EDUCACIÓN
¿Cómo es enseñar 'online' a estudiantes de preescolar en la cuarentena?
La directora de un preescolar cuenta desde su experiencia qué acciones son necesarias para continuar con la educación de los más pequeños del hogar.
Es probable que los maestros nunca hayan sido tan apreciados como lo son ahora. Debido a la cuarentena para evitar la propagación del coronavirus y el cierre de colegios y jardines, millones de familias han conocido las dificultades que conlleva liderar el proceso de aprendizaje de niños y niñas.
En el caso de los profesores, con la actual pandemia hemos sido testigos de cómo se han visto obligados a repensar su trabajo e interacción con los estudiantes, y cómo los hogares se han convertido en espacios para facilitar el aprendizaje virtual de cientos de niños y adolescentes. El escenario de aulas, pupitres y tableros cambió por el de las salas, comedores y cuartos de cada uno de los alumnos.
Bibiana Garavito, directora de la Sección Preescolar del Colegio Nueva York, cuenta que los docentes han tenido que buscar formas innovadoras para involucrar a todos sus estudiantes, aprendiendo el desarrollo de nuevas habilidades tecnológicas para adelantar las clases. "Las docentes pasaron de tener jornadas con mucha actividad física y movimiento, a tener toda la jornada frente a una pantalla".
Garavito narra, desde su experiencia, las acciones que se deben tener en cuenta para enseñar en preescolar —es decir, a los más pequeños del hogar— durante la pandemia.
1. Ajustar el currículo organizando horarios que les permitieran avanzar en el desarrollo de habilidades propias de la edad, dando la intensidad que requiere la apropiación de herramientas comunicativas propias de la lengua materna y demás dimensiones del desarrollo, sin olvidar su necesidad profunda de movimiento y actividad física. De acuerdo con la OMS, los niños entre 3 y 5 años deben pasar al menos 180 minutos realizando diversos tipos de actividad física de cualquier intensidad, incluidos mínimo 60 minutos de actividad física de intensidad moderada a elevada, distribuidos a lo largo del día; cuanto más mejor.
2. Involucrar a las familias como principales aliados para el desarrollo de los planes de estudio, los cuales están diseñados para mantener activos los sentidos y los dispositivos de aprendizaje para dar continuidad al proceso en casa.
3. Equilibrar los tiempos de permanencia frente a una pantalla teniendo en cuenta el impacto de exceder el máximo recomendado por día para niños en edad preescolar, planteando momentos de aprendizaje sincrónico y asincrónico. Según la OMS, un niño de preescolar no debería pasar más de una hora seguida frente a una pantalla.
4. Revisar las características de cada una de estas modalidades, pues el plan asincrónico, el que se hace sin la presencia en vivo del profesor, exige que la introducción a este espacio por parte de los tutores sea clara para que los estudiantes más pequeños accedan a la experiencia y se sientan tan atraídos y motivados por ella que se produzcan aprendizajes significativos. Por otro lado, los encuentros sincrónicos, en los que el profesor está interactuando con los alumnos, deben conservar la “magia" que representa mantener conectados a todos los estudiantes con el docente y con los conceptos.
5. Reforzar hábitos ya adquiridos y desarrollar habilidades de autoayuda para ir creciendo en independencia. Esto se ha logrado a través de retos como: aprender a amarrarse los zapatos, colocar la mesa, clasificar la ropa por colores y un sinnúmero de oportunidades que nos da el estar en casa para fortalecer este objetivo. Este espacio también ha sido utilizado para generar expectativa en los pequeños, al punto de preguntar a sus padres desde la noche anterior: “¿Qué me toca mañana? ¿Tengo peinado loco, disfraz, juguete favorito o spa?".
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6. Conservar los espacios diarios de "Morning Meeting” para mantener el vínculo no solo con su docente, sino con sus pares, quienes son imprescindibles dentro de su proceso de desarrollo, siendo este encuentro la oportunidad para escucharlos y deleitarnos con la esencia que los hace únicos. “Aquí tengo que confesar que nuestro primer encuentro en línea fue emotivo hasta las lágrimas”, concluye Garavito.