Contralor de Antioquia que presumía falso doctorado regresó a su cargo

El contralor de Antioquia, Sergio Zuluaga, se ha hecho famoso en su departamento, y hasta en el país, no por las investigaciones que ha realizado en el cargo sino por las acusaciones que le han caído encima, entre las que se cuentan cirugías estéticas en centros de salud públicos e información falsa en su hoja de vida. 

En los últimos años de su gestión ha estado acusado por la Procuraduría General de la Nación por falsedad de documento y falsedad ideológica. También está siendo investigado por la Fiscalía por pertenecer a un llamado cartel de la cirugía plástica, una supuesta red de reconocidos funcionarios que se practicaron cirugías a bajo costo en un hospital público.

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Y aunque este historial deja en duda sí debería continúar con el cargo, Zuluaga hoy nuevamente asumió como contralor de Antioquia, cargo que ostentará hasta el 2020. Cargo en el que, además, no ha tenido grandes revelaciones, y por el que ha pasado con más pena que gloria. 

Los procesos

El año pasado fue denunciado ante la Procuraduría por presumir de un título de doctorado en Derecho Administrativo de la Universidad de San Pablo CEU de Madrid, España, que nunca obtuvo. En su momento, Zuluaga le aseguró a la Procuraduría que sólo había cursado clases pero que se encontraba realizando la tesis del mismo, argumento desestimado por el ministerio público porque en la hoja de vida anexo un diploma que certificaba el grado, que terminó siendo falso.  

Ese pequeño detalle le habría dado 40 puntos, lo que le permitió, al parecer, ser el ganador  del concurso de la Asamblea Departamental que lo llevó finalmente al cargo como Contralor de Antioquia.

Ante la Procuraduría, Zuluaga dijo: “Tengo que aceptar que hubo un error de mi hoja de vida... tengo una letra muy fea, horrorosa, siempre he acudido a que alguien me la llene y, por eso, no es mi letra. Pero yo la firmé. Efectivamente no me senté a llenarla. No verifiqué y nunca estuve concentrado en ese error que hay planteado ahí, que se había puesto como haber terminado el doctorado”. Un argumento que funcionarios públicos señalaron como risible y absurdo. 

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Por esa razón, la Procuraduría lo sancionó con diez meses de suspensión por “proporcionar información inexacta para acceder al concurso realizado por la Asamblea de Antioquia,y falsedad ideológica al consignar en su hoja de vida datos que no correspondían con la realidad”.

Sin embargo, esa sanción no dejó muy satisfecho al demandante, el concejal de Medellín Bernardo Alejandro Guerra, quien en su momento le dijo a SEMANA que la Procuraduría envió un pésimo mensaje a la sociedad por la falta de ética pública de Zuluaga. “Este es un tipo que a los diez meses ya va a volver pulcro y sano. Zuluaga debió ser destituido e inhabilitado y no mandado a vacaciones por diez meses. Este es un mensaje ante la gravedad de los hechos de documentación falsa de un posgrado que nunca se cursó, de las explicaciones que atentan contra la dignidad de las personas que entienden la gravedad de los hechos. Yo como denunciante esperé que la sanción fuera una suspensión e inhabilitación por diez años".

Hoy, después de cumplir con los 10 meses de sanción, regresó a su cargo. Entre las primeras reacciones está la del concejal Guerra, quien escribió en su cuenta de Twitter:

Semana intentó comunicarse con el contralor, pero su equipo de comunicaciones aseguró que no dará declaraciones al respecto.

El supuesto cartel de las cirugías plásticas

Pero la falsedad en documento no es la única falta de Zuluaga. En 2016 estuvo en el ojo del huracán por haberse practicado una cirugía plástica, o lo que el concejal Guerra llama embellecimiento ílicito, en el hospital E.S.E. La María, institución que tenía por obligación auditar.

El hecho fue revelado por SEMANA en medio del escándalo por una serie de procedimientos similares a los que se sometieron dos hermanas y dos sobrinas del gerente del hospital, William Marulanda Tobón. 

Aunque SEMANA no conoció ninguna historia clínica de Zuluaga por ser objeto de reserva, fuentes médicas confirmaron que su diagnóstico fue una alteración del tejido graso y marcación de abdominales y pectorales. Su procedimiento (distinto a como ocurre normalmente en los hospitales públicos) fue atendido con prontitud

Un año después, la Fiscalía General de la Nación acusó formalmente a Zuluaga y a los otros implicados en el llamado carrusel de las cirugías plásticas, en el que se reiteró que los acusados se realizaron diferentes procedimientos estéticos con costos bajos y bajo privilegios en logística.

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Sin embargo, por este hecho, según el concejal Guerra, el contralor solo estuvo cinco días en la cárcel: "Un juez consideró que no representaba un peligro para la sociedad, lo dejó en libertad y no lo separó de su cargo. Aunque la Fiscalía lleva dos años investigando no ha tomado determinadiones. Eso es lo que se llama enfriar un proceso".

Sobre la conducta del excontralor, la Procuraduría también advirtió: "Sergio Zuluaga  pudo trasgredir el principio de moralidad pública, teniendo en cuenta que los servidores están obligados a actuar con rectitud, lealtad y honestidad, de esta manera, calificó provisionalmente la presunta falta como grave a título de culpa gravísima".

A pesar de esas fuertes palabras usadas por la Procuraduría, hoy, el contralor Zuluaga nuevamente está a cargo de auditar y evitar el mal manejo de los recursos públicos en alrededor de 110 alcaldías y 117 hospitales de Antoquia.