EDUCACIÓN
Colegios públicos deben garantizar educación en casa para las familias que no quieran clases presenciales
Así quedó estipulado en el acuerdo que hicieron el Gobierno nacional y Fecode para acelerar el proceso de reapertura de colegios.
Aunque la reapertura de colegios en medio de la pandemia ya es una realidad en el país, no es la generalidad de todos los estudiantes. En cada departamento es diferente el avance de este proceso; por ejemplo, mientras en Bogotá ya abrieron más del 90 % de los colegios públicos, en Cartagena la cifra apenas llega al 50 %. El panorama es distinto en cada ciudad y municipio.
El proceso de reapertura no se ha podido dar con mayor celeridad por dos razones principales: el temor de los padres a enviar a sus hijos al colegio (un 43 % dice estar en desacuerdo con la presencialidad en estos momentos) y la oposición de la Federación Colombiana de Educadores (Fecode) a retornar a las aulas por considerar que no existen las garantías de bioseguridad necesarias.
Aunque en la directiva número cinco del Ministerio de Educación el Gobierno estipuló que los profesores “no recibirán el salario por los días no laborados de manera presencial sin justificación alguna”, gracias al proceso de negociación entre Gobierno y Fecode llegaron a algunos puntos de acuerdo para evitar estas instancias.
“Después de sesiones intensas de trabajo, Fecode logró firmar el acuerdo referido a la escuela biosegura, demostrando a la sociedad en general nuestra disposición de encontrarnos en la escuela de la presencialidad sin renunciar a la exigencia de condiciones dignas, inversiones, adecuaciones y protocolos que debe garantizar el Estado”, manifestó el gremio docente.
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En el acuerdo que firmaron representantes tanto de Fecode como del Ministerio de Educación, por parte del Gobierno, se llegó a varios puntos clave que son de interés para los padres de familia y cuidadores.
En primer lugar, se reafirmó la autonomía familiar en relación a que serán los padres de familia quienes determinen enviar o no a sus hijos a la escuela de la presencialidad. “En caso de no hacerlo, el Gobierno debe garantizar la educación en casa”, explican.
También acordaron que a diferencia de lo que dice la Directiva 5 sobre “presencialidad plena” en todo el país, será cada Secretaría de Educación y cada Gobierno Escolar y Consejo Directivo de cada colegio el que decida sobre el retorno o no a la presencialidad.
Sobre las condiciones de infraestructura que deben contar los colegios para reabrir, se acordó que lo mínimo que se debe garantizar son aulas con señalización de 1 metro de distancia, garantizar el esquema completo de vacunación para docentes, directivos, personal administrativo y operativo.
Cabe recordar, que según el reporte del Ministerio de Salud, 350 mil docentes ya recibieron al menos una dosis de la vacuna y que 61 mil no se han vacunado a pesar de tener la dosis disponible.
Reposición de clases
Frente a la reposición de actividades académicas y pedagógicas, que no se pudieron adelantar por razones del paro nacional, Fecode hizo algunas precisiones.
Aseguran que de la mano con cada gobierno escolar ajustarán las actividades de nivelación para dar cumplimiento al plan de estudios y garantizar el año académico. “Recurriremos a diversas estrategias pedagógicas y metodologías flexibles respetando las planeaciones, recursos, medios y modalidad definidos para el primer semestre del año 2021, en el marco del calendario escolar”, señalan.
Sobre este tema, el Gobierno recordó que con el regreso a la presencialidad en las diferentes instituciones de educación básica y media en todo el territorio nacional, el Ministerio de Educación y el Instituto Colombiano para la Evaluación de la Educación (Icfes) anunciaron el regreso de la aplicación de las pruebas Saber 3, 5, 7 y 9, las cuales deben presentar los estudiantes que cursan esos grados.
Estas pruebas buscan dar información al país acerca de las competencias de los niños, niñas y adolescentes en los niveles de educación de básica primaria y secundaria, y cuyos resultados permitirán medir el progreso de aprendizaje de los estudiantes, algo vital en estos momentos en los que se busca identificar los vacíos que hubo en el aprendizaje por el cierre prolongado de colegios.