000 damnificados que han encontrado refugio en su institución, entre los que se encuentran cientos de niños y jóvenes, según Iveth Liñeiro, coordinadora pero de bienestar social de el ITP. “Nuestros psicólogos hacen lo posible por acompañar a los niños en el trauma. Los profesores de música y artes han diseñado actividades lúdicas para los más jóvenes”, aseguró Liñeiro.

Así, las instituciones de educación superior se han convertido en un centro de ayuda y de acopio. Tanto de familias que se quedaron sin hogar, como de cientos de personas que no tienen cómo conseguir alimentos, medicinas y agua potable. Según Jesús Salvador, un ciudadano que ha colaborado en esta difícil situación y que habló con Semana Educación, los líderes de la ciudad se han movilizado para recolectar objetos de primera necesidad, como ropa, elementos de aseo, pañales, tapabocas, colchonetas, velas, agua potable y medicamentos.

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Los estudiantes de Putumayo consultados agradecieron el apoyo y la generosidad de los universitarios de todo el país.

¿Cómo se está enfrentando la situación?

El servicio educativo se mantendrá suspendido hasta el 7 de abril, según la Resolución  Administrativa N° 0976 emitida por el Secretario Departamental, Jorge Ferrín, debido a la difícil situación que enfrenta el municipio. Durante esta semana el Ministerio de Educación en conjunto con la Secretaría de Educación del Putumayo harán una evaluación del estado de la infraestructura, ejecutarán las medidas de contingencia para atenuar la crisis y se empezará un plan de reubicación de los niños para restablecer el servicio educativo lo antes posible, asegura el MEN.   

El Gobierno ha anunciado recursos para la reconstrucción de Mocoa que ascienden a 1.200 millones de pesos y un subsidio de arriendo para los damnificados de 250.000 pesos mensuales. Para la solución del problema de agua se ha previsto la llegada de carrotanques que resolverán la situación del agua a lo sumo durante un año, hasta que se construya un nuevo acueducto. Mientras tanto, se estudian las soluciones para el restablecimiento de la luz eléctrica con la llegada de 10 plantas eléctricas.

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La educación en Putumayo, un descuido histórico que hay que corregir

Desde hace décadas, en el departamento hay un gran atraso en infraestructura educativa, afirman varias de las fuentes consultadas. Después de numerosas quejas y derechos de petición, ha sido poca la atención que el Gobierno Nacional le ha prestado a la situación educativa en el Putumayo. “Había tantas goteras en los salones que llovía  más adentro que afuera”, afirmó un rector de un colegio oficial que no quiso dar su nombre.

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Antes de la tragedia, muchos de los colegios rurales están construidos con madera, y con los años y el comején  se ha podrido. Además, hay escuelas que no cuentan ni siquiera con unidades sanitarias. "Acá desde hace tiempo los niños están en riesgo. Hay escuelas que ya las declararon en emergencia, sin embargo, nada pasa. Se echan al olvido y cuando la escuela se les caiga encima, Dios no lo quiera, ahí se querrán actuar, invertir y hacer escuelas nuevas. Eso no es así: tenemos que evitar”, advirtió la concejal Flor Argot.

El presidente Juan Manuel Santos afirmó que después del desastre, “Mocoa quedará mucho mejor”. Será fundamental que, primero, las promesas no se queden en el papel, y segundo que se incluya en el plan de reconstrucción la infraestructura educativa, recalcaron las fuentes y los afectados por la tragedia consultados.

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