¿Cómo debería ser la enseñanza de religión en colegios públicos?

Así como cualquier materia, sea lenguaje, ciencias o matemáticas, todos los colegios del país están en la obligación de ofrecer clase de religión.

La Ley General de Educación de 1994 obliga a los colegios del país a dictar y evaluar religión como una materia en los colegios. Cada institución es libre de escoger los contenidos y profesores, y aunque en su momento la norma causó polémica, el derecho fundamental a la libertad de cultos consagrado en la Constitución fue el principal argumento para mantener en pie la formación religiosa dentro del currículo.

Hace algunos días, el profesor de Sociología en la religión de la Universidad Nacional, Mauricio Beltrán, publicó su estudio ‘La clase de religión en los colegios públicos de Bogotá’ en el que concluyó que en las clases de religión se está presentando un adoctrinamiento.

El docente aseguró que el 83 % de los profesores admitió que en sus colegios no hay “estándares curriculares particulares en la enseñanza de la religión para estudiantes no católicos” y que el 27 % de los estudiantes de colegios públicos considera que el objetivo de la clase de religión que reciben es aprender una determinada doctrina religiosa.

A menos que sus acudientes dispongan lo contrario, los estudiantes deben asistir a clase de religión, presentar evaluaciones y pasarlas para aprobar el año. La mayoría de los colombianos han convivido con esta lógica en algún momento de su vida, pero los jóvenes, sus padres, los profesores, los investigadores y hasta las comunidades religiosas todavía no se han puesto de acuerdo sobre qué enseñar en esta área o para qué sirven esos contenidos.

Los documentos del Ministerio de Educación Nacional dicen que no hay objetivos ni lineamientos claros para enseñar religión en los colegios, porque eso atentaría contra la independencia de cátedra, pero principalmente porque si existieran, irían en contra de la libertad de cultos. Por eso existen colegios confesionales.

No obstante, para hacer mayor claridad en el tema y garantizar la libertad de culto y de cátedra, la ministra de Educación, María Victoria Angulo, informó que desde 2019 se creó una mesa con 18 grupos religiosos, incluyendo ateos y agnósticos, para definir unos estándares que puedan orientar mejor los estudios religiosos.

Algunos investigadores afirman que se podría sacar más provecho a estos espacios. Para ellos, las clases de religión deberían ser una oportunidad para fomentar la tolerancia así como para entender la religión como un fenómeno social y cultural a lo largo de la historia.

El padre Juan Pablo González, rector del Colegio San Bartolomé La Merced, explica que existen al menos dos enfoques para hablar de religión en los colegios. O bien educan de acuerdo a los principios de una fe específica (en el catolicismo esto es lo que se conoce como la Catequesis), o pueden explicar la religión como un fenómeno social y cultural que ha estado estrechamente ligado a la historia de la humanidad desde sus orígenes.

Como no existen lineamientos específicos que orienten a las escuelas sobre cómo se debería impartir esta asignatura, las directivas y profesores pueden escoger cualquier enfoque. La mayoría de los colegios del país, incluidos los oficiales, se inclinan por la educación confesional y en muchos casos esta va más allá de las clases de religión.

La mayoría de los colegios del país, incluidos los oficiales, se inclinan por la educación confesional y en muchos casos esta va más allá de las clases de religión. La vida entre misas, oraciones y bendiciones hace parte de la cotidianidad de muchos estudiantes. Felipe Villar, director general del Colegio San Mateo, explica que esto hace parte de una formación ética que los prepara para la vida en sociedad.

Al rabino Alfredo Goldschmidt, líder religioso del Colegio Colombo Hebreo, le gustaría que hubiera menos ignorancia sobre su credo entre la población ajena al judaísmo.

El imam Julián Zapata, director del Centro Cultural Islámico de Chía, Cundinamarca, dice que a veces pareciera que los musulmanes deberían tener una preparación en política internacional para responder a quienes los cuestionan por su fe.

Ante toda la polémica surgida por el estudio, la ministra María Victoria Angulo reiteró que no es obligación para los niños y los padres que tengan que ver esta área; va acorde a sus creencias, “están en todo su derecho, los padres y los estudiantes que no profesan ningún credo religioso, a poder optativamente elegir otra área, me estoy refiriendo a áreas deportivas, artísticas y culturales”.