EDUCACIÓN

"No podemos exigir que todo salga perfecto": consejo a los padres con las tareas

La directora de Aldeas Infantiles SOS Colombia, Ángela Rosales, habla sobre cómo abordar la educación en medio de la pandemia, cuando los padres deben ser una especie de maestros para sus hijos.

16 de mayo de 2020
La mayoría de los papás tienen interés y la intención de cuidar y criar bien a sus hijos y de acompañarlos, pero balancear tantos elementos no es fácil. | Foto: Pixabay

SEMANA: La pandemia ha trasladado a casa la mayoría de las actividades. Hay miles de padres desbordados por la carga. ¿Cuál ha sido el impacto en la crianza?

Ángela Rosales: Muchos papás tienen sus actividades laborales y eso significa coordinar muchas cosas a la vez: los asuntos de la casa, los laborales, los escolares y la crianza, en un mismo espacio y con las mismas personas, porque no hay posibilidades de ayuda externa. Según nuestro análisis y conversación con las familias, esto ha tensionado bastante la relación padre-hijo, porque en momentos de normalidad no compartían todo el tiempo, ahora sí. Esta siendo necesario ser malabaristas en este contexto. Especialmente con una carga educativa que no estaba lista para un contexto como el que vivimos, los colegios se dedicaron a inventar las soluciones para que lo que normalmente se hace presencial en el aula, se haga en la casa. Evidentemente son dos contextos diferentes y no es tan fácil trasladar las actividades del aula a la casa.

SEMANA: ¿Qué pueden hacer los papás que trabajan en casa para coordinar tantas actividades?

A. R.: Se necesita que todos sean resilientes, también los empleadores tienen que entender que cuando sus colaboradores tienen hijos van a tener alguna interrupción, en una reunión, y también deben acordar horarios. La mayoría de los papás tienen interés y la intención de cuidar y criar bien a sus hijos y de acompañarlos, pero balancear tantos elementos no es fácil, si no nos cuidamos los adultos cuando estamos cargados de estrés tendemos a reaccionar negativamente contra los niños y las niñas, a veces con golpes, con gritos, o con negligencia y frustración porque ya no saben qué hacer. Eso hace que los niños desarrollen aversión al estudio: "No me gusta cuando mi papá me acompaña a hacer la tarea", "no quiero colorear más".

SEMANA: ¿Cómo se puede manejar la frustración tanto de los padres como de los niños?

A. R.: No todas las personas tenemos habilidad pedagógica, algunas personas tienen mayor capacidad y más paciencia que otras. Este momento no es el de más desarrollo cognitivo de aprendizaje de contenido, en términos tradicionales, sino de otras habilidades muy importantes para la vida. No podemos exigir que todo salga perfecto.

"Hay que tratar de encontrar el pedagogo que hay en nosotros por el bien de los niños y las niñas"

SEMANA: Ahora que los niños están en sus casas estudiando los padres cumplen más roles, también el de maestros, ¿qué les recomienda a ellos?

A. R.: Hay quienes son muy buenos en un tema, pero no por eso son buenos explicándolo, entonces hay que tratar de encontrar el pedagogo que hay en nosotros por el bien de los niños y las niñas. Hay que cuidar que en esta temporada los niños no le cojan rabia ni fastidio al estudio, por estar tan sobre cargados de actividades académicos. Pero se requiere mucha paciencia y comprensión de parte de los papás, y de parte de los docentes hacia la situación que viven las familias. La dinámica de las familias no puede reemplazar la dinámica escolar.

SEMANA: Los padres que tienen hijos de diferentes edades tienen que atender los distintos niveles educativos y sus respectivas exigencias, ¿cómo lidiar con la carga académica?

A. R.: No es lo mismo un niño con colegio virtual cuando tiene 12 años, que cuando tiene 9 o 5. En esa medida los papás tienen en la casa multiniveles, hay que ayudar al pequeño, al más grande, pero además responder por el trabajo, así que no pueden estar atentos a los niños todo el día. Hay que entender que hay que flexibilizar el contenido y la exigencia que se les va a pedir a los niños en este año escolar, no podemos pedirles como si estuvieran yendo al colegio y los papás no pueden estresarse con que sus hijos tienen que cumplir con todos los logros, hacer todas las guías y mandar todas las fotos. No es lo que el colegio necesita que el niño haga, sino lo que el niño necesita que el colegio y la familia le dé.

SEMANA: Hay padres que están considerando retirar a sus hijos del colegio por este año, porque sienten que no están aprendiendo y tienen problemas económicos, ¿lo deberían hacer?

A. R.: Los colegios deben entender que los papás son papás y tienen otras actividades, y dónde está el valor agregado que ofrece en este momento el colegio en el contexto particular. Enviar guías y poner mucha carga puede ser una ayuda que no ayuda. Además de las cargas económicas, está la sensación de pensar qué sentido tiene el colegio en este momento para un niño si no puede ir, por eso el colegio tiene que saber cuál es su aporte a la familia en este momento.

SEMANA: ¿En qué debería enfocarse la educación en medio de la pandemia?

A. R.: Se necesita una coherencia entre lo que está pidiendo el colegio, lo que viven realmente los niños en las casas y lo que los papás son capaces de resolver en casa. Los colegios no pueden esperar a que en casa se haga todo el desarrollo y se tengan las mismas capacidades que tiene un docente en el aula. Los más pequeños necesitan más acompañamiento, y los más grandes tienen problemas más complejos de lo que los papás son capaces de hacer. Los niños y niñas también necesitan espacios de socialización, lo que hemos visto es que para los niños chiquitos se mandan muchas actividades de colorear, cortar y pegar, pero los papás no tienen el tiempo. Deberíamos hablar de lo fundamental: de las habilidades que debe desarrollar dependiendo de su edad. La tarea que les mandan es una forma de desarrollar la habilidad, pero si los papás no saben cuál es esa habilidad el niño probablemente no lo hará. Hay que soltarnos un poco de la guía y centrarnos en qué es lo que queremos que el niño aprenda.

"Deberíamos hablar de lo fundamental: de las habilidades que debe desarrollar dependiendo de su edad"

Hay actividades en casa que se pueden estar haciendo y que no necesitan desarrollar guías, como colorear, clasificar cosas, yo lo puedo hacer con los elementos de la cocina, los niños pueden aprender a contar con lentejas o garbanzos, o mientras ordenan su cuarto. Hay que trasladar algunas cosas que de hecho la humanidad las hacía en casa, muchos de los temas de matemáticas o de la organización de las cosas venían de lo que los niños compartían en su casa: aprender a contar tenía que ver con los animales que había ahí, la cantidad de comida en la casa.

SEMANA: ¿Cuánto tiempo se recomienda para hacer tareas y cuánto para darles un descanso a los niños?

A. R.: Eso depende mucho de la edad, porque cada niña o niña tiene un lapso de atención que puede prestar. Entre más pequeño menos tiempo. Por ejemplo, una clase virtual con niños menores de siete años no debería durar más de 20 minutos, porque ni los niños ni el docente van a aprovechar ese tiempo realmente. Es mejor tener espacios de tiempo de trabajo muy concretos en varios momentos en el día, para que estén concentrados, que una jornada muy extensa de una misma actividad. Para los niños más grandes -nos pasa también a los adultos- hay muchos factores de distracción: música, el celular, un mensaje de Whatsapp. Los niños en los colegios tienen diversas actividades, están desde las siete de la mañana hasta las tres de la tarde, y no se trata de duplicar la jornada en la casa porque va a ser muy difícil para los niños y los papás.